Nacional Por: Javier Boher 16 de abril de 2024

Los tontos del pueblo

Hay una ola de periodistas hiperoficialistas que desafían los límites de lo normal

Por Javier Boher
rjboher@gmail.com


Argentina es un país que se debate entre cierta apertura mental de algunos de sus grandes centros urbanos y una pulsión conservadora tradicionalista que anida en el interior del país. Si en Córdoba, Rosario o Buenos Aires la gente no se detiene a cuestionar los proyectos de vida de los otros, en pueblos y ciudades menores lo hacen con una intensidad tal que les permite compensar.

Es allí donde hay ciertas cuestiones culturales que se resisten a morir, como la idea del hombre fuerte y viril que va a doblegar a sus pares y conquistar a las féminas. Después todos terminan engañados, pero eso es harina de otro costal. Lo importante es la idea, lo que mejor vende entre ciertos segmentos de gente.

La relación entre el presidente Milei y Fátima Flórez siempre estuvo sospechada de haber sido un acuerdo por interés. Ella ya era una humorista consagrada, cuidadosa de su imagen y con una separación algo traumática (para su ex marido), de allí que muchos crean que eso es imposible, que no vendería su dignidad de ese modo. Tal vez la plata no sea todo y la proximidad de la temporada sin su productor de toda la vida la haya terminado de convencer.

En estos meses pasaron una gran cantidad de cosas, como ella imitándolo, una foto de mucho mal gusto que involucraba sábanas mojadas y una con los pies de ambos, tratando de refutar aquello de que el presidente tenía pie chico (una preocupación para gente que cree que la anatomía respeta cierto tipo de reglas extendidas en las creencias de los púberes). Todo fue siempre una puesta en escena para darle un brillo viril a un hombre gris y absolutamente opuesto al estereotipo de semental, a los fines de hacerlo menos repulsivo para la gente.

Se puede entender que los políticos hagan esas cosas, como lo vimos con tantos matrimonios falsos y parejas que explotaron al perder el poder. Lo insólito es lo que hubo que escuchar en boca de periodistas.

Algunos colegas se han dedicado a sacarle el jugo a este presidente con baja autoestima y lo halagan como los típicos esbirros que tienen los malos de los dibujitos animados. Comparten la misma matriz que otros periodistas similares que llegaron al departamento en Miami por compartir análisis del tipo "movió la reina" en tiempos de Cristina. Cambia el contenido, pero no la inspiración.

Lo más absurdo que se llegó a escuchar fue que Fátima estaba celosa de Giorgia Meloni, primera ministra de Italia. Es increíble, pero Indudablemente que eso funciona para cierta gente, solo por una foto que se vio en la visita de Milei a Europa. Lo verdaderamente extraordinario es que haya profesionales de nuestro propio rubro que sean capaces de decir eso sin sonrojarse, con un nivel de impunidad que les envidio.

A Milei le encanta decir que con él se acabó la pauta. Con eso ha apuntado, principalmente, a los medios tradicionales, aunque en estos tiempos de redes el negocio suele ir por otro lado. Y a eso hay algunos periodistas que lo supieron leer.

Hay una famosa historia sobre el tonto del pueblo que, para gracia de todos, cada vez que le ofrecían dos monedas elegía la de menor valor. Cierto día, alguien le preguntó por qué hacía eso, si claramente la otra era más valiosa. La respuesta fue que, de hacerlo, se terminaba la gracia y -de ese modo- su ingreso. Quiero creer que esos periodistas que hoy se suben a esas olas de chupamedismo oficialista en realidad están actuando como el tonto del pueblo. Es la única forma de no sentir tanta vergüenza por ellos.
 

Te puede interesar

Cruzado de egresados

Al presidente le armaron un viaje a España para que juegue a ser el líder de la derecha global en su cruzada contra el comunismo internacional

Ayudas sociales: crecieron pero con ineficiencia

La pobreza ya alcanza a la mitad de la población. En 20 años la asistencia del Estado se multiplicó por cuatro pero los efectos empezaron a diluirse.