La exposición permanente
Las peores sospechas que habían alimentado los rumores previos se vieron refrendadas con el anuncio que hizo Ale Sergi en el último recital del sábado en Ferro, acerca de un año sabático que Miranda! se tomará en 2026 con la supuesta intención de componer y grabar un nuevo repertorio.
J.C. Maraddón
En 2026, se cumplirán 25 años del debut en vivo de Miranda!, uno de los proyectos musicales más exitosos y duraderos en lo que va de este siglo, cuya propuesta tuvo la virtud de asentarse desde un principio sobre los cimientos de la cultura pop, en un momento en que las tendencias en boga más bien referían al rock chabón y a la cumbia villera. Por esos días demasiado revueltos de la historia argentina, en medio de saqueos y represión, salir al ruedo con canciones entre románticas y risueñas, montadas sobre bases electrónicas, era un atrevimiento al que pocos le veían futuro.
Nadie se tomaba muy en serio a esa formación cuyo primer disco se llamaba irónicamente “Es mentira”, y que en su puesta en escena contaba con una parejita al frente al estilo de un Pimpinela con cierto glamour. Frente a esas comparaciones, Ale Sergi y Juliana Gattas iban a redoblar la apuesta reivindicando en sus declaraciones públicas al dúo de los hermanos Galán, algo que sembró el espanto en la crítica rockera pero que provocó la polémica necesaria para que Miranda! trascendiera más allá del gueto y pudiera saltar a otro nivel de popularidad.
Para lograrlo, hizo falta que publicara su segundo disco, “Sin restricciones”, donde el estilo punzante de su primera etapa decantó en una irresistible ametralladora de hits, que en su difusión radiofónica y televisiva los instaló como ídolos de multitudes en pocos meses. No hubo lugar del país que pudiese ofrecer resistencia al furor del tema “Don”, motor también de una repercusión internacional que nadie hubiera presupuesto cuando eran un número de culto que brillaba en el circuito alternativo y sólo cosechaba fans entre los adolescentes que se identificaban con sus letras sobre amores no correspondidos o flirts de una noche.
Casi un cuarto de siglo de carrera, en la que del grupo original sólo sobrevivió la dupla Sergi-Gattas, ha servido para corroborar que aquella “mentira” que les sirvió como punto de partida es hoy una realidad manifiesta, asentados como están en el mundo del espectáculo, donde refulgen como auténticos divos. Mientras varios de los rockeros que los discriminaban a comienzos de los dos mil se han transformado en piezas de museo, ellos están más vigentes que nunca y, a la par que llenan estadios, se codean con las figuras de otros géneros sin medir las consecuencias de esos cruces.
El sábado pasado, coronaron su excelente momento artístico con un show en la cancha de Ferrocarril Oeste, en el que participó como invitada Tini Stoessel, como para reafirmar el desprejuicio que los ha caracterizado durante todo este tiempo sobre los escenarios. Era el tercer concierto que ofrecían en ese predio colmado de fans, quienes conforman una comunidad en la que conviven distintas generaciones, producto de esa actualización constante que practicaron, aunque cuidándose de no traicionar el espíritu de aquel emprendimiento musical nacido en tiempos oscuros y que ahora se vuelve todavía más necesario para brindar un refugio ante la desesperanza actual.
Sin embargo, las peores sospechas que habían alimentado los rumores previos se vieron refrendadas con el anuncio que hizo Ale Sergi en el último recital, acerca de un año sabático que Miranda! se tomará con la supuesta intención de componer y grabar un nuevo repertorio. Si bien se han disipado momentáneamente las perspectivas de una separación, queda la duda sobre el destino de este dueto que parecía condenado a repetir la fugacidad propia de las modas y que sorprendió a todos haciendo gala de una longevidad no tan común en aquellos intérpretes a los que el éxito masivo obliga a una exposición permanente.
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