El trasfondo del respaldo radical a Ferrer por las denuncias en Río Tercero

Por Gabriel Silva

Por encima de la superficie, los datos insoslayables y objetivos: Marcos Ferrer es el presidente provincial de la UCR y gobierna la ciudad más importante que tiene el radicalismo en su poder como es Río Tercero. Por debajo, la trama, las razones y las reacciones de los radicales que salieron a sostener y respaldar sin corta pizzas a su correligionario después de las denuncias que se hicieron aún más visibles hace unos días.

A saber. El jueves pasado, después de la denuncia pública que ratificó un periodista en contra del intendente de Río Tercero, el primero en ejercer el rol de la defensa de Ferrer fue su socio político, el diputado nacional Rodrigo de Loredo.

Como lo contó el viernes Alfil, el mensaje en ‘X’ del jefe de la bancada radical en Diputados motivó la salida de buena parte de la tropa, aunque es cierto que, si se repasan algunas cuentas en redes sociales del radicalismo hubo algunos silencios notables.

El temor a la pérdida de un bastión clave

Más allá de la solidaridad virtual, la semana pasada el radicalismo vivió en carne propia el temor por la fuerte avanzada que empiezan algunos opositores rumbo a la sucesión de Ferrer. Tanto del juecismo como del peronismo más alineado con el schiarettismo que, en otras palabras, se traduce desde el rol que estos espacios políticos ocupan en las instituciones de la localidad del departamento Tercero Arriba: el Centro Comercial y la Cooperativa de Obras y Servicios Públicos.

Despachos que, en las ciudades del interior, tienen un peso político y en la vida cotidiana muy relevantes.

Los que conocen a Ferrer dicen que desde hace unos días está abrumado, que no entiende de dónde vino el golpe y está convencido de la operación que comenzaron a tejer algunos sectores por su alto perfil ahora en el plano provincial. Sin embargo, por fuera de lo previsible que podría ser un intento de desestabilización del peronismo, los que conocen de cerca el microclima riotercerense también leen entrelíneas los vínculos de las autoridades del Centro Comercial con el juecismo y de la Cooperativa con el PJ más contemporáneo con la vieja guardia del cordobesismo.

Ahí se explica parte de las tensiones de los últimos días en Río Tercero.

El titular del Centro Comercial es Agustín Hesar, hombre oriundo de Villa Ascasubi y de muy buena relación con el legislador provincial juecista Juan Pablo Peirone, férreo opositor a Ferrer en Río Tercero. La Cooperativa, en tanto, es una de las más tradicionales de la provincia, tiene más de 90 años y durante una buena parte de su vida estuvo comandada por un mismo apellido: Badino. Actualmente, el titular es Luciano Badino, de décimo período al frente de la entidad y uno que intentó asomarse a una candidatura vía Hacemos por Córdoba a partir de su muy buena relación con el schiarettismo.

A los dos, Ferrer los incomodó cuando tuvieron elecciones en sus entidades. Tanto al Centro Comercial, que tiene más de 80 años de vida; como a la Cooperativa, con la cual intentó romper el pacto no escrito de la política riotercerense: el municipio para la UCR y la Cooperativa para el PJ. Así se entiende la convivencia bipartidista en Río Tercero desde hace décadas.

Sin embargo, el mensaje del intendente hace un tiempo cuando dijo que lo ideal sería que sean riotercerenses los que comanden esas entidades, alteró los ánimos y, para muchos, adelantó los tiempos.

Sobre todo, porque tanto Badino como Hesar no son oriundos de Río Tercero. Y más aún cuando algunos sospechan que existe una intención de Ferrer de ramificarse por las instituciones cuando culmine su segundo mandato sin reelección y deba macerar su propia sucesión para, tal vez, dar un salto provincial o nacional.

“Por la Cooperativa, el radicalismo armó una lista el año pasado y, a pesar de que Badino aseguró su continuidad, se quedaron muy calientes por el caudal de votos que sacó el armado de Ferrer”, reconoció una persona que conoce la atmósfera riotercerense.

Y agrega: “además, Marcos no armó la sucesión de él todavía, entonces los otros creen que primero intentó ir por ellos para después acomodar lo propio. Legítimo, pero tal vez a destiempo”.

Silencios que hablan

El mutismo de una buena porción del radicalismo, y también lógicamente del Frente Cívico, desnuda que la relación entre los socios no es la mejor. Es decir, un hecho más para confirmar que el vínculo entre la cúpula del juecismo y los dueños de las riendas de la UCR está en su faz de mayor incomodidad.  

Cuando se conoció en noviembre la denuncia del Ministerio Público Fiscal tras el allanamiento de la FPA con los empleados municipales detenidos en el entorno de Ferrer no cayó bien cómo lo comunicaron desde el cuerpo de fiscales y lo hicieron saber.

Pero, hay quienes aseguran que cuando la tensión fue creciendo dentro de la ciudad, saltaron otros resortes. Y es allí donde ven varios vueltos.

Algunos apuntan a la relación del periodista denunciante con la cúpula de la Cooperativa y ese hilo rojo que une a ambos también con el Centro Comercial. Además de la manera en la que se traslada la disputa entre Ferrer y Badino a todos los escenarios de la política riotercerense con la pelea que hubo, por ejemplo, en las elecciones de las comisiones vecinales. Sobre todo, en los más populosos.

Toda esta fricción explica cómo la defensa del radicalismo fue más que levantar la bandera por un correligionario; fue sostener el bastión más importante y empezar a ordenar la sucesión.