Adiuc, protagonista del fin de la era De Feo: Córdoba gana peso en la nueva conducción de CONADU
Después de 20 años, Carlos De Feo perdió la conducción de la federación universitaria a manos del Frente de Agrupaciones de Base, donde ADIUC tuvo un rol clave. La lista opositora se impuso por un voto y consagró a Leticia Medina y Pablo Carro en lugares estratégicos.
Por Francisco López Giorcelli
La noticia sorprendió incluso a los propios protagonistas: luego de dos décadas de hegemonía, Carlos De Feo perdió la conducción de la Federación Nacional de Docentes Universitarios (CONADU). El histórico dirigente —referente del kirchnerismo académico y figura central del sindicalismo universitario— fue derrotado por la lista del Frente de Agrupaciones de Base (FAB), que se impuso por apenas un voto de diferencia.
El 62 a 61 a favor del frente opositor marca un punto de inflexión en la historia del gremio. No sólo por el fin de una conducción de veinte años, sino también por la emergencia de un nuevo mapa político dentro del sindicalismo docente universitario, con fuerte impronta federal y presencia cordobesa. En la nueva mesa ejecutiva, Leticia Medina, secretaria general de ADIUC, ocupará la Secretaría de Relaciones Internacionales, mientras que el ex diputado nacional Pablo Carro será el nuevo Secretario de Relaciones Institucionales.
Ambos dirigentes forman parte del núcleo que impulsó la renovación gremial desde Córdoba y que viene protagonizando la resistencia al ajuste presupuestario universitario. “Queremos una CONADU viva y federal, donde se den los debates para representar mejor y potenciar la voz de la docencia”, sostuvo Clara Chevalier, flamante secretaria general y dirigente de la Asociación de Docentes e Investigadores de la Universidad Nacional Arturo Jauretche (ADEIUNAJ).
Chevalier comparte conducción con Octavio Miloni, titular de ADULP (Universidad Nacional de La Plata), quien ocupa la Secretaría Adjunta. “Lo nuestro no tiene ningún revanchismo personal. Respetamos las gestiones anteriores, pero creemos que hay que reconstruir una federación para todos los sindicatos de base”, explicó Miloni en declaraciones a Letra P.
La victoria del FAB fue ajustada, pero simbólicamente contundente. No sólo significó el final de la era De Feo, sino también el desplazamiento del bloque más identificado con la gestión kirchnerista y la política universitaria tradicional. El nuevo frente reunió a sindicatos de distintas regiones del país —Rosario, Córdoba, La Pampa, San Luis, Tucumán, entre otros— bajo una consigna común: democratizar la federación y dotarla de un perfil más combativo frente al gobierno nacional.
En Córdoba, la noticia fue celebrada por ADIUC como una conquista política. El gremio, que durante los últimos meses encabezó el reclamo por la sanción de la Ley de Financiamiento Universitario, aparece ahora como uno de los pilares del nuevo armado gremial nacional. “Este resultado es el reflejo de un proceso que venimos construyendo colectivamente, con una mirada federal y participativa. Es tiempo de fortalecer la unidad docente para defender la universidad pública”, expresaron desde la comisión directiva.
La articulación entre Córdoba y el resto de los sindicatos del interior fue determinante en el desenlace de la elección. La presencia de Medina y Carro en la conducción consolida la influencia de ADIUC en la agenda nacional y proyecta a la UNC como un actor de peso en el nuevo escenario político universitario.
Pero la celebración gremial llega acompañada de un nuevo capítulo de conflicto. Apenas un día después de conocida la derrota de De Feo, ADIUC anunció un paro docente nacional para este martes 14 de octubre, en línea con la decisión de la nueva conducción de CONADU de sostener el plan de lucha.
“El ajuste sobre las universidades nacionales continúa y la pérdida de poder adquisitivo del salario docente supera el 50%. Frente a este escenario, la única salida es sostener la unidad y la organización colectiva”, comunicó el gremio cordobés. La medida afectará las actividades académicas en todas las facultades de la UNC y se enmarca en el reclamo por recomposición salarial y por la inmediata aplicación de la ley de financiamiento aprobada en el Congreso.
La coincidencia temporal entre el recambio gremial y la convocatoria al paro no pasó inadvertida en el ambiente político universitario. En el entorno del rector Jhon Boretto, observan con atención el movimiento de ADIUC, consciente de que la nueva federación puede modificar los equilibrios dentro del sistema universitario. Si bien la relación entre el rectorado y el sindicato se mantuvo institucionalmente fluida, el endurecimiento del conflicto salarial podría tensar la agenda común.
El propio Boretto había reconocido semanas atrás que “sin financiamiento sostenido, no hay posibilidad de planificar el segundo cuatrimestre”, frase que sintetiza la preocupación compartida entre autoridades y gremios. Sin embargo, en el plano político, la irrupción de un nuevo bloque sindical con poder federal abre interrogantes sobre cómo se redefinirá la interlocución con el Gobierno y con el Ministerio de Capital Humano.
Desde el entorno de ADIUC, aseguran que el paro no es un gesto aislado, sino “una señal de continuidad en la defensa del salario y del sistema universitario público frente a un ajuste persistente”. A su vez, destacan que la nueva conducción de CONADU permitirá “fortalecer la voz de las universidades del interior, históricamente relegadas en la toma de decisiones”.
Con el triunfo del FAB, la federación inicia una etapa inédita. El discurso de Chevalier y Miloni combina la idea de reconstrucción gremial con una agenda política que busca mayor pluralidad y autonomía respecto de los alineamientos partidarios. “Es una buena síntesis entre universidades nuevas y añosas”, definió la flamante secretaria general, al referirse a la nueva composición de la mesa ejecutiva.
En términos políticos, el cambio refleja un desplazamiento del eje de poder dentro del sistema universitario. Córdoba, que durante años fue un espacio de diálogo pero no de conducción, ahora se sienta en la mesa principal. El peso de Medina y Carro dentro de CONADU le da a ADIUC una proyección inédita, en un momento en que el gremialismo docente busca reconfigurarse frente a un Gobierno que no reconoce la urgencia presupuestaria del sector.
Después de veinte años, el “efecto De Feo” parece haber llegado a su fin. Y con él, una etapa donde la federación estuvo asociada a una lógica de gestión más centralizada y menos permeable a las bases. En cambio, el nuevo bloque promete una federación más horizontal, con el interior en el centro de las decisiones.
Tras las dos décadas de conducción porteña, la federación cambió de manos por un voto. Pero el dato no está sólo en el margen, sino en el mapa: el poder sindical universitario se mudó del obelisco al río Suquía. Córdoba consiguió lo que hace rato buscaba: dejar de ser la base crítica del sistema para transformarse en su nueva capital política.
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