Universidad Por: Francisco Lopez Giorcelli07 de noviembre de 2025

Presupuesto 2026: Boretto le responde a Capital Humano y expone la crisis universitaria

El rector de la UNC cuestionó al Gobierno nacional por el proyecto de Presupuesto 2026 y advirtió que la propuesta es “insuficiente”. En declaraciones a Cadena 3, apuntó al Ministerio de Capital Humano y dejó al descubierto la falta de gestión de la Subsecretaría de Políticas Universitarias.

Por Francisco Lopez Giorcelli 

La Universidad Nacional de Córdoba (UNC) volvió a colocarse en el centro del debate educativo nacional. Su rector, Jhon Boretto, rompió el silencio institucional y marcó posición frente al Gobierno de Javier Milei al calificar de “insuficiente” el proyecto de Presupuesto 2026. En declaraciones a Cadena 3, Boretto explicó que la propuesta “repite los valores que se están ejecutando este año”, sin contemplar la actualización de partidas ni la recomposición salarial reclamada por el sistema universitario. 

“La propuesta elevada por el Gobierno al Congreso es insuficiente. Básicamente contiene el presupuesto que se está ejecutando en 2025”, señaló el rector, que por primera vez hace una crítica directa al Ministerio de Capital Humano, que conduce Sandra Pettovello, y a su subordinado en el área, el subsecretario de Políticas Universitarias, Alejandro Álvarez.

Las declaraciones no son casuales ni aisladas. En los despachos del Pabellón Argentina se interpreta el gesto como una respuesta política ante la falta de gestión de la cartera nacional, que desde hace meses mantiene un vínculo tenso con los rectores (y todos los actores universitarios) de todo el país y acumula reclamos por demoras, recortes y ausencia de interlocución real.

Dentro del sistema universitario, Álvarez es el principal apuntado. Su gestión, marcada por la descoordinación y la falta de respuestas concretas, generó un consenso inusual: tanto los rectores más dialoguistas como los más combativos coinciden en que la Subsecretaría de Políticas Universitarias “dejó de ser un espacio de trabajo y se convirtió en un sello sin poder ni planificación”.

Desde Córdoba, la UNC eligió tomar distancia sin romper los canales formales, pero la crítica ya está planteada. “No pedimos más fondos, pedimos que se actualice el presupuesto vigente. El 90 % de los recursos del Estado se destinan a sueldos, y en los últimos dos años hubo una pérdida del poder adquisitivo del 40 %”, detalló Boretto, que se apoya en los datos que mensualmente difunde ADIUC, el gremio de docentes e investigadores de la UNC.

La frase condensa el diagnóstico que atraviesa a todas las universidades nacionales: un deterioro estructural, con salarios licuados, gastos operativos congelados y programas académicos que sobreviven a base de fondos propios. En el caso de la UNC, parte de los ingresos generados por el Laboratorio de Hemoderivados y por otras unidades de gestión se destina a becas, comedores y mantenimiento edilicio. Una estrategia de emergencia que no puede sostenerse indefinidamente.

La política detrás del presupuesto

La intervención de Boretto debe leerse también en clave política. Tras la aprobación y posterior veto de la ley de financiamiento universitario, las universidades iniciaron acciones judiciales para exigir su cumplimiento. La UNC fue una de las primeras en acudir a la Justicia Federal en Buenos Aires. “El reclamo representa apenas el 0,2 % del Producto Bruto”, recordó el rector, buscando desarmar el discurso oficial de que el pedido universitario “rompe el equilibrio fiscal”.

La respuesta universitaria no se limita al plano técnico: es una advertencia institucional. La UNC plantea que el financiamiento de la educación superior no puede tratarse como un gasto más dentro del presupuesto público, sino como una inversión estratégica. En ese sentido, Boretto intenta conservar el tono dialoguista, pero marca una diferencia conceptual con la línea dura del Ministerio de Capital Humano: “Estamos pidiendo una actualización del presupuesto, no un incremento”.

El rectorado cordobés percibe, además, una creciente cerrazón política en el Gobierno nacional. El fortalecimiento de Milei en el Congreso tras los últimos resultados de los comicios legislativos reduce los márgenes para la negociación presupuestaria. “Esperamos que haya diálogo, pero no hemos tenido las respuestas necesarias en relación con el financiamiento, que ha sufrido un deterioro muy marcado y crítico”, subrayó el rector.

La UNC como faro institucional

La UNC conserva un rol central dentro del sistema universitario y, por extensión, dentro del tablero político local. Boretto mantiene una relación fluida con el gobierno provincial y con buena parte del arco político cordobés, que acompañó la multitudinaria movilización universitaria y se sumó a los reclamos de la institución. Ese capital político explica por qué la universidad puede plantarse con firmeza sin perder la institucionalidad.

A diferencia de otros rectores que optaron por el silencio, Boretto eligió reinstalar el tema del financiamiento en la agenda pública, aprovechando el eco mediático de sus dichos y la visibilidad de la UNC como universidad emblemática del interior. En el entorno del rector aseguran que el objetivo no es la confrontación directa con el Ejecutivo, sino recordar que sin presupuesto actualizado no hay manera de garantizar el funcionamiento normal del sistema.

De hecho, el discurso de Boretto se complementa con los reclamos del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), aunque evita los matices más ideológicos, algo que caracteriza a la línea política de las últimas gestiones del radicalismo en la UNC. Su apuesta,parece, es mantener la discusión en términos institucionales, apelando a la racionalidad técnica y al consenso social en torno a la defensa de la universidad pública.

A pesar de la moderación del tono, la advertencia es clara: si el Gobierno insiste en mantener congelado el presupuesto, el conflicto universitario volverá a las calles. Con la paritaria docente estancada y los fondos de funcionamiento en niveles críticos, los gremios ya evalúan retomar las medidas de fuerza a comienzos de 2026.

En ese escenario, la posición de la UNC cobra un valor político adicional. Córdoba se ha transformado en el termómetro del sistema universitario argentino. Y esta vez, el mensaje no deja lugar a dudas: la universidad pública no puede sostenerse con discursos ni con austeridad mal entendida.

Mientras el Ministerio de Capital Humano intenta sostener la narrativa del equilibrio fiscal, la UNC devuelve la pelota con un argumento de fondo: sin educación, no hay desarrollo ni país que equilibrar.

 

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