Federico Jelic
AFA sigue con movimientos activos y sísmicos. Y sobre todo con ratificación para quien es hoy el líder supremo, Claudio Tapia, quien logra prorrogar su hegemonía a un tercer ciclo en la Casa Madre del fútbol argentino, pero en le medio del contexto más político (nacional) e ideológico de este milenio. Y para esa odisea, contó con apoyo directo de Instituto y Belgrano. Por El primero, Juan Manuel Cavagliatto es casi socio fundacional de este proyecto con una relación casi idilio, en tanto que por los “Piratas”, Luis Artime hizo lo imposible a pura gestión para poder formar parte de la familia.
Más allá de estos entretelones, Tapia se garantiza poder hasta 2029, donde sobresale la presencia del ex futbolista y ahora presidente de Boca Juniors, Juan Román Riquelme, como vicepresidente primero, cuyo significado directo es una puja contra el ex mandatario de los argentinos (y también del “Xeneize”) Mauricio Macri, en la compulsa dialéctica que enfrenta Asociaciones Civiles sin Fines de lucro contra Sociedades Anónimas. Y por elevación, un tiro contra el presidente Javier Milei, impulsor de las SADS en el fútbol argentino. Claro, en este esquema quedó ninguneado Talleres con Andrés Fassi, por pensamientos disidentes, pero a su vez completando el mapa de los cordobeses en posicionamiento en la estructura afista.
¿Pase de facturas? ¿bendiciones y condescendencia? Todos estos actores armaron el rompecabezas que motivó a que el “Chiqui” otra vez lograra respaldo de los clubes, justo en medio de acusaciones por arbitrajes polémicos y prebendas-favores a amigos a los del círculo rojo de AFA. En ese horizonte, Tapia suma adhesiones, algo que necesitó a pesar de que la Selección Argentina lograra su segundo Copa América consecutiva. Es decir, a nivel clubes, necesitaba de un espaldarazo que rápidamente encontró pero que lo mismo genera polémicas y controversias, no solo en AFA sino a nivel Nacional también.
Instituto y Belgrano, con “Chiqui” y antis Sads
Tapia sigue indemne, a pesar de la embestida propiciada por Fassi luego del mal arbitraje por Copa Argentina entre Talleres y Boca, con el gol del “Xeneize” donde el balón cruzó claramente la línea de fondo. Este accidente (o no), le dejó servido el camino al “Zorro” para victimizarse, más luego del incidente con el juez Andrés Merlos, quien lo golpeó y hasta inventó una causa con un escolta de Fassi con portación de arma en el vestuario. Falso. La denuncia está en marcha y de esta forma, la reunión en Casa Rosada, con Milei y el ministro Daniel Scioli (también propulsor de las SADs), no tardó en llegar.
Tapia de esa forma necesitaba fortalecer su gestión, donde no recibe críticas por la Selección Argentina (salvo por los amistosos de escasa trascendencia con países en desarrollo futbolero o algún acto “cholulo”), pero en el torneo local, no cesan los golpes ni los ataques mediáticos. Y claro, con promesa de un torneo de 30 equipos, de eliminar descensos otra vez con el torneo en marcha para favorecer a amigos (en este caso, aliados, con Pablo Toviggino dejando la vida para que Central Córdoba de su Santiago del Estero no pierda la categoría), más los ya acostumbrados permitidos a Riestra, Barracas Central y los metropolitanos en la Primera Nacional, existía la necesidad de un respaldo.
Fassi finalmente no logó apoyos de los clubes (salvo de Estudiantes de La Plata, cuyo presidente Juan Sebastián Verón también mantiene un encono con AFA) y por eso, al cierre de la presentación de listas, la única oficializada era la del oficialismo. Y por ende, quedaron fuera del Comité Ejecutivo. Ninguna sorpresa.
¿La novedad? Riquelme, simbolismo contra la acérrima lucha a la gestión Macri. ¿Y los cordobeses? Tanto Instituto como Belgrano jugaron sus partidos, con objetivos diferentes, claro está.
Es que Cavagliatto no necesita de un cargo para ostentar, teniendo en cuenta su línea directa con Tapia. De hecho, compartieron la Copa América en el mismo hotel, con la delegación y es frecuente verlos juntos en reuniones o cónclaves importantes. Por eso a los entendidos no les sorprende que haya aceptado ser vocal suplente cuando por cercanía, tranquilamente podría estar en alguna vicepresidencia. De todas formas, el propio titular de Instituto había solicitado no estar en un puesto de mayor responsabilidad, sabiendo que su tiempo dirigencial está en crecimiento, al estar posicionado entre los más ascendentes siendo un Sub 40.
Lo de Artime era distinto, necesitaba a la fuerza meterse en el organigrama del “Chiqui”, luego de que sufriera algunas internas en Belgrano en su última reelección. Por eso invirtió tiempo y dinero en viajar a Tailandia en un Congreso de FIFA en representación de AFA, con el objeto de meterse por la fuerza (o convicción) en alguna estructura del fútbol argentino. Y de esa forma, deja expuesto a Talleres y a Fassi en soledad con su batalla ideológica con Tapia y la vieja Casona de la calle Viamonte. Artime logró esa aceptación, logrando fortalecerse puertas adentro en Alberdi aunque sabe que no figura en la cocina, donde sí tiene una silla privilegiada el hombre fuerte de Instituto, Cavagliatto.
En las vicepresidencias no hay perfiles altos: Ignacio Villarroel (River), David Luis Garzón (Huracán), Carlos R. O. Montaña (Independiente), Gabriel Mariano Greco (Atlanta) y Javier Treuque (Liga de Chubut). Secretario General: Víctor Blanco Rodríguez (Racing). Eso sí, no faltan los “sicarios” Toviggino en la Tesorería ni el inefable Maximiliano Levy (Alte. Brown), otro twittero deleznable contra todo opositor, con el rol de Prosecretario Ejecutivo.
Por cierto, ironía del destino: la asunción de Tapia III será el 17 de octubre, coincidente (o no) con el festejo del “día de la lealtad peronista”. Créase o no. The Ripley.