Federico Jelic
Misión cumplida, aunque lo mismo no fue gratis en imagen. Tampoco algo pírrico, que digamos, sin embargo la segunda modernización del estatuto de Talleres en la era Andrés Fassi, por primera vez, tuvo disidencias.
Claro, el presidente albiazul contó con luz verde en gestión, acción y disposición absoluta en estos 10 años de gobierno, desde su desembarco, allá por diciembre de 2014. Esta vez, por primera vez, en la Asamblea encontró algunas manos de su parlamento que votaron en contra a una de sus mociones.
A ver, más del 80 por ciento votó a favor de la modernización, sobre todo del punto más polémico, con la posibilidad de ser reelecto y con la actualización de poder tener cinco períodos consecutivos. Aunque la novedad es esa: una porción no le hicieron lugar a sus peticiones estatutarias.
También puede haber una interpretación de esa modernización, con que empiece de cero y en vez de dos mandatos más, pude Fassi meter cinco. ¿Será?
El club de los 12
Ya la Asamblea comenzó con algunas situaciones tensas, como la presencia de varios socios que con pancartas, bombos y carteles, se manifestaron en contra de la modernización, sobre todo con ese punto especial de la renovación.
A saber: Fassi ya tuvo tres períodos en Talleres, apuntó a la renovación por dos mandatos más, es decir hasta 2033, para completar los cinco períodos.
La sorpresa fue en la votación, que por primera vez no hubo unanimidad a un pedido de Fassi. De acuerdo a las actas, de los 100 asambleístas disponibles, participaron 76, de los cuales 12 votaron en contra y hubo dos abstenciones. El resto, lógicamente, levantó la mano dando conformidad a la solicitud de Fassi.
“Es un espacio de debate entre los socios y está bien que haya algunas voces distintas en pensamiento. De esas voces que votaron en contrato, todos me vinieron a abrazar y a desear suerte para el Talleres que viene”, declaró Fassi, con aires ganadores, aunque en el fondo, sabe que hay algunas miradas que ya no le dan ese apoyo súper incondicional.
De esta forma, Fassi podrá presentarse a las elecciones en noviembre, para volver a ser reelegido al frente del club de barrio Jardín, por dos gestiones más, para completar cinco de manera consecutiva. Serían casi 20 años, hasta 2033.
Asimismo, hay algunas miradas desconfiadas: cuando Fassi modernizó el estatuto en la poco feliz celebre asamblea en 2016 en el Orfeo Superdomo, amplió de tres a cuatro años cada mandato, y al ser nueva la norma, empezaba de cero, es decir, no contabilizaba la elección que lo llevó al poder en 2016. Entonces así se llega a los tres mandatos actuales.
Ahora, ¿se aplica la misma interpretación jurídica? ¿Fassi podrá ser presidente entonces por los próximos 20 años, es decir, cinco períodos ininterrumpidos de cuatro años?
Desde el entorno del presidente aducen que no, que el líder albiazul irá por dos periodos más y cambiará de aires en 2033, en caso de ser reelegido por los socios. Que ya lo había manifestado puertas adentro, pero nadie asegura nada en este contexto, claro está.
Vale aclarar que hay sectores opositores que salieron a la palestra para manifestarse en contra de esta modernización. Primero fue el abogado Daniel Quinteros, buscando la nulidad de ese proceso ante la falta de tiempo para analizar la modificación de esos artículos claves, con su grupo “Más Talleres”. La Justicia no le hizo lugar, entendiendo que eso depende de IPJ, aunque por los tiempos y plazos, era imposible conseguir la anulación de esa petición.
También el grupo “Talleres es de su gente”, que compitió con Fassi en 2014 en los comicios con Gustavo Lawson a la cabeza, hicieron su descargo y su puesta de postura ante esta situación, con relación a la modernización del estatuto. De paso dejaron en claro que buscarán la manera de poder participar en las urnas en noviembre, sea unidos o separados.
Mientras tanto, Fassi consiguió su propósito, en un campaña deportiva que fue su peor propaganda política, con un magro mercado de pases, eliminaciones de la Copa Libertadores y de la Copa Argentina, además de estar peleando por el descenso por primera vez en el fondo de la tabla general por primera vez desde su retorno a Primera. Sorteó esos obstáculo (con todo el peso de la renuncia de Diego Cocca tres días antes del debut en el torneo) y apunta a ser re-re reelecto en Talleres. Una serie de goles y victorias en la cancha le garantizarían al menos un mandato más, sabiendo que precisamente lo futbolístico es hoy lo que pueda tumbarlo de sus aspiraciones.