Cultura Por: J.C. Maraddón 30 de agosto de 2023

Un desconocido ilustrísimo

Polémico y desafiante como el mismo movimiento punk en el que sobresalieron sus diseños, Jamie Reid falleció el 9 de agosto a los 76 años y la prensa especializada en cultura le dedicó a su necrológica un espacio acorde a los pergaminos que había acreditado este artista a lo largo de 50 años.

J.C. Maraddón


Para entender el nacimiento del punk, además de escarbar en el contexto social y cultural de la Inglaterra de mediados de los años setenta, es necesario remontarse a la Internacional Situacionista de fines de la década del cincuenta, una vanguardia tardía encabezada por el francés Guy Debord. Las ideas que este agitador plasmó en su libro “La sociedad del espectáculo”, de 1967, donde incorpora los medios masivos de comunicación en una actualización de ciertos conceptos de la teoría marxista, encontraron en la punkitud su manifestación más cabal, a través de jóvenes que no tenían nada que perder y que expresaban su nihilismo a través de la música.

Dos militantes del situacionismo, Malcolm McLaren y Jamie Reid, se dieron cuenta rápidamente de que el panorama era ideal para llevar a la práctica las tesis elaboradas por Debord, y pusieron manos a la obra: juntaron a cuatro muchachos que deambulaban por tiendas de ropa de segunda mano y que a duras penas sabían aporrear instrumentos musicales, para conformar la marca Sex Pistols. En cuestión de meses, esos chicos saltaron a la fama mediante gestos provocadores, conciertos espeluznantes y canciones de ritmo acelerado, con letras que denigraban a la reina Isabel II y predicaban la anarquía.

En su carácter de mánager de la banda, McLaren ofició de manipulador que, a la vez que promovía el caos, sabía hacia dónde debían dirigir los pasos de su proyecto para que fuese lo más redituable y lo más precoz posible. Como coequiper, su socia en la boutique Sex, Vivienne Westwood, dotó a esos pibes de la calle de un aspecto que combinaba el de los drugos de “la naranja mecánica” con el de un nuevo modelo de estrellas de rock. En conjunto, la pareja obró el milagro de que los ingleses amasen y odiasen a los Sex Pistols en similar proporción.

Jamie Reid, por su parte, fue el responsable de uno de los tópicos más influyentes de este emprendimiento, creando un estilo que desde entonces ha sido replicado tanto en los afiches publicitarios como en las Facultades de Arte. A él se le deben los aportes de ese diseño gráfico que empezó con letras recortadas y pegadas como si fuese el pedido de rescate por un secuestro, para terminar luego con la fotografía de la reina intervenida por un alfiler de gancho en su mejilla, ofensa a la autoridad real que cimentó una de las campañas propagandísticas más exitosas del siglo veinte.

Esa portada del single “God Save The Queen” ha sido considerada por expertos como “la mejor de todos los tiempos” y, paradójicamente, la imagen pasó a formar parte de la colección permanente de la National Portrait Gallery de Londres. En el ámbito de las artes plásticas, se lo considera uno de los grandes exponentes de la técnica del pastiche, ya que él defendió siempre el recurso de utilizar una obra precedente para crear algo nuevo, pese a que por este motivo fue acusado de haber cometido plagio con un trabajo original de un excompañero suyo situacionista, que habría sido usado en la cubierta del single “Pretty Vacant” de los Sex Pistols. 

Polémico y desafiante como el mismo movimiento punk, Jamie Reid falleció el 9 de agosto a los 76 años y la prensa especializada en cultura le dedicó a su necrológica un espacio acorde a los pergaminos que acreditaba este artista a lo largo de una trayectoria de más de 50 años. Pero quizás lo más llamativo de su legado sea la popularidad que adquirieron sus producciones, hasta el punto que muchos las conocen o recuperan herramientas que él descubrió alguna vez, sin saber quién había sido la persona que tuvo la inspiración primera.