A esta nota la tengo dando vueltas en las cabeza desde el lunes, quizás incluso desde antes. Por distintos motivos se fue postergando, pero hoy se me volvió a aparecer por delante cuando buscaba tema. Es algo que todos vivimos a diario, pero que por alguna razón no terminamos de convertir en una cuestión central. Es la violencia urbana.
El viernes a la mañana escuchaba la radio y se hablaba sobre las declaraciones del ministro de seguridad en referencia al superclásico que se estaba por jugar en nuestra ciudad. La cosa giraba en torno a los naranjitas y las contribuciones obligatorias que se le hace pagar a quienes van a ver espectáculos masivos en Córdoba. Se anunció que estaba prohibido poner una tarifa fija y que se ponía a disposición de la gente un número para hacer las denuncias. El lunes, en el mismo programa, los oyentes contaban que habían tenido que pagar $5.000 y que en algunos casos les habían pedido más. Anuncios sin acciones.
Ese lunes a la tarde me puse a buscar un tema para escribir. Elegí el tema de los perros de Milei, pero me había llamado la atención el caso del joven asesinado a la salida de un boliche (y el hecho de que no se mencionaba qué deporte practican los agresores, que algunas veces parece tan importante). Estaba en todos los portales de noticias de la provincia. En cada uno de estos la magia del algoritmo hacía de las suyas y abajo aparecían noticias relacionadas con homicidios, robos y otros hechos policiales. Me llamó poderosamente la atención la cantidad y la actualidad de los mismos.
Como este no es un diario de policiales -ni yo soy un periodista que se dedique a eso- no vamos a hacer un recuento exhaustivo, pero había de todo: apuñalados y baleados en robos, un cadáver en un freezer, dos hermanos muertos en el living de la casa de su madre, robos en escuelas, un robo millonario a un taxista o la detención de los integrantes de una banda de futbolistas. Todo eso en un solo mes y dentro de la provincia de Córdoba.
Hay un libro que se estudia cuando se aborda la cuestión de los medios de comunicación y su rol en la definición de agenda. Ese texto es "La construcción de la noticia", de Mark Fishman. En el mismo el autor rastrea de qué manera los medios pueden construir un problema o una preocupación aunque los datos señalen que los hechos van en la dirección contraria.
La gente está cada vez más preocupada, los ladrones son cada vez más violentos y en las familias se empiezan a meter las consecuencias de la inestabilidad económica y emocional que viven muchos. ¿Qué rol juegan ahí los medios al comunicar esas noticias que los políticos pueden sentir que la situación ingobernable de violencia en las calles no les puede costar el puesto? Es difícil saberlo, porque no hay gacetillas policiales diarias, accesibles al público general y con datos oficiales sobre denuncias, hechos o detenciones. Son todas especulaciones en el aire que no nos dicen nada sobre la realidad concreta que se vive en la provincia.
En uno de los colegios en los que trabajo ya ha habido un caso de un docente baleado esperando el colectivo a la salida de clases, asaltos a alumnos al retirarse e incluso un hermano de un docente asesinado en un asalto en la puerta de su casa. La cosa pega cada vez más cerca. Mientras esa realidad nos pasa por encima seguimos debatiendo cuánto tienen que cobrar los naranjitas en lugar de detenernos en que se agarran a balazos por las calles de la ciudad, poniendo en riesgo a todos los que circulan alrededor. Hacen falta menos fotos de patrulleros y más datos de acciones para saber bien en donde estamos parados. No sea cosa de que la próxima bala nos llegue a nosotros.