Por: Gabriel Marclé26 de junio de 2024

PJ define su dinámica legislativa: suena Medina para la presidencia

Por primera vez en años, habrá dominio peronista en el Concejo. El Partido Cordobés insiste con hablar de “alianza diversa”, pero De Rivas piensa en un comando Justicialista. ¿Hay chances de vínculo con el nazarismo? “Descartado. Son traidores”, lanzan desde el inaugurado derivismo.

Ana Medina, sentada a la derecha de Guillermo De Rivas en su primer día como intendente electo. Presencia que sugiere mu

Por Gabriel Marclé

Con el aventón anímico del proyecto justicialista que acompañó a Guillermo De Rivas camino a la intendencia, llegaron los días más intensos para el armado preliminar del tejido oficialista. Más allá de las acciones del plano Ejecutivo donde el jefe municipal electo mostrará las primeras marcas registradas de su gestión, las maniobras parecen centrarse en la definición de los actores que llevarán adelante el plan político derivista, uno donde el peronismo será punta de lanza.

La dinámica de una nueva política era en Río Cuarto tiene una etapa clave en el armado de la estrategia legislativa que se comandará desde el Concejo Deliberante. Allí se produce la rosca más entretenida, donde ya aparecen nombres dispuestos a pasar al frente y comandar el nexo con el despacho del intendente. Se trata de un armado clave que puede disponer un atmósfera serena y favorable para el Palacio de Mójica o configurar un desorden innecesario para el comienzo del nuevo Gobierno. Según pudo averiguar Alfil, hay un nombre que destaca en la nómina de potenciales presidentes del cuerpo y es el de Ana Medina.

Las primeras sospechas de esta teoría se empezaron a ver la mañana después del contundente triunfo electoral del 23 de junio. Un De Rivas que batallaba contra el cansancio, casi sin voz, lanzaba los primeros lineamientos del Gobierno que asumirá el martes próximo. Pero no lo hacía solo, sino acompañado de Medina. ¿Acaso la dirigente buscaba figurar? “Para nada”, afirman. A diferencia de lo que podría pensarse de otros dirigentes PJ que están “a la pesca”, la idea de mostrarse en dúo habría sido acordada con el intendente electo. Esto dio una señal que, con el paso de las horas, reforzaría la versión de que la presidencia del Concejo ya había sido asignada.

“Ana ha demostrado su valía y se puso al frente de la campaña en su distrito (Centro) sabiendo el durísimo desafío que tenía por delante. Queríamos perder por poco o empatar, pero lo terminamos ganando por seis puntos”, le expresaba a Alfil un referente del nuevo oficialismo, repasando los porqués del runrún en torno al nombre de la actual secretaria de Género, quien ocupó el lugar nº4 en la lista de Hacemos Unidos por Río Cuarto. Su papel en el frente de batalla del centro y el resultado obtenido en tierra de histórico dominio radical, habrían sido los argumentos que terminaron de convencer a De Rivas.

Pese a la ponderación del Partido Cordobés como una “alianza diversa” con radicales, socialistas y varios outsiders, con Medina (nº4 en la lista) se impondría el brazo peronista, superando en rango al nº1, Gustavo Perlo, y a la nº3, Paula Dalmasso.

La elección de Medina para este rol aportaría algo diferente a lo que se viene haciendo desde hace años, donde el presidente del Concejo Deliberante carecía del músculo político necesario y era elegido por la lógica de los acuerdos multisectoriales. Lo distinto estaría en la búsqueda de alguien apto para dominar el terreno, comandar acciones fuertes -reformas tal vez- y apretar la cincha del cuerpo deliberativo cuando haga falta. Según afirman desde el oficialismo, controlar el timón del Legislativo que se viene requiere de fuerza, cintura y voz de mando para lidiar con tres bloques opositores, uno de ellos integrado por dirigentes peronistas del nazarismo

En lo que respecta a la presidencia del bloque oficialista, la rosca viene movida. Varios sectores se la disputan, pero el schiarettismo -con Milagros Obregón- es el que más pelea por ese lugar. De hecho, la actual concejal viene reuniéndose con sus futuros compañeros de banca para sumar apoyo. Uno de esos encuentros sucedió ayer mismo, con el despacho de presidencia como sede.

“Traidores”

Antes de las elecciones, Alfil especulaba sobre la posibilidad de que el dominio peronista -entre derivistas y nazaristas- pudiera abrir la posibilidad de conformar un interbloque PJ -virtual, porque no está permitido por el reglamento interno del Concejo. Semanas atrás, la respuesta del ahora oficialismo echaba por tierra cualquier posibilidad de juntarse. Después de las urnas, esa postura se mantiene inalterable.

“Está descartado trabajar juntos”, le afirmaba a Alfil uno de los nombres de Hacemos Unidos que ingresará al Concejo la semana que viene, visión que es compartida por gran parte del espacio. “Dicen que para un peronista no hay nada mejor que otro peronista, pero estos no son compañeros. Son traidores”, lanzaba con dureza el mismo dirigente, descartando -por su parte- la chance de juntarse con el bloque que comandará el nazarista Franco Miranda, espacio que prometió actuar como contralor “para que el oficialismo cumpla sus promesas de campaña”.