Provincial Por: Gabriel Silva24 de enero de 2024

Cómo impacta la Ley Ómnibus en la sociedad Juez-De Loredo

Con un Juntos por el Cambio cada vez más debilitado en el plano nacional, ambos se aferran a la estructura aliancista en Córdoba para fortalecer la oposición. Las dudas sobre el debate en Diputados y cómo llegará al Senado. El alto perfil del radical por retenciones y el mensaje de las entrañas del juecismo: “lo único que interesa es Córdoba”.

Por Gabriel Silva

El costo de la debilidad y el amateurismo a la hora de elegir interlocutores en el Congreso por parte del Gobierno de Javier Milei trabó la discusión por la ley ómnibus y estira las definiciones dentro del Parlamento. Con más interrogantes que certezas, la jornada de ayer se vivió con la misma tensión en los despachos de lo que había ocurrido en el arranque de la semana; mucho más, incluso, por la irrupción de los gobernadores de todas las fuerzas en busca de protagonismo.

Por lo que el debate amenaza con ocasionar daños colaterales y directos en todos los espacios. Sobre todo, a la hora de ver cuánto los esmerila a cada uno de los protagonistas la construcción del relato y la batalla cultural que intentan impulsar los libertarios en el arranque de la gestión.

Córdoba, por muchos motivos, no está al margen de ello. Más bien, todo lo contrario. Por lo que significó la base electoral en el balotaje para Milei, por la centralidad que intenta buscar el gobernador Martín Llaryora desde el comienzo de la discusión; y, además, por cómo impactará en la sociedad opositora de Luis Juez y Rodrigo de Loredo el paquete de medidas que impulsa el Gobierno en el Congreso.

Por la lógica razón de la primera escala del proyecto en Diputados, el radical acaparó –para bien y para mal- todos los focos. Dentro y fuera de su partido, se convirtió en uno de los protagonistas y en quien debe demostrar que tiene el joystick del bloque. Ese mismo que le pretende pelear su compañero de bancada Facundo Manes, como contó Alfil ayer.

A la espera de cómo resulte esta discusión, Juez se frota las manos por lo que puede llegar al Senado. En sí, la expectativa juecista es por cómo y cuánto de los que se debata en la Cámara baja pasará a la porción del Parlamento que controla la vicepresidenta Victoria Villarruel. Y ahí, en la mujer que completó el binomio libertario, está el primer mensaje juecista: “Villarruel no es lo mismo que (Martín) Menem, como el Senado no lo es con Diputados”, reconoció un integrante de la mesa chica de Juez a este diario.

Resaltando, incluso, la buena relación de Juez, en su rol de jefe de bloque PRO, con la vicepresidenta. “Llegué ahí por pedido de Mauricio (Macri) y el bloque está alineado con el Gobierno porque me lo pidió él. Pero tengo claro que pase lo que pase, voy a seguir siendo senador. Con Macri, con (Patricia) Bullrich… eso no cambia. Sigo siendo senador”, lanzó Juez en su entorno hace unos días.

Entrelíneas hay varios mensajes. Dos puntualmente. El primero, la centralidad que tendrá Juez, si es que esto se aprueba en Diputados, cuando haga falta la media sanción de la Cámara alta. El segundo está apuntado directo a Córdoba. En el juecismo nadie lo va a reconocer, pero en su fuero íntimo, Juez sabe que su mandato va hasta diciembre de 2027, mientras que De Loredo necesitará revalidar su banca el año próximo. Y no son pocos, en lo que todavía se sostiene como Juntos por el Cambio, que observan esa carrera corta de De Loredo para llegar al 2027.

Retenciones y algo más

El radical, en su rol de jefe de bancada, ayer ratificó su rechazo al aumento a las retenciones. Capítulo en el que seguía trabada hasta el cierre de esta edición la negociación entre el oficialismo y la oposición dialoguista.

“No vamos a acompañar el aumento de retenciones que pretende llevar adelante el Gobierno. Me reuní con el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, para analizar los cambios en la ley ómnibus. Su presencia y su defensa por el interior productivo fue determinante para lograr que se retraigan iniciativas contra el potencial de los biocombustibles y las economías regionales”, dijo De Loredo ayer en lo que, varios en el Congreso, interpretaron como un ninguneo a Llaryora.

“Quiere ningunearlo a Martín y meter una cuña en el buen diálogo que hay entre Llaryora y Pullaro. Es eso”, dijo un peronista a este diario sobre la frase y la foto en redes del diputado radical.

En el capítulo retenciones, Juez está de acuerdo. Como lo está también Macri, en definitiva, el que le abrió la puerta para dejarlo al mando del bloque amarillo en el Senado.

Juez comparte el tema retenciones, la no privatización de YPF (él votó la estatización) y las economías regionales. Aunque, en definitiva, lo que entusiasma al senador cordobés es lo permeable que se mostraron a los pedidos de cambio en el Gobierno. “Amagan, pero no se cierran. No son tercos”, dijo un juecista.

Un semestre trascendental

Independientemente de lo que ocurra con la suerte en los proyectos legislativos de Milei, tanto Juez como De Loredo reconocen que los obsesiona Córdoba. “A los dos, lo único que les interesa es Córdoba y van a hacer todo lo posible para que no se rompa. Que siga con el nombre que sea, pero que no se rompa. Aunque, esto no significa que se vayan a inmolar”, dijo una persona que los conoce.

El microclima cordobés tendrá definiciones en los espacios que integran el arco opositor a Llaryora con elecciones internas en dos de los principales socios: el radicalismo y el PRO. Juez ostenta el poder de sello y protagonismo que hasta ahora sus socios no pueden demostrar. En el radicalismo, De Loredo es referente sin lapicera; y en el PRO, el panorama es difuso.   

Encima, Juez le hizo ver al radical cómo flaqueó el bloque en la Unicameral a fin de año y cada tanto reitera que él habla con todos en la UCR. Incluso, con Ramón Mestre. Hoy, la principal amenaza para que De Loredo vaya –con Marcos Ferrer o quién sea- por la siguiente base en la carrera de postas: la conducción del Comité Provincia. 

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