Nuevos recortes de los días de papel Córdoba, 1876-1878
Las diversiones de la temporada veraniega y los problemas urbanísticos de la ciudad, también en la estación estival, son apuntes tomados del diario acontecer de esta Córdoba durante un bienio a fines de la década de mil ochocientos setenta.
La estación era favorable a las reuniones danzantes, en los destinos vacacionales del interior cordobés del verano de 1876. Los bailes iban de la simple tertulia hogareña al baile en un salón con piano u orquesta donde se lucían -y se aprendían mirando- los pasos de moda, o incluso bailes de máscaras que agregaban toques de fantasía a este entretenimiento social. Un mismo diario, El Porvenir de la Juventud, provee informes de testigos sobre la diversión de aquellos días veraniegos en diversas localidades cordobesas. El foco de atención estaba puesto en las jóvenes protagonistas.
“En Anisacate la gente se divierte que es un gusto.
Los paseos y los bailes de máscara, están a la orden del día.
El domingo pasado, como a las 6 de la tarde, llegábamos nosotros a la ribera de aquel hermoso río, y fuimos sorprendidos agradablemente con la presencia de un hermoso grupo (ramo de flores mejor dicho) de más de quince bonitas niñas que paseaban a caballo.
No habían pasado dos horas, cuando otro grupo de más de veinte señoritas disfrazadas entraban a una casa inmediata a donde paramos, y sin cuidar de etiquetas se declararon de baile. ¡Aquí fue lo bueno! Todas bailaban, se reían, y sostuvieron una de las más lindas tertulias hasta las dos de la mañana.”
Otro testimonio llegaba desde Villa María:
“Sres. Redactores del Porvenir de la Juventud.
Mi correspondencia de esta semana, se concretará a hacer a Vds. una ligera crónica de un baile, que días pasados tuvimos en casa del Sr. Ferreira, en Villa Nueva.
Hela aquí:
Las diez de la noche serían, y ya llenaban un espacioso salón quince o veinte parejas, que danzaban alegremente. –Inútil sería querer describirlos los innumerables encantos que atesoran tanta belleza allí reunida, todo cuanto escribiéramos sería pálido, puesto en parangón con tanta gracia y hermosura. Nos concretaremos a examinar ligeramente algunas señoritas.
Tres ángeles, que por primera vez extendían sus doradas alas por el espacio de nuestros salones, tres lindas porteñitas comparables con las gracias, las tres Srtas. Ortiz, fueron las que principalmente llamaron nuestra atención. Sus trajes, aunque sencillos, eran bonitos y elegantes.
Las simpáticas hermanitas Señoritas Lascano, supieron como siempre captarse la estimación general. Las amables Srtas. Casas, fueron como otras veces, las reinas de la moda y la elegancia.”
Para mención final dejamos una escueta nota publicada por el diario el 13 de febrero que comenta lo siguiente:
“Gran baile
Anoche se dio un gran baile en el Totoral, y esta noche debe tener lugar otro aún mejor.
Las muchachas que han salido este año al campo, están alegres como nunca.
Para el baile de esta noche, han ido también muchachas de otras partes.
De Jesús María fueron ayer entre otras la familia de Rueda y del Sr. D. Pio Leon.
¡Qué verano tan bueno!”
En julio de 1876 el río había destruido parte del puente Sarmiento, que entonces correspondía al tendido donde hoy nace la avenida 24 de Septiembre y era el único que unía al barrio General Paz con el centro. A comienzos de 1877 los reclamos a través de la prensa se habían vuelto cotidianos, y el diario El Progreso señalaba el perjuicio que sufría dicha zona hacia el este de la ciudad:
“Es increíble cómo ha decaído en poco tiempo el progreso de aquel nuevo pueblo que se iba a las nubes, en todo sentido, y que se atrasa más cada día, desde que le falta del puente que lo ligaba en su comercio a la ciudad. Han bajado enormemente los alquileres de las casas y hasta el de los terrenos. Nadie quiere establecerse allí ahora, mientras no exista el puente Sarmiento, porque ha muerto el comercio que ese pueblo tenía con casi todos los departamentos del norte y naciente de la ciudad.”
El mismo periódico oscilaba entre el optimismo y el escepticismo en relación a las perspectivas de solucionar este drama urbano:
“Al fin hay esperanzas de que se haga la compostura del puente Sarmiento (…). Va a convocarse extraordinariamente al Consejo Deliberativo para resolver el asunto de la compostura del puente.
Poco es lo que habrá que hacer, pues lo principal está ya hecho, que es lo que se refiere a estudio científico y formación de los planos.
Habrá pues solamente que llamar a propuestas y poner manos a la obra.”
(…) ¡Como no muera el puente, mientras la junta delibera sobre el método o sistema de curación del enfermo…!
Esto es de temer. Causa terror ya cuando se dice en nuestros cuerpos colegiados, ya sean Cámaras o Municipalidades, que el asunto ha pasado a comisión.
El gas de Córdoba ha muerto de mal de comisiones; la enfermedad se hizo crónica y no hubo ya remedio para el enfermo.
¡Veremos si el puente Sarmiento no muere también de mal de comisiones!”
La ciudad de córdoba, construida “entre barrancas”, presenta una serie de desniveles que definieron parcialmente la circulación urbana. Los altos y los bajos de Córdoba fueron fisonomías que la propia historia de la ciudad tuvo que remontar y nivelar, con las que debió convivir y que le otorgaron a su vida características particulares. El diario El Progreso se concentraba, en enero de 1878, en un aspecto puntual de ese problema:
“Las bajadas
Todo no se puede hacer a un tiempo, es verdad, pero como todo ha sufrido deterioro, es preciso señalarlo a la atención del Concejo Ejecutor, para que se ponga remedio, antes que el mal sea mayor con nuevas lluvias.
Las bajadas han quedado en pésimo estado, muy principalmente la que da al Pueblo Nuevo y recibe todo el tráfico de cal, y el comercio de la Sierra y de Cuyo.
Seis mil pesos se han votado para reparar las bajadas, y con esos recursos bien puede emprenderse con buen trabajo, para garantir por algún tiempo el tráfico en ese camino que es el más concurrido y por el que entra la mayor parte del comercio que paga impuestos.
Los carros de cal y tropas que venían por ese camino, no podían pasar antes de ayer por el mal estado de las bajadas.”
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