Claudio Juárez: Cosquín nos trasciende a todos
Depositario desde hace unos años de la responsabilidad de abrir el festival mayor de folklore con el grito de Aquí Cosquín, Claudio Juárez se ha transformado en una figura clave del encuentro anual que se celebra en su ciudad natal y que comienza el próximo sábado. Todo tiene una historia, y aquí la suya.
Por Jackie Bini
@jackie.bini
“El Festival de Cosquín está cerca mío desde que tengo uso de razón. Muy niño aprendí folklore, ensayábamos y hacíamos espectáculos permanentemente en la Plaza Próspero Molina, también jugaba cuando no estaban las plateas durante el año, entonces el ámbito del festival no me era ajeno ni extraño. Mi papá supo trabajar muchos años en una puerta de acceso al comedor de artistas que estaba frente a la Plaza, entonces ahí, desde niño, conocí a los músicos que escuchaba durante el año en los discos en mi casa.”
Dueño de una presencia escénica y una voz distintiva, nos explica el trayecto que lo llevó a abrazar esta profesión.
“Soy hijo de docentes de escuela de campo, viví hasta los 20 años en una escuela y entonces como hijo de maestra en todos los actos de rigor era el encargado de los versitos. A los 15 años entré a la vieja y querida RC1 Radio Cosquín como aprendiz de operador. Hasta que un día en una transmisión deportiva faltó uno que hacía las tandas y como me habían escuchado leer bien, me preguntaron si no me animaba a ponerle la voz a los comerciales. Lo hice y me gustó. De ahí ya se dio de tener mi propio programa. A los 19 años surgió la posibilidad de conducir en el escenario de una feria que se hacía acá en Cosquín. Subí a presentar a algunos artistas de folklore y, a partir de ese momento, no me bajé más. Aprendí con los colegas que tenía, compañeros de trabajo en la radio, cómo era el abc de la conducción, que ya lo había practicado de niño frente al público en la escuela. Combiné dos gustos y dos pasiones, el folklore y la comunicación.”
Es el encargado del emblemático grito de Aquí Cosquín, y porta orgulloso el poncho coscoíno siempre en sus hombros. Sobre ambos aspectos se explaya Claudio Juárez.
“La primera vez que hice oficialmente el grito de Aquí Cosquín fue en el año 2004, y en esa oportunidad hacerlo me convirtió en el primer locutor local en conducir el festival desde el tradicional grito en adelante. En realidad ya lo venía haciendo, porque como conducía en la trasnoche, cada jornada cerraba con el grito del festival. Inclusive adopté para mí una de las acepciones del grito, porque yo digo Aquí Cosquín Capital Nacional del Folklore, que me queda más cómodo para mi garganta. Más allá de que uno tiene una preparación de trucos de respiración, de relajación para calentar la garganta, siento desde siempre la responsabilidad de saber que tengo que iniciar la fiesta. Transpiro un poco las manos, siento ese cosquilleo en la boca del estómago, esa cosa que el día que no me pase, digo gracias y me bajo del escenario. Desde aquella primera vez y hasta el día de hoy, que han pasado 20 años, me sucede lo mismo. Es el compromiso y la responsabilidad de la palabra empeñada para realizar una determinada tarea y que represento o soy la parte más visible de un equipo de trabajo que es una maquinaria enorme que se llama Festival de Cosquín.
En cuanto al poncho coscoíno, lo adopté hace mucho tiempo. Tengo fotos de mis 5 o 6 años con el poncho como chiripá, o puesto sobre la espalda, así que no me es una prenda extraña. Porque, además, la mujer que creó el diseño del poncho coscoíno era mi madrina de bautismo. Era una docente muy amiga de mi mamá, Coloma Lucía Coll de Alegre, y era miembro de la Comisión Municipal de Folklore. Siempre me gustó esa imagen de don Luis Landriscina de traje y poncho al hombro. Entonces adopté el poncho de mi ciudad como sello distintivo también mío.”
Claudio “Pipulo” Juárez es, desde hace un tiempo, Embajador cultural itinerante de su ciudad.
“Es en sí misma una distinción a tantos años dedicados a Cosquín. Esto significa que a donde voy estoy representando a mi ciudad como plaza turística, como plaza cultural e histórica. Paso audiovisuales, llevo muestras de fotos para contar la riquísima historia que tiene Cosquín. Cómo se dio su festival y su proyección. Y lo hago también internamente, en la mayoría de las escuelas de nivel inicial, primario, secundario y terciario, centros culturales y bibliotecas que tiene mi ciudad, donde abordo temáticas varias.“
A días del inicio de una nueva edición del Festival de Cosquín, con cambio de autoridades, estas son las expectativas de su maestro de ceremonias.
“Si bien es cierto que hay transición de autoridades, el festival nos trasciende a todos, entonces las autoridades que han venido a través del tiempo han entendido que muchos están, pasan, y el festival es lo que perdura, y trabajan para eso. Siempre ha habido cambios, porque el folklore es algo dinámico que también va mutando, también ha sido el reflejo social, político, económico y cultural de nuestro país a lo largo de los años.
Para este Cosquín deseo que siga siendo esa gran mesa de debate de los temas culturales para nosotros los argentinos, que siga siendo esa gran vidriera, esa gran garganta y ese gran oído artístico y musical del país. Cuando venís a Cosquín, te das cuenta que no es solamente lo que se ve a través de la televisión sino que hay muestras, talleres, exposiciones, artesanías, charlas en distintos lugares de la ciudad, inclusive hasta la guitarreada improvisada en alguna confitería del centro, donde la gente se para y se pone a bailar y escucha a aquel que llega con ganas de mostrar lo suyo. Lo que esperamos es que la gente nos siga eligiendo como punto de estudio, de descanso, de buen pasar, y el punto que es esta encrucijada de tonadas provincianas y de arte y de cultura latinoamericana, que es una intersección sumamente importante, la de la ciudad de Cosquín con su festival.”
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