Provincial Por: Alejandro Moreno03 de julio de 2023

El fantasma del maltrato entre gobernador e intendente

La relación entre dos mandatarios de distinto signo es una de los temas que busca instalar el PJ para frenar a De Loredo

Por Alejandro Moreno 

Martín Llaryora disfrutó poco tiempo del título de campeón provincial. Apenas coronado -extraoficialmente mientras terminan de reparar el desvencijado escrutinio- debió ponerse ropas de fajina para entrenar a Daniel Passerini, que tiene un duelo inicialmente en desventaja contra el radical Rodrigo de Loredo por la Intendencia de Córdoba. 

La campaña de Passerini fue lanzada el jueves pasado, y la cara del actual viceintendente comenzó a ocupar el espacio público con el poder que para esa tarea tiene el peronismo. Pero, por ahora, el que va al frente contra De Loredo es el gobernador electo, apoyado sobre la victoria que por siete puntos, por lo menos, consiguió el domingo 25 en la ciudad de Córdoba contra el candidato de Juntos por el Cambio, Luis Juez. 

Una de los dardos que dispara Llaryora a De Loredo es una advertencia a los vecinos de la ciudad de Córdoba: la pasarán mal con un gobernador y un intendente enfrentados; por eso, el consejo que les da es que voten a su candidato. Passerini formaría parte de la renovación dirigencial que anuncia Llaryora, a pesar de que integra los planteles de los gobiernos peronistas desde 2005, cuando renunció a la Intendencia de Cruz Alta para asumir como ministro de Solidaridad, en la segunda gestión de José Manuel de la Sota. El “borrón y cuenta nueva” no lo estaría alcanzando. 

Que una mala relación entre gobernador e intendente perjudique los intereses de la ciudad de Córdoba es un viejo trauma político capitalino. Y el peronismo, necesitado de agitar la campaña comenzó a trabajar esa idea. Pasa como cuando un ajedrecista con una posición inferior en el tablero realiza jugadas atrevidas para obtener contrajuego. El movimiento de Llaryora es congruente con su idea del Partido Cordobés, que no es otra cosa que un eufemismo para un movimiento que hegemonice detrás del peronismo a toda la sociedad cordobesa. 

Hay riesgos. La billetera del gobernador es siempre más gorda que la del intendente, por lo que su poder es superior. Así, el que tiene más que perder con una relación tóxica es el intendente. ¿Y si algunos piensan que la advertencia del gobernador electo puede resultar una amenaza? 

Las tensiones entre un gobernador y un intendente de Córdoba contemporáneos es natural en la lógica de la política, porque ambos ocupan las sillas de mayor proyección. Pero cuando los cordobeses vivieron situaciones escandalosas, desde 1983, fue en dos gobernaciones peronistas: la primera y la segunda de De la Sota, con Germán Kammerath y Luis Juez como antagonistas capitalinos. La indisposición para compartir el poder, ¿será un problema peronista? 

¿Qué contesta a ello De Loredo? 

El candidato de Juntos por el Cambio lleva la ventaja en las encuestas -por una distancia que discuten desde ambas orillas de la campaña- y entonces trata de enfriar el tono de cualquier discusión. La polémica por el escrutinio de la elección provincial le habrá servido al comienzo, pero una dilatación del protagonismo de Luis Juez quizás lo perjudicaría, porque ahora el actor principal debe ser él mismo; en ese sentido, el jefe del Frente Cívico parece colaborar bajando la intensidad de los reproches y habiendo evitado que vivamos un nuevo escandaloso 2007. 

De Loredo, cuando le preguntan por la salud de una relación entre gobernador e intendente de distintos partidos, contesta que como está seguro de que el próximo presidente será de Juntos por el Cambio (Patricia Bullrich u Horacio Rodríguez Larreta) promete interceder ante la Casa Rosada para ayudar al mandatario cordobés en la defensa de los intereses locales. 

La frase encierra un mensaje colaborativo, pero podría también escucharse con la cinta en rewind: De Loredo avisa que si gana la Intendencia tendría otro palenque donde rascarse, e incluso hasta encendería una luz amarilla en el tablero de Llaryora, porque cualquier gobernador necesita, a su vez, de un trato amigable con el presidente de turno. 

Te puede interesar

Cruzada antinaranjita desafina relaciones Panal- Municipio

La Shakimanía puso a prueba la mano dura que prometió el ministro de Seguridad, Juan Pablo Quinteros, frente al cobro ilegal de estacionamiento en la zona. Más de 350 “naranjitas” detenidos este año. Una hiperactividad provincial que desentona con la ausencia de un programa que ordene definitivamente el sistema. El desafío social.

El ministerio de la Tristeza

A ojos de avezados observadores de la gestión, Desarrollo Social es hoy la cartera, en términos políticos, más desangelada del gabinete provincial. Una estructura de grandes proporciones, construida en base a un poder que se licúa: el schiarettismo.

Se vota Fiscal General y hay “desconcierto” en la UCR por respaldo juecista

Super miércoles en la Legislatura con segunda lectura del Presupuesto 2026 y votación del pliego de Carlos Lezcano. El gobierno descuenta el apoyo de la UCR. Este martes hay reunión de bloque que será monitoreada virtualmente por Rodrigo de Loredo.

Semana radical: brindis, fotos y campaña de De Loredo

Negri posó en la foto de bienvenida al ERSEP, Rodrigo organiza en brindis de fin de año con los intendentes pero algunos ya buscan asilo libertario.

Cambios en Seguridad: Sale Bevilacqua, entra Aráoz

Se vienen cambios en la cartera de Seguridad de la provincia de Córdoba que conduce el ministro Juan Pablo Quinteros. El actual administrador general de la Justicia de Faltas, Juan Manuel Aráoz, dejará después de 6 años ese cargo en la Municipalidad de Córdoba para saltar al equipo del gobernador Martín Llaryora, concretamente como secretario de Seguridad.

Desde las sombras, Bullrich apoyó ruptura bloque PRO para acotar a Macri

Se partió el bloque del PRO en la Legislatura de Córdoba. Botta abrió bloque propio y el recién asumido Agost Carreño se quedó con el oficialismo con apoyo de Bullrich desde Buenos Aires.