Por: Yanina Soria14 de noviembre de 2024

PJ Capital monitorea el asalto de Aresca a las seccionales

La incursión del diputado sanfrancisqueño en los barrios de la ciudad hace ruido en el peronismo capitalino. La nueva lógica de construcción cordobesista que inquieta.

Por Yanina Soria

Entre las nuevas formas de hacer política que trae consigo la construcción del Partido Cordobés del gobernador Martín Llaryora, hay una en particular que se puso de moda: dirigentes del interior que caminan el territorio de la Capital, y capitalinos que recorren los departamentos del interior. 

En otro momento de la historia del peronismo cordobés, quizá esa lógica de “construcción” sonaría rara. Pues, las aguas estaban bien divididas y los caciques territoriales claramente definidos; hoy, la cosa aparece bastante más difusa y todos dicen tener juego habilitado desde el Panal, claro, siempre y cuando se respete una única condición: traccionar para la canasta del gobernador. 

Ese “desorden” que algunos perciben hacia abajo y que, se supone, se reordenará cuando se blanquee la lista de candidatos para el año próximo, genera ciertas fricciones. 

Así como hay referentes departamentales del PJ que se sorprenden cuando algún capitalino arma reuniones políticas en sus distritos; en Capital, pasa lo mismo. 

La incursión del diputado sanfrancisqueño Ignacio García Aresca en las seccionales de la ciudad ya hace ruido en el peronismo capitalino. Mas allá de que, por ahora, algunos consideren que se trata sólo visitas y fotos y no de una construcción real, su presencia en el territorio inquieta/molesta. 

De cualquier modo, por ahora, los refunfuños sólo son por lo bajo; quién se animaría hoy a objetar por lo alto que el “hermano” de la vida del propio gobernador esté caminando los barrios capitalinos, tal como lo informó este diario. 

Sin embargo, en el PJ Capital donde confluyen viguistas, passerinistas y neo llaryoristas están prestándole atención a esas acciones políticas. 

Sobre todo, desde los dos primeros sectores. Pues los defensores de la estructura partidaria del PJ Capital y de la peronización del espacio oficialista, consideran que no hace falta la “intervención” del sanfrancisqueño al territorio para aceitar el aparato político en las seccionales. Y muestran como prueba viviente de su correcto funcionamiento los triunfos del 2023. 

Sí reconocen en cambio cierta incomodidad de la militancia PJ frente a la construcción transversal que supone el Partido Cordobés y su consecuente correlato con los cargos repartidos para extrapartidarios. “Lugar que hoy ocupa un PRO, un radical, un socialista, es un lugar menos para los nuestros. Los que trabajan la campaña y juntan los votos, los que verdaderamente suman”, lanzaron desde el peronismo capitalino advirtiendo que con “ese destrato” será difícil pedirle que militen el voto el año próximo. 

Esa situación, insisten, está generando un descontento que la dirigencia capitalina entiende hay que atender. Hay quienes leen que la elección del ´25 sólo será digna si se juga con el aparato peronista; sin estructura, vaticinan, será difícil. Y Capital, resulta fundamental para Hacemos Unidos. 

De hecho, el acto del 17 de octubre donde confluyeron el intendente Daniel Passerini, la senadora Alejandra Vigo y el gobernador Martín Llaryora, apuntó a eso, a recomponer lazos con la militancia, las bases y el un sector del sindicalismo que procura dejar de renegar de la identidad peronista y volver a colocarla como Columba vertebral de Hacemos Unidos. 

Y aunque al gobernador como principal arquitecto de la estrategia política en Córdoba lo tenga sin cuidado, todavía hay una porción de peronistas que sigue sin digerir el nuevo cordobesismo. 

Mientras tanto, el Instituto Diseñando Ciudad, el espacio que nació con un perfil técnico pero que sirvió de plafón político para Vigo, prepara una actividad de cierre de año donde la conducción del PJ volvería a encontrarse. Sería para los primeros días de diciembre y, de seguro, contaría con la presencia de la senadora y del intendente Passerini, y posiblemente con la del propio gobernador.