Provincial Por: Redacción Alfil 06 de septiembre de 2023

Fiscalización y debate, las dos preocupaciones que orbitan a LLA

Mientras los libertarios cordobeses trabajan bajo la consigna de engrosar el operativo de fiscalización que el propio Milei juzgó insuficiente en las PASO, en la mesa del economista se evalúan si conviene o no asistir el debate, y en su caso, de qué manera.

Por Felipe Osman

Los armadores de La Libertad Avanza, y toda la corte de advenedizos que se acercan al fenómeno Milei con la expectativa de sacar partido si el libertario termina ungido por el voto popular tras las generales o el balotaje, oscilan entre la prudencia y el exitismo. Sin embargo, los más aplomados, intentan mantener la cabeza en frío y ocuparse del asunto que constituye la prioridad uno del economista en el interior, y reviste, prácticamente, la única instrucción que desde las primarias ha llegado tierra adentro: mejorar la fiscalización.

En esa tarea trabajan referentes de los tres partidos que componen el frente en Córdoba -el Partido Demócrata, el MID y Unión Celeste y Blanca- y suman esfuerzos otras organizaciones como Pumas Libertarios, colectivo que conduce la primera candidata a diputada nacional María Celeste Ponce, o Fuerza Libertal, de Abelardo Losano. Al menos, estos son los actores que la mesa local de LLA reconoce como orgánicos. 

Al margen de eso, trabajan también para acercar fiscales Verónica Sikora, de La Libertad Primero, y Agustín Spaccesi, del Partido Libertario.

En cualquier caso, vale la pena trazar un paralelismo entre lo que fue la fiscalización libertaria en las PASO, y lo que hasta ahora viene creciendo. Según afirma Gabriel Bornoroni, segundo candidato a diputado y hombre con responsabilidades en la configuración de la fiscalización, en las paso hubo 1.800 fiscales generales. Es decir, fiscales que, en solitario o de a pares, tenían a su cargo la tarea de cuidar los votos de Milei en cada establecimiento. 

Hoy, asegura, a esa estructura se van sumando al menos otros 3.000 voluntarios. Y la expectativa es llegar a octubre contando con los 10.000 fiscales que se necesitan para que en cada mesa haya un fiscal velando por los votos del “León”.

Los libertarios destacan un punto que entienden como central: sus fiscales son voluntarios. No son rentados por los partidos políticos, no esperan que una trafic los reparta en las escuelas ni que al mediodía otra les traiga el almuerzo. Fiscalizan porque quieren sentirse parte de un giro copernicano en la forma de hacer política. Quieren ser protagonistas. Y los propios candidatos se enorgullecen de que su rol se resuma al de simples coordinadores de una fiscalización que hacen estos voluntarios, que llegan mayoritariamente de la página web lanzada por La Libertad Avanza para convocarlos.

Ahora bien, vale también decir que esa no es la única puerta de entrada a las huestes que fiscalizarán el 22 de octubre. Hay también quienes no quieren ser contactados sólo por haber completado un formulario online, y esperan un trato directo con los armadores del espacio, y por eso se han dispuesto bunkers en distintas localidades del interior para recibirlos. 

Por último, armadores de LLA aseguran que, en sus incursiones al interior, reciben muy regularmente las propuestas de intendentes que ofrecen poner al servicio del espacio sus propias estructuras de fiscalización, sin pedir –al menos, en un primer momento- nada a cambio. No se trata, destacan desde LLA, de intendentes que respondan a un solo espacio político. “Hay de todos los colores, vecinalistas, UCR, PJ… de todos”, asegura un armador libertario con horas de ruta. “Ellos nos pasan un listado con los nombres de quienes se ofrecen a fiscalizar. Son datos que nosotros necesitamos para, llegado el caso, dotarlos de los poderes para ser nuestros fiscales”, completa.

Ahora bien, mientras a nivel local las energías se concentran en potenciar el dispositivo de fiscalización, evitar la pérdida/robo de votos y maximizar las chances de Milei de llegar al sillón de Rivadavia en primera vuelta, la mesa nacional de LLA evalúa otro punto central: el debate. O más concretamente, formar parte de él, o esquivarlo.

Saben que las energías de los competidores estarán dirigidas, todas, en contra de Milei, por el simple hecho de haber resultado vencedor en las primarias. Todos necesitan ungirse como su principal rival para meterse en el balotaje. Y este escenario podría plantear profundos costos para el economista.

En cualquier caso, todas las estrategias están en análisis: participar del debate, esquivarlo, o incluso una alternativa intermedia, esquivar el primero, esperar el ataque de sus adversarios por haberlo hecho, y presentarse al segundo.

Milei sabe que concentra la atención y que la expectativa estará puesta en su figura. No ir a los debates tendría el efecto directo de devaluarlos. De quitarles fuerza. De convertirlos en un mero show de “la casta”. En cualquier caso, las sanciones que impone la ley por no asistir redundan en quitarle al candidato minutos en los medios clásicos: radio y TV. Medios que no integran en nodo comunicacional del libertario, que se asienta mucho más en las redes sociales.

Esquivar el primero e ir al segundo sería un movimiento también bien calibrado. Contestaría a las críticas que recibiría por faltar a la primera cita y hasta podría demostrar, con planillas de rating en mano, que es la figura alrededor de la cual se concentra toda la expectativa. Y en caso de recibir excesivos ataques, también podría desentenderse de las acusaciones de sus competidores y dirigirse directamente a la audiencia, haciendo a una lado a “la casta” y hablándole directamente al votante. 

El menú es amplio. Y para los “leónes”, hay tiempo para elegir.