Estalló ‘la guerra del Excel’ en JpC por los fiscales para las Paso
Los socios mantienen el tironeo. No sólo en el PRO, sino también por las promesas incumplidas y las demoras de listados radicales. La salida elegante por el búnker dividido.
Por Gabriel Silva
A días de las Paso, la fricción entre los integrantes de Juntos por el Cambio creció en las últimas horas a raíz de las lógicas disputas por la fiscalización. A último momento, aquellos que parecían enrolados en el espacio de Patricia Bullrich dieron el portazo para prestar servicios en el armado de Horacio Rodríguez Larreta; mientras que, también hay una porción de amarillos que no quiere fiscalizar para el alcalde porteño y crecen las acusaciones por la doble fiscalización. Misión que no tiene sólo como principal objetivo contarle los votos a la pareja de precandidatos de la coalición, sino que también muestra cómo un sector del PJ coquetea para sumarse de costado al esquema larretista el próximo domingo.
‘La guerra del Excel’ motivó, entre otras cuestiones, que los armadores nacionales de Bullrich emplazaran vía WhatsApp a los halcones cordobeses para que esta tarde a las 15 culminen con la presentación de los responsables de cada escuela. Horas antes del arribo de la expresidenta del PRO que mañana estará en Córdoba cerrando la campaña interior.
En tanto, en la vereda de enfrente, el larretismo cuenta con una buena tajada de aparato prestado por el radicalismo, reconoce las tensiones y asegura la fiscalización. “La situación de Horacio no es igual a la de Patricia en ese sentido. El bullrichismo está a punto de poner un fiscal general por escuela y Larreta va a tener uno por mesa”, desafían los del alcalde porteño.
Donde sí hay coincidencias es en las miradas de reojo al radicalismo por la fiscalización cruzada con la que insisten algunos en la UCR, la demora con las planillas que prometieron otros y el miedo porque el PJ ‘meta la cola’ a través ciertos correligionarios
El gerenciamiento fiscal
Sin el territorio ni el aparato del radicalismo en Córdoba, al PRO no le quedó otra que administrar o gerenciar el esfuerzo del resto. Coordinarlo. O, como dicen algunos, tercerizarlo. Y, en esa gestión, el larretismo se quedó con la pata deloredista, un sector del negrismo y el mestrismo, como máximo insumo dentro de la UCR. Además de una porción del juecismo y la totalidad de la Coalición Cívica por la verticalidad que le imprimió Elisa Carrió en las últimas horas a la disputa.
Igual, esa coordinación que realizan en Córdoba, el presidente del PRO, Oscar Agost Carreño; monitoreado desde Buenos Aires por el armador Marcelo Weschler, se topó con algunas realidades. En primer lugar, hay inquietud por las demoras en las planillas aportadas por radicales derrotados en las últimas elecciones. Como hay cierta ratificación que a la estructura radical en la Capital la contiene el mestrismo y también la ‘peina’ para Larreta un sector con pasado nicolasista coordinado por el dirigente Franco Jular.
“Ramón (Mestre) tiene un compromiso con esta elección como no lo tuvo con la provincial ni la municipal. Acá se lo ve enfocado, a full y con expectativa para adelante a raíz del acuerdo con (Gerardo) Morales. Lo del resto, en Buenos Aires se están dando cuenta que, así como en las encuestas, la campaña capital hubo ‘inflación’ de fiscales”, dijeron desde el radicalismo ‘H’.
El otro aporte importante para Larreta en la Capital es el del juecismo. Donde, como lo contó Alfil hace semanas, en esta canasta están Walter Nostrala, Daniel y Martín Juez. Además de la estructura que este sector PRO generó por su cuenta con gremios, con un esquema en Capital, otro en el interior y desarrollando el armado para mesas testigo.
No obstante, la desconfianza a los ‘neutrales’ crece. Por la imparcialidad de algunos socios, y también por la que muestran amarillos. Por esta prescindencia, cuando a larretistas los cruzaron por contar con respaldo schiarettista para fiscalizar, la respuesta a esa crítica fue el trabajo solapado de algunos imparciales PRO para Bullrich.
Al margen la acusación, el PRO de Horacio anoche juntó a la tropa con un solo tema: fiscalización. En una charla que estuvo liderada por Agost Carreño y que siguieron de cerca los despachos porteños en la previa al arribo de Larreta que se producirá hoy.
El precandidato no tendrá acto en Córdoba para cerrar la campaña, aunque sí habrá una reunión con la dirigencia en un hotel de Sierras Chicas y con presencia foránea: el puntano Claudio Poggi, el chubutense Ignacio Torres, el santafesino Maxi Pullaro y el sanjuanino Marcelo Orrego. En lo que el larretismo quiere, sea un anticipo del domingo.
“Con guita fiscaliza cualquiera”
En el campamento halcón hay calma porque siguen el razonamiento de su líder en torno a los respaldos: “son dos votos”, cuando se refirió a la postura de María Eugenia Vidal y Facundo Manes. La coordinadora cordobesa, como todo lo que tiene que ver con Bullrich, es la diputada Laura Rodríguez Machado, el interlocutor nacional es Damián Arabia y uno de los engranajes para fiscalizar es Andrés Díaz Yofre.
Preocupados por Capital y Colón, desde el bullrichismo sostienen que “una cosa es referentes y otros son los responsables”. “La fiscalización no tiene nada que ver con los nombres, el votante o la política y los respaldos. El territorio es otra cosa. La fiscalización no depende del referente. El referente te mueve la votación. No mueve el amperímetro, no es lineal”, razonaron. Optimistas por la incorporación de 2000 voluntarios que “no vienen de la política y que quieren fiscalizar para Patricia”. “Con guita fiscaliza cualquiera”, se despacharon.
Precisión prettista
En tanto, en el entorno de Javier Pretto, el desafiliado PRO que trabaja en la candidatura nacional de Larreta, afirman que eso se sostiene al margen de su integración al oficialismo provincial. Y que, la fiscalización del domingo será en lugares puntuales de Capital, como así también en La Calera, Villa Allende y Salsipuedes, por nombrar localidades de Colón.
Así se juegan las últimas horas entre Larreta y Bullrich para inclinar la balanza o ratificar la tendencia. Resultado que el domingo en Córdoba, a diferencia de Buenos Aires, se esperará por separado: el larretismo en el Orfeo Hotel y el bullrichismo en un espacio de trabajo en el local de calle Buenos Aires, frente a plaza San Martín.
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