Los diputados están, la duda es para respaldar a quién

Por Gabriel Silva

Desde el comienzo del 2023 electoral se sabía que las pretensiones del gobernador Juan Schiaretti estaban puestas en tallar en el plano nacional. Las principales incógnitas eran de qué manera, con qué aliados y, fundamentalmente, con qué fin. Transitado el primer semestre, con un cierre de listas nacionales que se mezcló con los comicios provinciales y la muy comentada cancelación a su ingreso en Juntos, Schiaretti fue cambiando las marchas de manera lenta. Pausada. Casi a una velocidad crucero que le permitiera asomarse al escenario nacional sin descuidar la transición cordobesa.

Y en esa proyección de cambios, la caja de velocidad del peronismo cordobesista transitó caminos complejos que incluyeron post Paso desde una reconfiguración de la mesa chica a la hora de planificar la campaña nacional de Schiaretti, hasta un entusiasmo exacerbado después de los debates que lo convirtieron en carne de memes. Tendencias en redes sociales, mensajes virales en las distintas plataformas que a la vieja guardia del peronismo le costó decodificar hasta que entendieron que era todo ganancia en un electorado que no había descubierto al cordobés de tono pausado, moderado y con discurso federal.

En simultáneo con ese minuto a minuto de las encuestas con la candidatura presidencial en el foco, el entorno de Schiaretti nunca dejó de lado el otro objetivo del que el propio gobernador habló incluso antes de ser oficializado como candidato presidencial: “la Argentina que viene necesitará de consensos parlamentarios”, repitió hasta el hartazgo el socio fundador del PJ cordobesista. Y el objetivo alcanzado ayer, de concretar el ingreso a la Cámara baja de tres diputados así lo demuestra.

La continuidad de Carlos Gutiérrez, sumado al ingreso de Alejandra Torres y el retorno de Juan Brügge a esa porción del Congreso fueron la otra zanahoria del schiarettismo. Engordar desde ahí y otorgar gobernabilidad, la vieja receta del PJ cordobés puesta a disposición del Gobierno nacional de turno. Y que, además en este escenario, incluyó el arribo del socialista santafesino Esteban Paulón al mismo bloque.

Claro está, ese tomo de gobernabilidad del manual aplicaba a la perfección con Javier Milei sentado en el despacho principal de Casa Rosada. Ahora, con la incertidumbre hasta el balotaje de noviembre acerca de quién será el que se mude a Balcarce 50, esos planes alteran la transición cordobesa. La impactan de lleno y la ponen a jugar en el terreno de la incomodidad.

Porque el candidato más criticado por Schiaretti en campaña fue el más votado ayer y volvió a ser el menos elegido –aunque con una suba en el porcentaje- en el distrito que el candidato nacional de Hacemos gobierna. Por ello, la primera duda es si esa gobernabilidad también está en el menú para un Massa que ya lanzó gestos a la canasta del cordobesismo en busca de reciprocidad.

Los libertarios cordobeses

Al ser el más votado Milei, y la ventaja cordobesa de casi cuatro puntos sobre Schiaretti, dejaron a los candidatos de La Libertad Avanza con tres bancas de las nueve en juego para Diputados. Y allí desembarcarán Celeste Ponce, Gabriel Bornoroni y Cecilia Ibáñez. Muchísimo para una fuerza que en este momento tiene escaños, precisamente los de Milei y su compañera de fórmula, Victoria Villarruel.

Ponce es una dirigente de línea directa con Milei y su entorno, en Córdoba sostienen que es quién más conoce a la cúpula de LLA. En tanto, Bornoroni, empresario dueño de estaciones de servicio, fue candidato a vicegobernador en las elecciones provinciales y jugó –paradójicamente para una fuerza que critica la casta- en dos paradas electorales.

Ibáñez, por su parte, es una dirigente de Villa Carlos Paz. Había mucha expectativa en su entorno con esta elección y es una de las caras visibles detrás del local partidario inaugurado recientemente en Humberto Primo, en pleno centro de la capital cordobesa.

El duro revés para Juntos

La pésima elección que hizo Juntos por el Cambio a nivel nacional, también tuvo impacto en Córdoba. A diferencia de otros tiempos, en los que la provincia se pintaba de amarillo y era la cuna o el kilómetro cero del cambio, la ola violeta y la presencia de un candidato fuerte como Schiaretti relegaron a Bullrich a un tercer escalón. Y de las seis bancas conseguidas en 2019, los votos de la coalición se redujeron a dos escaños.

Y como vienen las rispideces en la coalición, si hay estallido irán a bloques separados: el radical Luis Picat, hombre de Evolución; y Belén Avico, empresaria riocuartense que hizo su debut en la política con este armado. De asumir, será a una bancada amarilla con injerencia bullrichista.

Nada es seguro en el clima inestable que atraviesa la alianza y que amenaza con el final del armado. Desenlace que podría tener su mayor impacto en los espacios legislativos y al que podrían rescatar solo con un acuerdo entre los gobernadores.

Continuidad ‘K’

La lista de Massa en Córdoba no tuvo prácticamente corte de boleta. Casi 24 mil votos entre el tramo a Presidente y la lista de diputados que lideró la kirchnerista Gabriela Estévez. El crecimiento entre las Paso y las Generales de alrededor de seis puntos también se reflejó en esa parte de la boleta y así Estévez aseguró continuidad en el Congreso.  
 
 
 
 
 
 
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