La nueva UCR-RC: feroz autocrítica y “Prunotto no es el peor mal”

Por Gabriel Marclé

Da la sensación de que la Unión Cívica Radical de Río Cuarto se enfila a una reinterpretación de la identidad política que definió al partido durante tanto tiempo y que se escribirá una suerte de Nuevo Testamento para el vapuleado perfil de la dirigencia en la región -algo que también parece concernir a la totalidad del territorio cordobés. El consenso determinó que el encargado de encabezar ese proceso, al tope de la lista única para el Comité Departamental, sea uno de los intendentes jóvenes del territorio, el intendente de Coronel Baigorria, Walter Perrone, alguien que en las últimas horas lanzó fuertes definiciones respecto a la actualidad partidaria con una feroz autocrítica y una línea favorable al vínculo con dirigentes que algunos sectores buscaron extraditar, como es el caso de la vicegobernadora radical de un de un Partido Cordobés centralmente peronista, Myrian Prunotto.

La discusión interna -a las apuradas- de la UCR-RC rompió con viejos preceptos y le permitió a un intendente de la región encabezar el proceso venidero por segundo periodo consecutivo, mientras muchos pedían que el presidente salga de la capital alterna. “Si hubieran ganado, presidían”, le responden desde la región a los dirigentes riocuartenses, tirándoles con el resultado en las elecciones locales del 29 de junio pasado. Perrone, al igual que otro grupo de nuevos intendentes, fueron validados por las urnas y, sobre todo, representan una visión casi sin pelos en la lengua de las notorias falencias acumuladas en estos años.

“Tengo la fea sensación de que la gente, cuando escucha hablar a un radical, se aburre. Queremos cambiar eso”, dijo el único candidato a presidir la UCR-RC en diálogo con FM Al Toque. Más allá de destacar la practicidad del acuerdo para que lidere la lista mientras en el Comité provincia no pudieron salirse del escenario de tres candidatos, Perrone dejó en claro que su llegada al cargo no será para “hacer presencia”, sino para liderar con ideas que algunos pueden considerar ruidosas. De hecho, se lo escuchó expresar que el partido “se ha convertido en una empresa”.

“Perdemos elecciones y algunos parecen más concentrados en ubicarse con un cargo en la oposición que en reconstruir el partido”, lanzó sin cuidado, sabiendo que algunos sectores -amplios- podían sentirse tocados por esta definición. En ese sentido, pidió “ser más ambiciosos, modernizar, ser una alternativa potable” para los tiempos que se vienen (en 2025, el primer desafío fuerte), además de haber declarado la intención de abrirle el juego a la juventud, de donde se vienen nutriendo los ribetes más festejables del último tiempo radical. 

Quizá lo más ruidoso del perfil que empieza a construir la dirigencia de la era Perrone -incluso antes de alcanzar- tenga que ver con la mención para nada casual de la figura de la vicegobernadora Myrian Prunotto, la radical excomulgada tras haberse integrado al Partido Cordobés de Martín Llaryora. “Dentro del partido creen que nuestro peor mal es que Prunotto esté con Llaryora y nada que ver. El problema de los radicales somos los propios radicales que lo hacemos siempre muy complicado”, apuntó. Otra vez, dichos que resuenan hacia adentro y que no cuentan con la simpatía de los dirigentes que venían conduciendo hasta hoy.

Quizá sea su rol como integrante del Ente Metropolitano del Gran Río Cuarto -es el único radical de ese equipo- o el para nada disimulado trabajo junto al Gobierno provincial en materia obras lo que lo han llevado a “bajar un cambio” respecto a los tiempos de constante enfrentamiento entre compañeros y correligionarios. Sin embargo, no se siente tanto como una reivindicación del Partido Cordobés, sino como una forma de exponer como negativo la idea de mirar siempre a los de enfrente. “No le vamos a echar la culpa de nuestros males a nadie. Tenemos que hacer una autocrítica de por qué estamos parados acá y a partir de ahí empezar a crecer”, señaló.

Como intendente, ya adelantó que confiará en sus pares para conducir. La mayoría de ellos, son nuevos dirigentes, los que vencieron a los candidatos de Hacemos Unidos en las últimas municipales. Allí destacan como socios Pablo Viguié (Chucul), Germán Martini (Las Acequias), Federico Soto (Berrotarán) y Romina Aguirre (Elena), todos actores que tampoco salen al cruce del Partido Cordobés, tomando una postura cuidadosa como intendentes, aunque autocrítica como dirigentes del radicalismo. “El radicalismo lo más poderoso que tiene hoy son los más de 170 intendentes, un montón de exintendentes que han quedado en el olvido”, dijo sobre la importancia que tendrán los jefes municipales.

Pensando en el lugar que tendrá esta configuración en las urnas de la interna provincial, Perrone integra el bloque de dirigentes de Evolución Radical y la lógica indica que Perrone preferiría el trabajo con Marcos Ferrer. Sin embargo, el de Coronel Baigorria ya adelantó que su trabajo será representar a todos los núcleos del departamento, incluso aquellos que no apoyan al de Río Tercero. Eso sí, la cuestión destacada por quien será el nuevo presidente de la UCR-RC tiene que ver con volver a mirar para la capital alterna. “Sin la ciudad de Río Cuarto, se nos hará muy difícil volvernos grandes. Tenemos que trabajar todos juntos, llamar a los que se fueron, empezar a abrir el partido, no ser tan mezquinos”, dijo. Como parte de Evolución, se verá un Comité cercano a nombres como el de Gonzalo Parodi.