Rumbo al ´27, Arduh vende gobierno de coalición a los 130 alcaldes no PJ

Por Yanina Soria 

El gobernador Martín Llaryora ya dio señales claras del inicio del trabajo político fuerte camino a su reelección. El cordobesismo tomó nota de la derrota y post 26-O recalculó algunos lineamientos de la propia gestión y también del vínculo con el gran ganador. El presidente Javier Milei, dejó de ser ese cuco que el peronismo azuzaba en plena campaña. 

Con la convicción de que el electorado local vota las paradas nacionales con una lógica y criterio distinto al utilizado en los comicios provinciales o municipales, el peronismo elige creer en el patrón que se viene repitiendo desde hace años: pierden las elecciones de medio término, pero luego ganan las generales en Córdoba. 

Aferrado a esa inercia, confía en poder revalidar en el ´27 por octava vez consecutiva su predominio y quedarse cuatro años más en el poder provincial. Desde el Panal sostienen que, con ese objetivo trazado, los 14 puntos que separaron a la Libertad Avanza de Provincias Unidas, no desinflaron la idea de la construcción transversal en la que cree el gobernador. Todo lo contrario, Llaryora apuesta a más Partido Cordobés para el futuro cercano. Y en esa ingeniería de armado electoral, ampliar la liga territorial sumando a intendentes que no son del palo es clave. 

De hecho, tanta relevancia le da al asunto que dentro del ministerio de Gobierno que comanda Manuel Calvo, la cartera que por excelencia se encarga del vínculo con los alcaldes, existe una secretaría que, específicamente, tiene como responsabilidad la relación con los jefes comunales no peronistas. Es la del radical Orlando Arduh quien, desde que asumió el cargo, teje en ese sentido. 

El ex legislador, fue uno de los articuladores de aquella foto en el Quorum que, el por entonces candidato a diputado Juan Schiaretti, se sacó al inicio de la campaña con más de 100 radicales, del PRO y vecinalistas. “Apenas ingresé al gobierno, entablé relación con los intendentes, es un trabajo que lleva casi dos años. Primero, hubo un acuerdo de gobernabilidad de los jefes comunales con Llaryora para gestionar de forma conjunta, sin distinción de color político ni nada. Después, pasamos a armar un acuerdo electoral”, declaró el funcionario provincial en un programa de streamming. 

Arduh defendió esa estrategia transversal asegurando que de los 133 intendentes no oficialistas que acompañaron la lista que encabezó Schiaretti, 63 lograron blindar sus localidades de la ola violeta. Según contabilizó, eso se tradujo en el aporte de unos 170 mil votos de los poco más de 500 mil cosechados en total por la boleta de Provincias Unidas en Córdoba, “yo diría que nos fue bastante bien”, dijo. 

Esa foto fue tomada como una muestra de lo que se puede trabajar, dijo el radical desafialiado por iniciativa propia, para el ´27. “No hay forma de perder la elección a gobernador si 200 intendentes peronistas y otros 100 no oficialistas pegan sus fechas a la provincial”, reflexionó. 

Justamente el tema de convocar los comicios el mismo día que Llaryora, sería parte del acuerdo que propone Arduh con esa tanda de jefes comunales que se convertirían, aquellos que pueden ir por su reelección, en los candidatos del Gobernador con lo que supone contar con todo el peso de la estructura oficialista en una campaña. 

Mientras que, en esas localidades donde el radical o vecinalista no puede repetir, se buscará acordar las candidaturas con el peronismo local. El paraguas para lograr todo ese movimiento sin grandes traumas, imagina el funcionario, sería Provincias Unidas, o como pueda llamarse la nueva coalición en el futuro. 

“En esta (elección legislativa) acompañamos, ahora sería importante trabajar para tener un gobierno de coalición real”, dijo el dirigente. Y puso como un ejemplo de contraprestación, la posibilidad de que los alcaldes no PJ puedan tener poder de decisión e injerencia en la nómina de candidatos a legisladores departamentales. Para Arduh, Llaryora tiene voluntad de armar una gran colación para buscar su reelección, “de hecho este tiempo mostró una apertura muy valorable”. 

Sin embargo, también sabe que, en la práctica, la idea de convidar poder con socios minoritarios no cae simpático, sobre todo, en una camada de peronistas que no conoce otra cosa que no sea ser oficialismo. 

De hecho, todavía hoy hay muchos intendentes de Hacemos Unidos que se quejan por el trato diferencial que dicen tiene el Panal con sus colegas radicales; hay dirigentes que siguen sin digerir que Llaryora y Schiaretti hayan cedido, por ejemplo, la vicegobernación a una extra partidaria, o que figuras ajenas al PJ ocupen ministerios claves. 

Aún, así, el funcionario radical defiende la construcción transversal que agita Llaryora y asegura que ese es el camino para garantizarle al peronismo un ciclo más al frente de la Provincia.