Llaryora contiene para agrandar el “partido cordobés” y suma exintendentes

Por Bettina Marengo

Ayer se votó en la Legislatura la ley Orgánica provincial con la que el gobernador Martín Llaryora inicia su gestión, y a la par comienzan a rellenarse casilleros reservados para darle volumen al “partido cordobés” que pese a todos los esfuerzos, debutó con una derrota en la Legislatura. Fue el miércoles de la semana pasada por el ajuste a los trabajadores estatales vía aportes a la Caja y al Apross, fracaso que obligó a un replay ayer donde el oficialismo estuvo más “acomodado”, como dijo un funcionario.

Llaryora está tratando de cerrar e incorporar a dirigentes que le interesan para el esquema transversal de Hacemos Unidos por Córdoba que suele vender adentro y afuera de la provincia como una modalidad anti grieta y de sumatoria amplia, y que tiene como objetivo final contener electorado no PJ. 

Lo dijo hace una semana en un programa periodístico de la TV porteña donde asistió junto a otros mandatarios: la invitación del cordobesismo no se acabó en el armado de listas con la radical Myriam Prunoto como su compañera de fórmula y el PRO Javier Pretto como dupla de Daniel Passerini en la Municipalidad capitalina. Él mismo cerró con otro PRO, el villamariense Darío Capitani, cercano al macrista cordobés Gustavo Santos, a quien le dio una importantísima agencia para Córdoba como es Turismo. Es mucho pero estaba de por medio el vital voto de la legisladora Karina Bruno, también de Villa María, que desbalancea una unicameral en paridad y donde salvo el bloque del radical Dante Rossi, la oposición logró hasta ahora moverse en sintonía. En cambio, Bruno quedó desprendida del bloque PRO y ahora juega para el oficialismo. 

En ese marco, en las últimas horas se conocieron conversaciones con exintendentes del peronismo y el progresismo que jugó para Sergio Massa en las elecciones presidenciales, pero manteniendo buenas relaciones con Llaryora a nivel local. El exjefe comunal de Villa Ciudad Parque, Pablo Riveros, del Partido Verde, es uno, que justamente tiene el plus de contar con un partido que no es PJ y que pronto tendrá la personería lista. Otro es el exintendente de La Para, Martín Guzmán, que juega en el espacio del actual ministro de Cooperativas y Mutuales, Martin Gill. Ambos podrían incorporarse al Ministerio de Ambiente y Economía Circular que está a cargo de Victoria Flores, un área al que Llaryora le quiere dar lustre porque entiende que es la agenda internacional donde hay que estar. Ambos exintendentes, pero sobre todo Riveros, tienen expertise en la materia en sus respectivas localidades. 

También se va a sumar a la gestión el exintendente de Villa Nueva, Natalio Graglia, concretamente como subsecretario de Municipios en el Ministerio de Gobierno que conduce Manuel Calvo y que tiene dos secretarios, Augusto Pastore y el radical Orlando Arduh. Graglia es cercano a Gill pero lo suyo fue un acuerdo propio con Llaryora, de cuya lista fue candidato a legislador en General San Martín, uno de los 13 departamentos donde perdió Hacemos Unidos por Córdoba en las elecciones de junio pasado. 

Por el lado del radicalismo también hay pesca con carnada. Arduh está en conversaciones con varios exintendentes cuyas designaciones quedarían para fines de enero, pero las pistas llevan a los departamentos de Punilla y Río Primero. Dicen que habrá otros, del interior y de la Capital, en el marco de una puja entre radicales llaryoristas por quién le acerca más integrantes del partido cordobés al jefe político del oficialismo.