Vuela, Vuela
Esto ya se ha visto muchas veces, pero cada vez que el dólar salta en su cotización aparecen nuevas relaciones para hacer todo tipo de bromas.
Por Javier Boher
El dólar sigue su recorrido imparable y se encarga de confirmar que Massa ha sido el peor ministro de economía del nuevo siglo. Asumió en agosto del año pasado, con una economía golpeada pero en mejores condiciones que hoy. Tenía tiempo y recursos para enderezar el barco, pero prefirió jugar todo a una elección que le quedó muy lejos. Incluso el veranito de credibilidad de los primeros meses de gestión se terminó destruyendo a medida que fue avanzando este año.
Desde acá ya cronicamos cada avance del dólar, el verdadero termómetro del humor social. Así como los cordobeses enloquecemos si parece que va a venir piedra, no hay argentino que no se agarre un brote de histeria cada vez que el dólar apunta al cielo. Todavía tengo un sticker de whatsapp con un Leónidas con cara de George Washington, de cuando llegó a los $300.
Ya lo hicimos a Washington como cowboy cazando un yaguareté y mirando un Fiat 600 en la vidriera de la concesionaria.
A los $700 los pasamos tan rápido que ni siquiera pudimos hacer una broma con lo parecido de los 750 con el tamaño de la botella de fernet. Quizás en algún momento la podamos hacer, pero solo si se sigue devaluando hasta los 1882.
A los $900 también los dejó en el camino a gran velocidad, así que ni siquiera hizo falta buscar con qué hacer dibujo. Ya casi estamos en condiciones de ir pidiendo el dibujo de Washington asomando desde un nido de hornero.
El nivel de depreciación del peso es tan acelerado que arrancó el mes en $800, justo para el primer debate presidencial. Para el segundo, una semana después, ya estaba en $885. Al día siguiente llegó a los $970. ¿Existe alguna forma de que eso no se traslade a precios para que la gente no se siga emprobreciendo? Todavía no hay una receta para eso.
Como si la impericia del gobierno no fuese suficiente, Javier Milei sigue jugando a la hiperinflación, casi como los piromaníacos que creen en el fuego como herramienta de expiación y purificación. Salimos de un movimiento de homeopatía económica para meternos en un misticismo libertario que va a terminar de completar el trabajo de demolición.
La semana pasada la consultora Bull Market Brokers, del candidato libertario a Jefe de Gobierno porteño, deslizó algunas líneas del supuesto plan Milei-Ocampo, anticipando una hiperinflación de 45-60 días, como si se pudiese controlar y acotar con tanta precisión. También fue la semana pasada cuando Milei dijo que un dólar más alto facilita la dolarización, algo en línea con lo que hizo ayer de alentar la no renovación de plazos fijos porque el peso no vale ni “excremento”. Plan Bonex a la vuelta de la esquina.
Siempre me parece interesante buscar canciones para descontracturar este tipo de notas. Es lindo buscar entre las letras algo que tenga que ver con lo que pasa. Pensé en varias canciones que hablen de la cifra a la que está por llegar el dólar paralelo, pero me quedé con la típica banda de sonido que se usa para el viaje alcista del dólar: Vuela, Vuela, la versión libre que Magneto hizo de la francesa Voyage, Voyage.
Cuando pienses que el amor
Se ha olvidado de que estás ahí
Vuela, vuela con tu imaginación
Si no puedes ser feliz
No te rindas puedes recurrir
Vuela, vuela con tu imaginación
Volando encontrarás
Un mundo nuevo
Solo déjate llevar
Vuela, vuela
No te hace falta equipaje
Vuela, vuela
Nadie controla tu imagen
Vuela, vuela
Verás que todo es posible
Vuela, vuela
Despierta tu mente
Si estás solo en un rincón
Y la tristeza entra en tu corazón
Vuela, vuela con tu imaginación
Si andas buscando un lugar
Donde el cielo se une con el mar
Vuela, vuela con tu imaginación
Aunque la canción se pensó para otro contexto y otras cuestiones, bien podría usarse como antídoto contra el malestar de saber que el país se va al tacho. No importa cuánto intenten destruir la economía por las tontas peleas de egos pequeños, siempre existe la posibilidad de pensar que se puede salir de esto para estar mejor.
Sobran ejemplos de políticos tratando de sembrar enojos y malestares en los ciudadanos, esos que hacen que consiguen que la tristeza entre en el corazón, como dice la canción. Sin embargo, en cada uno está la posibilidad de imaginar que todo es posible, de volar buscando un mundo nuevo.
Quedan apenas dos semanas para unas elecciones que no han presentado una de las peores ternas de candidatos desde el regreso de la democracia. Uno arruinó la economía pensando en una elección y otro cree que si la siguen arruinando aumentan sus chances. Ninguno de los tres ejerció la titularidad de ningún poder ejecutivo; dos no son los líderes de sus espacios y el tercero es líder de un espacio que no existe.
El dólar sigue su viaje a a estratósfera mientras nuestros ingresos se siguen licuando. Ya sabemos que el hornero está a tiro de hondera y que a este ritmo en poco tiempo vamos a hablar del Dr. Washington, cuando termine colándose entre Ramón Carrillo y Cecilia Grierson, los de un billete de $2.000 que ya está condenado a ser licuado. Vuela, vuela, billete verde, que en este país parece que no hay nadie interesado en controlar tu viaje.
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