Luis Caputo le prometió al campo bajar impuestos cuando haya superávit fiscal

El predio de la Rural de Palermo -donde el presidente Javier Milei estará el sábado próximo después de su regreso de Francia- es el lugar donde se renuevan las promesas de baja de las retenciones. Lo hizo hace unos meses el mandatario libertario y ahora el ministro de Economía, Luis Caputo, quien, sin dar fecha exacta, reiteró que bajará impuestos ni bien haya superávit fiscal. Al campo, además de las retenciones, le encarece sus insumos el impuesto Pais que en setiembre pasaría de 17,5% a 7,5%.

Caputo, que llegó a la Exposición Rural de Palermo para visitarla y reunirse con la Mesa de Enlace, dijo ante una consulta: “El campo tiene que estar tranquilo, por supuesto. Todos tienen que estar tranquilos. Las retenciones es un impuesto que, por supuesto, nos gustaría bajar prioritariamente, pero como dice siempre el presidente Milei, y digo yo, primero necesitamos superávit fiscal y es una de las prioridades. Cualquier anuncio que se haga lo va a hacer el Presidente”.

El ministro de Economía señaló que “no le preocupan los niveles de liquidación”. Expresó: “Estamos un poquito por debajo del promedio de liquidaciones, pero no es nada serio”. Hizo énfasis en que el campo no especula. Se mostró confiado en que habrá una normalización de la brecha. Vale recordar que la brecha es uno de los temas por los cuales ha venido reclamando el sector e, incluso, en la necesidad de tener un solo tipo de cambio.

“Se va a normalizar”, apuntó. Consultado sobre el impuesto PAIS, luego dijo: “Tan pronto tengamos superávit fiscal arrancaremos con la baja de impuestos. El impuesto PAIS es un impuesto terrible”. Amplió: “El mensaje para los productores es que confíen que están en un cambio histórico”.

En el proyecto original de la ley bases y el paquete fiscal que se cayó en el Congreso, Caputo apuntó a subir las retenciones. Los gobernadores, encabezados por el cordobés Martín Llaryora y Maximiliano Pullaro de Santa Fe, se opusieron hasta lograr revertir la posición. Este año, en la Expoagro, Llaryora reiteró: “Acá vemos todo el potencial que el el sector tiene. Como siempre digo, si al campo le sacaran el pie de encima, si al campo le quitaran las retenciones, produciría mucho más y al país le iría mucho mejor”.

Según un estudio de la organización Fundar, si tomara esa decisión el Estado recuperaría el 58,9% de esa pérdida de recaudación a través de dos efectos indirectos: por el aumento en los precios internos que deriva en un mayor ingreso de los productores y un valor más alto pagado por los consumidores, y por el incremento en la producción agrícola, estimulado por la desgravación.

Esa recuperación parcial no se distribuye de forma neutral entre niveles de gobierno. Las provincias resultan más beneficiadas porque se agranda la masa coparticipable por la ampliación de las bases imponibles de impuestos nacionales coparticipables y de cargas locales.

“Discutir los derechos de exportación: hacia un nuevo marco fiscal para el agro”, es el reporte de Tomás Allan, Kevin Corfield, Juan O’Farrell y Carlos Freytes, quienes plantean que la reducción de las retenciones debería llevar a una ampliación automática (aunque no necesariamente inmediata) de la base imponible de otros impuestos, dado que se generan nuevos excedentes y se espera un aumento en la producción de los bienes desgravados.

Como no se compensa la totalidad de la pérdida recaudatoria para el Estado nacional, proponen reemplazar los derechos de exportación, que recaen sobre valores brutos de venta, por un fortalecimiento en la recaudación de cargas que recaen sobre los ingresos netos y la propiedad: Ganancias, Inmobiliario Rural, Bienes Personales y Renta Extraordinaria de los recursos naturales. Enfatizan que la temporalidad y la forma de instrumentación de este tipo de medidas son “tan importante como su contenido”. Ante las necesidades fiscales del Estado nacional en el corto plazo vuelven “desaconsejable la reducción inmediata de las retenciones, “sobre todo si se produce una nueva devaluación”.