Cultura Por: Víctor Ramés07 de julio de 2025

Caras y caretas cordobesas

Los primeros pilotos de avión formados en un emprendimiento pionero, y la presencia trágica de un joven aviador cordobés pintan Los orígenes de la aviación civil,

Fotos de "Caras y Caretas" (3-7-1915) y "Mundo Argentino" (30-6-1915). El avión es un Hernry Farman III (AGN).

Por Víctor Ramés
cordobers@gmail.com




Un temprano mártir de la aviación, 1915

En la localidad de San Fernando, a unos 28 km al norte de la ciudad de Buenos Aires, tuvo su origen la primera escuela argentina de aviación civil, fundada a fines de 1913 por el piloto francés Marcel Paillette y el uruguayo naturalizado argentino Pablo Teodoro Fels, quien aprendió a volar bajo las instrucciones de Paillette. Ambos reunieron experiencia, uno como instructor, el otro como soldado, en la Escuela Militar de Aviación en El Palomar. La Escuela fundada por Paillette y Fels se estableció, pues, en San Fernando, localidad vecina a Campo de Mayo. La creación de la pista, la construcción de hangares, la renta del terreno y una serie de obras inherentes por contrato, no representaban una suma baja, y a eso había que sumarle la adquisición de aeronaves para poder brindar instrucción. No por nada, volar constituía una moda para millonarios en Europa. Paillette logró abaratar costos emprendiendo la construcción de tres aviones diseñados al modelo Henry Farman III, con un motor Gnome de 50 hp (Blog “Aeródromos extintos y olvidados”, por Gustavo Marón y Guido Ghiretti, 2025).

Para iniciar el aprendizaje, en 1914 fueron llegando al Aeródromo civil de San Fernando varios jóvenes, y entre ellos se contaron pilotos luego destacados o famosos, como el oriental Ricardo Detomassi, Alberto Jarfelt, Julio Crespo, Juan Romanella. Estaba también el cordobés Fortunato Valente y una única mujer: Amalia C. Figueredo. La escuela ofrecía vuelos con pasajeros, exhibiciones públicas, y también talleres de construcción y reparación de aeroplanos y motores.

Es imposible pasar por alto la presencia de un cordobés entre los jóvenes diplomados el mismo año 1914 en la escuela de aviación de Paillette y Fels. Es muy poco lo que sabemos sobre Fortunato Valente, solo que ya antes de asistir a San Fernando poseía su propio avión, lo que habla de su pertenencia a una familia de origen italiano de muy buenos recursos. En unas Efemérides riocuantenses se consigna que en el año 1913 había arribado a esa ciudad el piloto cordobés Fortunato Valente “quien había traído por tren su avión desde Córdoba y efectuó varios vuelos” demostrativos. Ya volaba y hacía acrobacias Valente, y al año siguiente completó su formación en la escuela de Paillette. Entre junio y julio, Valente fue parte de la segunda camada en aprobar las examinaciones y en obtener su diploma. El primer diplomado había sido, en la primera camada, Ricardo Detomassi. 

Los nombres de ambos pilotos quedarían ligados por lazos de tragedia, ya que Detomassi y Valente perderían ambos la vida durante sendas exhibiciones, al año siguiente, 1915, en el mismo mes. La muerte de pilotos aéreos, según la revista Mundo Argentino, ya en 1914 ofrecía un tétrico panorama: «Pensamos que la aviación argentina no puede continuar desenvolviéndose en la forma actual, Fácil es inferir que de cincuenta personas que se dedicaran aquí a la aviación, fallecerían cincuenta en accidentes. No sabemos dónde está la causa de las catástrofes; si en el temperamento harto osado o la poca parsimonia de los pilotos, o en los aparatos, o en las condiciones atmosféricas; pero esto es atroz.» 

Mundo Argentino citaba su propio artículo en 1915, en otra nota titulada “¿Aviación o suicidio?, donde manifestaba: “La muerte de dos aviadores más, Detomassi y Valente, nos autoriza a acusar de desidia a las autoridades responsables de semejantes tragedias. La prensa ha cumplido su deber al reclamar la previsión necesaria, en su oportunidad (…), en presencia de otra desgracia tan dolorosa como las que hoy enlutan a las ciudades del Plata”.

Con una diferencia de solo tres días, Ricardo Detomassi el 20 de junio de 1915 en la República Oriental del Uruguay, y Fortunato Valente en El Palomar, el 23 de junio del mismo año, perdieron la vida al caer sus aviones mientras realizaban acrobacias aéreas. Detomassi fue objeto de homenajes, ofrendas, duelo nacional y un monumento, convirtiéndose en un héroe uruguayo llorado por multitudes. Por su parte, Fortunato Valente fue prácticamente olvidado, pasados los días de impresión pública por su accidente, y tras el envío de su cuerpo de regreso a Córdoba. La revista Caras y Caretas se hacía eco de ambas pérdidas, en una misma página con fotografías de los dos aviadores. Del cordobés se leía bajo una foto de la nave siniestrada y de un retrato del joven piloto: “El accidente al aviador Fortunato Valente en el Palomar – El aparato «Henry Farman», según quedó destrozado – en el círculo, el aviador que falleció a las 8 horas del accidente”. Otra foto mostraba la Estación Retiro y un grupo nutrido de personas, “en el momento de ser colocado en un furgón el féretro con los restos de Valente, para ser sepultados en Córdoba, su ciudad natal.”

Una nota del diario porteño Crítica del 1° de julio de 1915, lamentaba la cuasi soledad de la despedida al infortunado Fortunato:
“Un vivo sentimiento de dolor y una honda amargura experimentamos en noche del miércoles pasado al concurrir a la traslación de los restos del malogrado aviador Fortunato Valente.
Cuando llegamos al hospital Fernández creímos encontrarnos ahí sino con una muchedumbre por lo menos con las personas que tienen la obligación moral de concurrir a esta clase de homenajes, pero cual no sería nuestra extrañeza cuando solo vimos en el hall a varios tenientes de la escuela militar de aviación y al director del aeródromo de San Fernando que acompañaban al atribulado hermano del extinto. (…) Cuando penetramos a esa sala desnuda y fría donde junto a otro cadáver envuelto en una sábana se hallaba el ataúd de Valente, solitario y sin más flores que las que había enviado una delicada niña, nuestro espíritu se sublevó y debimos ahogar un grito de indignación que brotaba de nuestros pechos.”

Te puede interesar

No se consigue así nomás

A regañadientes, los detractores del cuarteto han debido aceptar el actual estatus del género, pero no se privan de hacer escuchar sus quejas cuando se les presenta la oportunidad, como ha ocurrido en estos días con su declaración como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por parte de la UNESCO.

Tan populares como indefendibles

Para traducir aquellos personajes a los tiempos que corren, mucho deberán trabajar los responsables de llevar a una producción audiovisual de ficción las aventuras de Alberto Olmedo y Jorge Porcel, un proyecto que trascendió en redes sociales y del que todavía no se sabe si será una película o una serie.

Intimidades de una diva nacional

Más allá del material de archivo que rescata sus proezas infantiles en el inicio del camino hacia la consagración, lo que vemos en el documental “LALI: La que le gana al tiempo”, estrenado la semana pasada por Netflix, es la evolución del “Disciplina Tour”, desde las dos funciones en el Luna Park hasta llenar el estadio de Vélez.

Llaryora y Passerini celebran: el Cuarteto declarado Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO

El Gobernador e Intendente manifestaron en sus redes alegría ante la distinción de la organización internacional. Se trata de un reconocimiento institucional que subraya su relevancia cultural y fue anunciado y celebrado por autoridades provinciales.

Hacia dónde sopla el viento

La información que trascendió el viernes sobre la compra de la actual Warner Bros. Discovery por parte de Netflix, no deja de ser una consecuencia natural de esa evolución que pone a las viejas estructuras societarias del siglo veinte en manos de aquellos que supieron leer con mayor eficiencia las señales del futuro.

Llamadas tribales a vivir el viernes

Es uno de esos viernes de fin de año, donde las carteleras se superponen, el movimiento se duplica, la oferta se diversifica. Hay en la ciudad una vida artística y cultural contagiosa que expresa y convoca a las tribus.