Aquella solución para todos los males
Uno de los síntomas la crisis de la TV abierta había sido el apartamiento de Guido Kaczka de la conducción de “Los 8 escalones” y su reemplazo por Pampita Ardohain, que se venía desempeñando como jurado. Ahora, a pocas semanas de esa drástica decisión, Adrián Suar anunció que dará de baja el programa.
J.C. Maraddón
Desde sus primeros tiempos, cuando la televisión era la gran novedad que ingresaba en los hogares, los programas de entretenimientos fueron el caballito de batalla de los dueños de las señales, que empezaban así a detectar cuáles eran las preferencias de la familia a la hora de sentarse frente a la pantalla. Tal vez los más recordados sean los ciclos de preguntas y respuestas, pero en realidad los productores apelaban a toda clase de concursos para tentar a que se inscribieran miles de aspirantes, quienes acudían tras el interés de alzarse con los premios, consistentes en electrodomésticos, viajes y, las más de las veces, dinero en efectivo.
Eso que sucedía más de sesenta años atrás, podría haber quedado sumergido en el baúl de los recuerdos y circular en las redes sociales como archivo de un tiempo en el que esos formatos eran los más populares. Sin embargo, cada vez que la desorientación los gana, hasta el día de hoy los directores artísticos de los canales de aire recurren a envíos de ese tipo, algunos de los cuales responden a franquicias internacionales que han probado su eficacia en el exterior y que por eso mismo están en condiciones de garantizar una puntería infalible en el rating.
El avance de los contenidos digitales y el desinterés de las nuevas generaciones por cualquier otra cosa que no sea su teléfono inteligente, han obligado a los zares de la TV a diseñar estrategias que sirvan para contrarrestar una disminución notoria del encendido, en especial dentro del segmento juvenil. La metodología del ensayo/error que aplican en su trabajo deriva en un constante vaivén de la programación, que entabla una lucha titánica contra los hábitos de consumo actuales, completamente distintos a los que imperaban en aquella lejana época en que la televisión manejaba a su antojo la voluntad de la audiencia.
Entre las estrategias para retener espectadores, una de las más empleadas es el reclutamiento de nombres que por sí solos despierten el interés de la gente, debido a su fama, a su carisma, a su talento y… a todo eso junto. Como fiel representante de esa raza de animadores, Guido Kaczka cambió las tiras de ficción por los certámenes de la tele, donde se reveló como un superdotado para esos menesteres. Su arribo a El Trece en 2011 con “A todo o nada” lo catapultó a un sitial de privilegio, que en ese entonces tornó habitual su presencia en el prime time.
En 2014, por la misma emisora, debutó con “Los 8 escalones”, una propuesta de la productora Endemol que a poco de andar ya se había transformado en un clásico y que tuvo en Kaczka al conductor ideal, con la chispa suficiente para que los participantes se relajaran y la teleplatea pasara un rato divertido. Tras un par de temporadas, el ciclo fue retomado en 2021 como “Los 8 escalones del millón”, aprovechando que muchos todavía permanecían en sus casas por temor a contagiarse el coronavirus. Finalizado el aislamiento obligatorio, la televisión de aire prosiguió en su fase declinante.
Uno de los síntomas de esa defección había sido el apartamiento de Guido Kaczka de la conducción de “Los 8 escalones” y su reemplazo por Pampita Ardohain, que hasta ese momento se desempeñaba como jurado. Ahora, a pocas semanas de esa drástica decisión, Adrián Suar anunció que el programa dejará de ser emitido próximamente, aunque no descartó que vuelva más adelante. Se ve que, frente a la instalación de los medios virtuales como alternativa dominante, las viejas artimañas de la TV ya no estarían siendo tan eficaces, ni siquiera mediante esas producciones que alguna vez fueron la solución para todos los males.
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