Cultura Por: J.C. Maraddón12 de diciembre de 2025

No se consigue así nomás

A regañadientes, los detractores del cuarteto han debido aceptar el actual estatus del género, pero no se privan de hacer escuchar sus quejas cuando se les presenta la oportunidad, como ha ocurrido en estos días con su declaración como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por parte de la UNESCO.

J.C. Maraddón


Primero porque era la música que bailaban los “gringos” en el campo y después porque era lo que les gustaba a los habitantes de los suburbios populares de la capital provincial, lo cierto es que el cuarteto nació bajo el signo del desdén de una urbe que se ufanaba de ser La Docta. Aquel estigma sólo sirvió para que el público discriminado de ese modo se aferrara aún más a su predilección por el género y lo tomara como un elemento indisociable de su identidad, en contraste con las clases más acomodadas que sólo se permitían cuartetear con cierta aprehensión en alguna fiesta.

Tampoco se enorgullecieron del tunga tunga los cancerberos locales de la dictadura, que hacia 1978 manifestaron su desprecio evitando que los turistas llegados para el Mundial de Fútbol se toparan con esa expresión de la cordobesidad. Los bailes también sufrieron los embates de la represión y el panorama experimentó severas transformaciones, con el ocaso del reinado de los “cuatro grandes” que habían sido los principales animadores de la escena durante la primera mitad de los setenta y habían impuesto recordados hits, cuya repercusión amenazaba con trascender más allá de los límites clasistas del estilo local.

Con el retorno de la democracia, el cuarteto se sumergió en un periodo de notable expansión, tanto en la cantidad de artistas y de seguidores, como en el espectro sonoro que abarcaba, incorporando instrumentos y rítmica de origen caribeño. Para responder a esos nuevos formatos, también las agrupaciones que emergieron en esos años se atrevieron a sumar más integrantes, desde teclados hasta vientos y percusión, además de aceptar la influencia del rock nacional, que en ese entonces pasaba por un momento de gloria y que proveía de un repertorio digno de ser versionado por parte de las orquestas que poblaban el circuito de los clubes.

Sin embargo, los bailarines siguieron cargando con el baldón de su origen marginal, y los desmanes producidos por los fanáticos de La Mona Jiménez en el Festival de Folklore de Cosquín de 1988 contribuyeron a alimentar otra vez los prejuicios de quienes se horrorizaban ante la posibilidad de que el cuarteto tomara un carácter nacional. El desembarco en Buenos Aires del propio Jiménez y la fiebre desatada por el Potro Rodrigo iban a hacer realidad esa “pesadilla”. Y todo el país cantó “Soy cordobés”, mal que les pese a esos detractores que hubiesen preferido tener otro tipo de embajador en los escenarios porteños.

Como resulta lógico, los años fueron modificando el paisaje cuartetero y, si bien algunos de los referentes históricos siguen vigentes, las nuevas camadas de intérpretes parecen haberse desprendido de la maldición que pendía sobre el tunga tunga, llenan estadios en cualquier lugar y se codean con las figuras de los géneros urbanos que son las favoritas de las generaciones actuales. A regañadientes, los vituperadores han debido aceptar este renovado estatus, pero no se privan de hacer escuchar sus quejas cuando se les presenta la oportunidad, como ha ocurrido en estos días con la declaración del cuarteto como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por parte de la UNESCO.

Varias paradojas se esconden detrás de este logro: muchos de sus impulsores han sido funcionarios y académicos que distan mucho de pertenecer al mundo de los bailarines; y se dice que esto contribuirá entre otras cosas para fomentar el turismo, justamente lo opuesto a lo que pensaban los militares 37 años atrás. Mientras unos se ufanan del título obtenido y otros se indignan ante lo que consideran un acto de demagogia, los cuarteteros sostienen la permanencia de una manifestación que va mucho más allá de la música, porque un arraigo tan fuerte no se consigue así nomás.

Te puede interesar

Tan populares como indefendibles

Para traducir aquellos personajes a los tiempos que corren, mucho deberán trabajar los responsables de llevar a una producción audiovisual de ficción las aventuras de Alberto Olmedo y Jorge Porcel, un proyecto que trascendió en redes sociales y del que todavía no se sabe si será una película o una serie.

Intimidades de una diva nacional

Más allá del material de archivo que rescata sus proezas infantiles en el inicio del camino hacia la consagración, lo que vemos en el documental “LALI: La que le gana al tiempo”, estrenado la semana pasada por Netflix, es la evolución del “Disciplina Tour”, desde las dos funciones en el Luna Park hasta llenar el estadio de Vélez.

Llaryora y Passerini celebran: el Cuarteto declarado Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO

El Gobernador e Intendente manifestaron en sus redes alegría ante la distinción de la organización internacional. Se trata de un reconocimiento institucional que subraya su relevancia cultural y fue anunciado y celebrado por autoridades provinciales.

Hacia dónde sopla el viento

La información que trascendió el viernes sobre la compra de la actual Warner Bros. Discovery por parte de Netflix, no deja de ser una consecuencia natural de esa evolución que pone a las viejas estructuras societarias del siglo veinte en manos de aquellos que supieron leer con mayor eficiencia las señales del futuro.

Llamadas tribales a vivir el viernes

Es uno de esos viernes de fin de año, donde las carteleras se superponen, el movimiento se duplica, la oferta se diversifica. Hay en la ciudad una vida artística y cultural contagiosa que expresa y convoca a las tribus.

Un himno gay en el Mundial de Fútbol

Tal vez la lectura literal de lo que la canción “Y.M.C.A.” dice, incitando a la juventud a unirse para hacer realidad sus sueños, haya sido lo que motivó al presidente Donald Trump a utilizarla en sus mítines políticos. Y quizás esa misma sea la razón para que Village People la interprete hoy en la ceremonia del sorteo de la Copa 2026.