Por Gabriel Marclé

A poco de pasarle el mando a su sucesor, Juan Manuel Llamosas se encuentra en el centro de interrogantes que se preguntan dónde estará trabajando luego de que Guillermo De Rivas tome su lugar en la Municipalidad de Río Cuarto el próximo martes. Durante la última visita del gobernador Martín Llaryora a la ciudad, las consultas de la prensa apuntaron a saber si el intendente saliente ya tenía asignado su próximo destino político, ya sea con una banca en la Legislatura por la que fue elegido en 2023 o sumándose al gabinete provincial a cargo de un nuevo Ministerio. A esas opciones, en las últimas horas se sumó otra posibilidad: que asuma en la Defensoría del Pueblo provincial.

“Soy parte del equipo de Martín y voy a estar donde él lo necesite”, dijo ayer Llamosas en una nota a Lv16, respuesta un tanto ambigua que no da claridad respecto a un futuro que se definirá en poquitos días. La posibilidad de asumir en la Legislatura se encuentra cruzada por otras pujas de poder entre quienes hoy forman parte del bloque oficialista, mientras que la inauguración de un Ministerio para coordinar acciones entre el Sur y el Panal -existiendo ya el Centro Cívico- se presenta como una posibilidad aun difusa. Es por eso que, frente a un calendario apremiante para la Defensoría que necesita renovar autoridades, la versión empezó a correr-y con fuerza- tanto en Río Cuarto como en capital.

La versión no es una sugerencia alocada de algún dirigente al tuntún, sino que ya fue tomada como probable por nombres de fuerza en el tablero cordobesista. De hecho, un dirigente atento al desarrollo de estas roscas le confirmó a Alfil que “existen” los sondeos para que el intendente saliente de la capital alterna llega a esa oficina. Más aún, si se tiene en cuenta que antes del próximo 3 de julio debe asumir un nuevo Defensor adjunto, tras la renuncia de Hugo Pozzi. En ese contexto, difundida entre guiños, la opción del riocuartense asoma con sorpresa y, de no ser nombrado titular, a priori podría ser el vice de la oficina.

Llamosas supo ser Defensor del Pueblo de Río Cuarto, mucho antes de que mostrara su valía dentro del proyecto peronista del Imperio. Su experiencia como intendente le da categoría para sumar en roles legislativos o ministeriales, pero hay dirigentes que lo ubican mejor en posiciones estratégicas para el armado provincial en una oficina que forma parte de la estrategia llaryorista. 

Al igual que en Río Cuarto, la elección del Defensor provincial se guía por acuerdos tácitos y hasta hace algunas horas se cerraba cualquier posibilidad de que un dirigente que no sea de la oposición asuma en ese cargo. De hecho, los nombres que más suenan para llegar provienen del radicalismo. Sin embargo, la posibilidad de que esa lógica se pueda romper en algún momento crece si se escucha con atención lo que declaran algunos dirigentes, como Marcos Carasso. “Nada dice que -el Defensor del Pueblo- debe ser de la oposición”, dijo en una charla con Mesa Chica, el streaming de Alfil, como si algo intuyera sobre posibles “movidas” del Partido Cordobés.

Consultados por la fuerza de esta teoría y la posibilidad de que el Partido Cordobés rompa con un acuerdo histórico, dirigentes radicales de influencia provincial le expresaron a este medio que “no hay manera” de que se ejecute esta opción. “Le pueden dar el adjunto, a lo sumo”, le comentaban a este medio sobre otra de las posibilidades. Ante la salida de Mario Decara, la Defensoría podría quedar en manos de un adjunto proveniente del peronismo para “aguantar” la definición del nuevo ombudsman hasta que la Unión Cívica Radical ponga fin a la interna con la que renovarán sus autoridades provinciales. Pero, mientras el radicalismo no resuelve sus cuestiones y asoman candidatos liberales que piden pista para meterse en la discusión, el oficialismo estaría dispuesto a librarse de especulaciones y acuerdos para terminar poniendo a uno de los suyos. Por lo pronto, desde el martes que viene, Llamosas aparecerá como un agente libre del peronismo riocuartense, un comodín listo para entrar a jugar donde lo necesiten.

Más allá de las versiones, lo firme hasta el momento es que no se sabe si Llamosas estaría dispuesto a ser ombudsman provincial. Más allá de haber expresado su intención de ir donde comande Llaryora, para algunos la Defensoría puede ser un puesto menor, un lugar de mayor comodidad, pero menor impacto. Por otro lado, una banca legislativa le permitiría generar acciones beneficiosas para su ciudad, teniendo en cuenta que en la Unicameral se llegó a piso histórico de presencia riocuartense. Es decir, no hay representantes activos de la capital alterna en el lugar donde se pueden gestionar proyectos que le devuelvan la influencia de otros tiempos.