Qué queda por definir del acuerdo con el FMI

Con la aprobación por parte de Diputados del DNU que firmó el presidente Javier Milei para el nuevo programa firmado con el Fondo Monetario Internacional (FMI), queda el camino abierto para que el ministro Luis Caputo de las últimas puntadas a las negociaciones en aspectos como los montos y cronogramas de desembolsos. Lo que sí está claro, porque lo dijo oficialmente el Gobierno, es que será un acuerdo de facilidades extendidas, un plazo de gracia de cuatro años y medio sin pagos de capital al organismo y que el dinero recibido se usará para cancelar Letras Intransferibles, vieja deuda que el Tesoro (Ministerio de Economía) mantenía con el BCRA y cubrir vencimientos con el organismo.

El DNU definió que la negociación con el FMI derivará en un nuevo acuerdo de facilidades extendidas, el mismo formato al que apeló el gobierno de Alberto Fernández. Se trata de uno de los esquemas posibles que establece el FMI, que en general se aprueba por entre tres y cuatro años para países con “problemas de balanza de pagos” o “bajo crecimiento”, y establece como condición la implementación de “reformas estructurales”. El Gobierno todavía no confirmó montos o plazos. “El monto lo define el directorio del fondo cuando se reúna”, precisó Caputo esta semana aunque a comienzos de este mes había indicado que ya estaba resuelto.

Las estimaciones de mercado sugieren que podría oscilar entre 20.000 y 25.000 millones de dólares. Este financiamiento incluiría la renovación de vencimientos de deuda existentes -unos USD 14.000 millones solo de refinanciación de capital- y otra porción de deuda nueva para cancelar Letras Intransferibles (LI).

Los economistas, en su mayoría, vienen planteando que el acuerdo es necesario pero no suficiente para que el programa económico libertario funcione. Una vez más, un acuerdo con el FMI se convierte en un puente para alcanzar los objetivos. El planteo del Gobierno de que usará el dinero para “recapitalizar” al BCRA abrió una serie de debates y hay analistas que sostienen que lo que hace es “cambiar de acreedor”. El DNU sostiene que los recursos que de el Fondo se usará para cancelar la LI que vence en junio de 2025 (y las “subsiguientes en orden cronológico”). Es decir, el Tesoro busca cancelar deuda que mantiene con el BCRA y cambiarla por deuda con el Fondo, en una operación que amplía la deuda externa, cambia el acreedor y la jurisdicción de ese endeudamiento.

Este año, los vencimientos de intereses con el FMI (pendientes del programa firmado en 2022) son de poco menos de US$2000 millones, con montos crecientes en los años posteriores. En los plazos definidos por el DNU, los vencimientos de capital con el FMI son US$24.100 millones, y de ese monto, unos US$10.527 millones caen dentro del mandato de Milei, según cálculos de la consultora Eco Go.

Entre el 21 y 26 de abril tendrá lugar en Washington la reunión de primavera en el hemisferio norte del Fondo Monetario y el Banco Mundial, una cita que suele reunir no solo a la conducción de los organismos internacionales sino también a los ministros de Economía y banqueros centrales. Allí estará Caputo.

Este jueves, por cuarta rueda consecutiva el Banco Central (BCRA) se vio obligado hoy a sacrificar reservas para poder dar curso a las operaciones cambiarias habilitadas: cedió en intervenciones otros US$186 millones, con lo que acumula un total vendido de US$931 millones del viernes hasta ayer.

En el mercado rebotaron los bonos, bajó la tasa de riesgo y se recuperaron el valor de las acciones tras tres jornadas de corrección brusca en los precios de los distintos activos por el desarme de posiciones apostadas al denominado carry trade. Sin embargo, los especialistas entienden que la inestabilidad podría continuar algunos días más. Ayer en el mercado coinciden los operadores, se notó la primera reacción oficial para tratar de aplacar la presión compradora, apareció el BCRA en el mercado de futuros (plaza en la que no tenía presencia desde hace largos meses) y apostó para bajar los contratos de vencimiento más corto en especial el que caduca a fin de mes lo que arrastró al resto de las posiciones, aunque provocando ajustes menores.