Después del nuevo golpe en las urnas, el radicalismo riocuartense enfrenta el dilema de sincerar sus lealtades: seguir resistiendo dentro del partido o migrar hacia los espacios que hoy concentran el poder.
Río Cuarto31 de octubre de 2025
Redacción Alfil
Por Gabriel Marclé
El radicalismo entró en un loop que parece difícil de cortar, mucho más después de la performance que registró la lista pura de Ramón Mestre en las legislativas del último domingo. Tal es así que, inmediatamente después del golpazo, dirigentes y militantes repiten lo de otras veces: la necesidad de reconstruirse, de barajar y dar de nuevo desde un lugar de total desventaja frente a los flujos políticos que atraviesan al país. La diferencia con otras etapas es que hoy se habla abiertamente de un “sinceramiento”: que jueguen con los libertarios o con Provincias Unidas, pero fuera de la Unión Cívica Radical.
Desde Río Cuarto, el centenario partido afronta la dura realidad de no haber logrado que la gran cantidad de afiliados que tiene se traduzca en votos para la Lista 3. No se trasladó el cien por ciento de ese electorado clásico que suele marcar el piso histórico en cada elección, con lo cual hubieran llegado al menos a los 10 puntos. Frente a esos números, los radicales de la capital alterna aseguran que no esperaban una elección buena, pero tampoco tan mala.
“Lo positivo es que tenemos claro dónde estamos parados”, reflexionan desde la UCR Río Cuarto, en cuya sede solo se ha visto a los dirigentes que se niegan a caer en la necesidad de elegir el bote libertario o cordobesista para sobrevivir. Desde allí surgen comentarios y análisis que todavía circulan por lo bajo, pero que planean ponerse sobre la mesa la semana que viene (o la otra) en un plenario partidario del que esperan también participen intendentes y referentes del radicalismo del interior.
Más allá de las distintas posturas que se puedan escuchar en esa reunión, la dirigencia con cargo en los comités se divide entre los reconstructores y los que ya están pegando el salto. En Río Cuarto, por ejemplo, hay cortocircuitos entre los que se la jugaron con Provincias Unidas y los que siguen bancando los trapos de la UCR. Aunque persiste la resistencia radical a la tentación de encontrar asilo en las alternativas mayoritarias, en el Imperio se alzan las voces que ya no temen hablar de encontrar una salida decorosa para quienes no estén dispuestos a comprometerse con la reconstrucción.
“Se viene una etapa de sinceramiento. Los que quieren jugar por La Libertad Avanza o por Provincias Unidas, que dejen de jugar a las escondidas y lo digan. De esa manera sabremos quiénes quieren reconstruir el radicalismo y quiénes están pensando en otra cosa”, le dijo a Alfil el presidente del Circuito Centro de Río Cuarto, Marcos Curletto. Una visión que comparten también en las mesas de Alberdi, Banda Norte y otros distritos de la región, pero que también parecería representar a los dirigentes (Juan Jure, Gonzalo Parodi, los Rins) que militaron el voto a Mestre en las listas.
La respuesta suena más a anticipo que a advertencia, como si ya se vieran venir los movimientos que se producirán en el corto plazo. Fue notorio el efecto que produjo el juego de intendentes boina blanca con Provincias Unidas durante las legislativas, y en algunos casos los resultados confirmaron el compromiso que estos jefes municipales tienen con la propuesta cordobesista. Después de todo, también estaban midiendo el respaldo de sus vecinos en tiempos donde Martín Llaryora podría ungirlos como candidatos por encima de los nombres peronistas.
“La única posibilidad de que podamos armar algo es con Provincias Unidas”, le dijo a Alfil uno de los intendentes radicales que trabajó por la lista de Juan Schiaretti. En la mayoría de los municipios ganó La Libertad Avanza, salvo en casos como el de Coronel Baigorria, gobernado por Walter Perrone, presidente del Comité Departamental de la UCR. Justamente, fue el único distrito radical donde Provincias Unidas se impuso.
Al mismo tiempo, están los dirigentes que desde hace tiempo quieren ponerse la peluca y necesitaban una señal como la del domingo para terminar de decidirse. “Todos los que son del grupo de (Gabriel) Abrile fiscalizaron para Milei”, acusaba un dirigente que estuvo en la trinchera mestrista, advirtiendo que el médico y presidente del bloque Primero Río Cuarto está listo para oficializar el salto al bando libertario, tal vez pensando en ser el primer intendente de LLA en la ciudad desde 2028.
El radicalismo parece haber agotado la etapa del diagnóstico. Lo que viene, según admiten hasta los más optimistas, es una cirugía sin anestesia: sincerar, separar y recién después intentar reconstruir. Si todavía hay algo que reconstruir.
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