La voz de los noventa
A 35 años del fallido aterrizaje del grupo chileno La Ley en el festival Chateau Rock, el cantante Beto Cuevas ha decidido reencauzar su carrera solista con la publicación de un disco acústico que celebra el cuarto de siglo transcurrido desde que aquella legendaria banda lanzara su “MTV Unplugged”.
J.C. Maraddón
Al igual que sucedió con el rock argentino tras la guerra de Malvinas y en la transición de la dictadura hacia la democracia, también en Chile se registró un despertar rockero hacia las postrimerías del régimen de Pinochet, que había ejercido una feroz represión sobre las expresiones culturales trasandinas. Lo curioso es que algunas de esas bandas que plantearon una resistencia contra el sangriento autoritarismo reinante, pasaron por Córdoba a finales de los años ochenta y comienzos de los noventa, como parte de la grilla del festival Chateau Rock, que a diferencia de su antecesor de La Falda se planteó desde un principio una aspiración a transformarse en internacional.
Tal vez el grupo que con mayor énfasis se opuso en ese entonces a la tiranía pinochetista haya sido Los Prisioneros, con una propuesta que musicalmente navegaba en las aguas de la new wave y el punk, pero que en sus letras descargaba toda la furia de un mensaje político tan comprometido como riesgoso. Cuando Los Prisioneros actuaron el sábado 28 de marzo de 1987 en el actual estadio Mario Alberto Kempes, llevaban apenas tres años de carrera profesional y dos discos editados, con escasa difusión de este lado de la Cordillera, por lo que su presencia sólo despertó una mínima curiosidad en un público que esperaba por Spinetta y Fito Páez.
Tampoco le fue muy bien a la banda chilena La Ley, que se presentó en septiembre de 1990 en la segunda jornada del que iba a ser en definitiva el último de los festivales de la serie iniciada en 1985 en el Chateau Carreras. Condenada a subir al escenario en una noche en la que se destacaban las bandas de rocanrol (el cierre iba a estar a cargo de rata Blanca), esta formación que abordaba a su manera el estilo synth pop, no tenía nada que hacer en esa grilla y sufrió la indiferencia de la multitud.
En ese año, La Ley acababa de lanzar su disco debut, “Desiertos”, en el que cantaba una flamante incorporación: el vocalista Beto Cuevas, que había regresado a Chile tras haber estado viviendo en el exterior. A pesar de que su paso por Argentina no había sido promisorio, el grupo iba a transformarse en uno de los puntales de la avanzada latinoamericana del rock en los noventa, con hits como “El duelo”, de 1995, que situaron a Beto Cuevas como uno de los cantantes mejor conceptuados del rock en español.
A 35 años de ese fallido aterrizaje de La Ley en territorio cordobés, Cuevas ha decidido reencauzar su carrera solista con la publicación de un disco acústico que celebra el cuarto de siglo transcurrido desde que aquella legendaria banda lanzara su correspondiente “MTV Unplugged”. Para este trabajo, ha recuperado algunos de los temas fundamentales del repertorio de La Ley, como “Mentira”, al que ha grabado junto a la intérprete mexicana Ely Guerra, artista que también lo acompaña en una remozada versión de “El duelo”, en lo que el propio Beto Cuevas ha catalogado como un “homenaje” a la agrupación que lo catapultó a la fama.
Quizás tanto Los Prisioneros como La Ley llegaron en una etapa muy temprana de su trayectoria a Córdoba y en aquel momento no había forma de imaginar cuán lejos llegarían después y cómo iban a ser de influyentes en el derrotero que tomaría el rock en español finisecular. Hoy, en pleno auge de un sonido latinoamericano que abreva en otros estilos completamente distintos, puede que esa nostalgia implícita en los últimos pasos de Beto Cuevas sirva para reivindicar aquel intento compartido entre grupos chilenos, argentinos, mexicanos y colombianos, de instalar una impronta rockera latina en el mercado estadounidense.
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