Asoma la sociedad FC y CC-ARI en JpC
Asado de por medio, juecistas y lilistas afianzaron sus puntos en común dentro de la alianza
Por Alejandro Moreno
Hay vida más allá del próximo domingo, y los más previsores no dejan de pensar en ello, aunque la principal actividad por estas horas sea la militancia en los barrios y la organización de los fiscales para la elección municipal, en la que Rodrigo de Loredo tratará de darle la victoria a Juntos por el Cambio.
El sábado por la noche, algunos de estos perspicaces se reunieron en torno a un generoso asado ofrecido en un departamento de Nueva Córdoba.
El anfitrión fue el lilista Gregorio Hernández Maqueda, y el invitado especial, el senador nacional y ex candidato a gobernador Luis Juez, pero también se sentaron a la mesa otros cofrades de la Coalición Cívica-ARI y del Frente Cívico. Entre aquellos, Maximiliano Pereyra; entre estos, los legisladores electos Nancy Almada, Viviana Martoccia y Daniel Juez, y uno de los próximos tribunos de cuenta, Beltrán Corvalán.
El clima de la cena fue tan cordial que alguno hasta se animó a jugarle una broma a Juez, a quien todavía le duele haber perdido la elección del 25 de junio contra el peronista Martín Llaryora por apenas un poco más de tres puntos. La parrilla está en el piso 28, en el quincho de un altísimo edificio. Desde allí puede verse, en picada, la casa de gobierno, el codiciado Panal. “Luis, esto es lo más cerca que vas a estar”, le dijo uno, y por suerte todos se rieron de la ocurrencia.
Mientras el asador hacía su magia (no fue Hernández Maqueda, cuyas habilidades quedan lejos de la parrilla), lilistas y juecistas afianzaron un vínculo político que las dos fuerzas políticas han ido consolidando en los últimos tiempos. El momento públicamente más notorio de esta relación fue cuando Hernández Maqueda pidió terminar a favor de Juez la cinchada por la candidatura a gobernador de Juntos por el Cambio, que protagonizaban el jefe del Frente Cívico con el radical De Loredo. Luego, el máximo referente del lilismo cordobés conseguiría sobrevivir entre los puestos expectables de la lista de candidatos a legisladores provinciales, y ganaría una banca en las elecciones, ayudado por Juez.
El asado, sin embargo, no fue pura nostalgia. Las historias contrafácticas son una tentación en las tertulias aliancistas, pero el futuro está por delante, y juzgaron más conveniente dedicarse a pensar lo que podría suceder.
El Frente Cívico y la Coalición Cívica-ARI, según los resultados de las próximas elecciones, podrían ser los primos pobres de Juntos por el Cambio. A saber: si De Loredo gana la Intendencia la UCR tendrá un enorme capital político, y si Patricia Bullrich u Horacio Rodríguez Larreta llegan a la Casa Rosada, también el PRO, lo suyo. Como ambos escenarios son los que todos pretenden que sucedan, analizaron los asistentes la conveniencia de estrechar el vínculo entre ellos.
Pronto, encontraron puntos en común: mayor independencia política e intransigencia; una manera de hacer de la debilidad, una virtud. Sería más o menos como una sociedad de socorros mutuos dentro de la alianza.
En Juntos por el Cambio todavía no está resuelto si formarán un solo bloque o, para resguardar las identidades, si replicarán el modelo del Congreso Nacional, donde hay varias bancadas unidas en un interbloque. Los legisladores de Juntos por el Cambio que asumirán el 10 de diciembre para el período 2023-2027 serán treinta y tres, por lo que los reunidos alrededor de la parrilla representarán apenas un puñado. Otro motivo para afianzar el espíritu gregario.
Esta sociedad entre el Frente Cívico y la Coalición Cívica-ARI deberá hacerse fuerte en el vigor legislativo que pueda exhibir este grupo (hay muchas expectativas en torno a Hernández Maqueda), y en la incomodidad que provoquen los dos tribunos de cuenta juecistas (además de Corvalán, Fernanda Leiva), que tendrán a mano la posibilidad de denunciar los números desajustados que surjan de la Provincia. Además, por supuesto, del ruido que siempre consigue hacer Luis Juez desde su banca en el Senado, que conservará hasta el 2027.
Mientras tanto, y hasta el domingo, juecistas y lilistas continuarán con la tarea principal que obsesiona a todos los aliancistas: ganar la ciudad de Córdoba para equilibrar el poder en la provincia. Después será el turno de las elecciones nacionales, y entre urna y urna irá definiéndose el mapa político para los próximos cuatro años. Ese nuevo tiempo debería encontrarlos asociados.
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