Cultura Por: J.C. Maraddón05 de mayo de 2025

Un sacudón existencial

Las llamadas “Rocketgirl Chronicles”, una serie de fotos que le valió importantes premios al artista residente en Australia Andrew Rovenko y que luego se tradujo en un libro y en muestras diversas, se exponen en la Galería Fotográfica de Independencia 180 con entrada libre y gratuita.

J.C. Maraddón 

Por estos días se están cumpliendo cinco años desde ese momento durante la pandemia, cuando la humanidad empezó a tomar conciencia de que no se trataba de un episodio anecdótico y que el aislamiento social podría haber llegado para quedarse. El paisaje apocalíptico de urbes vacías y de unos pocos transeúntes autorizados deambulando con barbijos, tampoco ayudaba demasiado a levantar el ánimo de los ciudadanos que habían aceptado encerrarse en sus hogares y adaptarse a una vida social y laboral dentro de los límites de la virtualidad, pensando que esa reclusión sanitaria se extendería apenas por unas pocas y llevaderas semanas.

Con las vacunas todavía en desarrollo y las precisiones sobre el alcance del coronavirus ausentes del discurso de los expertos, la gente experimentó reacciones que iban de la depresión al pánico, y que en algunos casos derivaban en ataques de furia por situaciones que eran consideradas injustas. Con mayor tiempo de exposición a los distintos tipos de pantalla, los individuos recibían información contradictoria que llevaba a veces a ovacionar la tarea hercúlea de médicos y enfermeros, pero que en otras ocasiones desataba la ira de aquellos que eran privados de ciertos derechos básicos, como la cercanía con sus familiares que habían sido internados.

En ese momento fue clave la función que desempeñaron ciertos referentes sociales, ya sea para avalar medidas que apuntaban a la protección de la salud comunitaria, o para rebelarse contra las indicaciones de las autoridades, alegando fundamentos que en muchos casos provenían de teorías conspirativas carentes de sustancia. Las opiniones de líderes políticos, comunicadores masivos y celebridades del deporte o el arte, contribuyeron a desorientar a esa parte de la población que no lograba entender lo que estaba pasando ni conseguía decidir qué hacer frente a acontecimientos de los que resultaba imposible encontrar antecedentes lo suficientemente cercanos.

En el ámbito de la cultura, los artistas también reaccionaron de modo disímil, aunque hubo una mayoría que procuró aprovechar el ostracismo forzado para adentrarse en los procesos creativos individuales y para explorar en formatos que posibilitasen seguir trabajando a distancia. De acuerdo a las necesidades requeridas por cada género, hubo intrépidos que se lanzaron a desarrollar nuevas modalidades de producción, ante la perspectiva de que las cosas tardasen en volver a la normalidad y que las condiciones reinantes durante la cuarentena estricta se perpetuaran en el tiempo, ya fuese por el Covid-19 o por algún otro virus similar.

Refugiado en su casa de Melbourne, Australia, junto a su esposa y su hija, el fotógrafo ucraniano Andrew Rovenko puso a prueba su ingenio para mantener entretenida a Mia, de por entonces 4 años de edad, tomando como base el interés que ella manifestaba por las estrellas y el cielo nocturno. Mariya, la madre de la pequeña, colaboró con la creación de un disfraz de astronauta, que Mia vistió en las recorridas que hacían por los alrededores hasta donde se lo permitiesen las restricciones de circulación. Sin un plan prefijado, Andrew fue retratando con su cámara escenas de esas caminatas.

De una acción tan espontánea como esa, nacieron las llamadas “Rocketgirl Chronicles”, una serie fotográfica que le valió importantes premios a Rovenko y que luego se tradujo en un libro y en muestras diversas. Desde hace un par de semanas, la Galería Fotográfica de Independencia 180 expone esas imágenes con entrada libre y gratuita, junto a las reunidas por la artista local Virginia Flores bajo el título de “Nuestra condición de fantasmas”. La soledad de la niña astronauta, que evoca la de otros viajeros célebres del espacio como los de las canciones de David Bowie y Luis Alberto Spinetta, nos invita a recordar ese pasado reciente que promovió un violento sacudón existencial.

Te puede interesar

Ser o no ser una película

Con protagónicos a cargo de Leonardo Sbaraglia, Gustavo Bassani, Alejandra Flechner, Mónica Antonópulos y la niña jujeña Francesca Varela, la novela “Las maldiciones” de Claudia Piñeiro devino en una tira para Netflix dirigida por Daniel Burman, que consta de tres episodios con una duración total de menos de dos horas.

Las agendas se escriben en tiempo futuro

Lo que se verá, se oirá, se discutirá y se proyectará de hoy para mañana, se corresponde con una serie de dedos índices que apuntan y conducen a eventos, hasta que estos se cumplan en los hechos como se habían imaginado.

Todo es incompleto

Sin ánimo de polemizar con aquella serie “Rompan todo” ni mucho menos, Abel Gilbert y Pablo Alabarces fueron invitados por la editorial El Colegio de México para sumarse a una de sus colecciones con el libro “Historia mínima del rock en América Latina”, publicado este año en Argentina por el sello Prometeo.

Caras y caretas cordobesas

La revista Caras y Caretas publicó necrológicas de dos hombres que condujeron diez años decisivos de la historia de Córdoba y el país: la de Marcos Juárez, en 1901, y la de Miguel Juárez Celman, en 1909.

La persona detrás del sex symbol

Que un ícono del cine estadounidense como Robert Redford (fallecido el martes pasado a los 89 años) produjera en 2004 el largometraje “Diarios de motocicleta” sobre un revolucionario comunista como el Che Guevara, no debe haber sido fácil de digerir para el establishment de Hollywood.

Lo sutil, lo vital, y lo móvil

Terminan todos con ele los adjetivos que describen algunas propiedades de la grilla artística y cultural del último día hábil. Eso no agrega la menor significación al hecho de enunciar los tonos de la tarde.