Mucho más que una canción bonita
En estos días se cumplen 40 años de la publicación del disco debut de la cantante nigeriana Sade. Concebido con una exquisitez única, el álbum “Diamond Life” fue uno de los más citados en las listas musicales de las radios FM que aquella época se jactaban de emitir “en estereofonía”.
J.C. Maraddón
Unas cuatro décadas atrás, todavía era la AM la frecuencia radial en la que se difundían las novedades musicales a las que los jóvenes estaban atentos y, de ser posible, grababan en casetes vírgenes para después volverlas a oír cuando tuviesen ganas. Los pocos programas destinados a hacer escuchar esos hits que pronto estarían de moda eran seguidos con una fidelidad a toda prueba por quienes encontraban allí una de las pocas vías de acceso a esas fuentes musicales, que no fuesen leer una revista especializada e ir a la disquería y, en una inversión de riesgo, jugarse a comprar el álbum.
El comienzo de las transmisiones de FM en Córdoba estuvo a cargo de Radio Nacional en los años setenta, pero como la programación consistía en su mayor parte en música clásica, hubo que esperar bastante hasta que esas ondas estéreo se prestaran a transportar sonidos más modernos. Desde 1979 se sumó a ese espectro de frecuencia modulada Radio Universidad, con una emisora que iba a incorporar hacia 1982 programas de Buenos Aires como “El tren fantasma”, con Omar Cerasuolo, y “9 PM”, con Lalo Mir y Elizabeth Vernacci, además de ciclos locales que ya venían en el aire como “Sutilezas”, con Mario Luna, que ocupaba el trasnoche.
En estos programas predominaba el rock en todas sus variantes, porque se trataba del género que marcaba tendencia en ese entonces. Y después de la Guerra de Malvinas se le brindó mayor espacio a los rockeros argentinos, que aprovecharon para copar la escena y en un breve lapso se encaramaron en lo más alto de las preferencias de los oyentes, que llamaban a las radios pidiendo temas de esos intérpretes. Ya a esa altura también había empezado sus transmisiones la 99.7, frecuencia modulada de LV2 donde Rubén Alvaraz compartía sus “Ondas en FM”.
Fue esa emisora precisamente la que se dispuso a aprovechar a pleno la estereofonía que posibilitaba este soporte para proponer una sonoridad específica, en la que predominasen las piezas de música pop con alto contenido melódico. Y se armonizaron esos temas con voces de locutores que fueran prolijos y dulces en su entonación, creando así un estilo que cautivó a las audiencias que pretendían sintonizar esa clase de señales, en vez de aquellas que saturaban con piezas roncaroleras presentadas por conductores que hablaban en voz alta. En el medio cordobés, se instaló así una manera de hacer radio que todavía perdura.
Entre los artistas que mejor encajaban en esa estética, no se pueden obviar los nombres de los que se inscribían dentro de una corriente jazzy muy valorada en la década del ochenta, cuyos singles eran programados una y otra vez por los musicalizadores, como una manera de forjar la identidad en la que se asentaba esa apuesta radiofónica. Hasta el día de hoy, efe emes como Aspen siguen recurriendo a ese catálogo, confirmando que aquella idea que prendió en la primavera democrática ochentosa no ha perdido seguidores, aunque quizás los actuales tan sólo busquen un remedio para su nostalgia.
En este mes de julio se cumplen 40 años de la publicación del disco debut de la cantante nigeriana Sade, que fue una de las más citadas en las listas musicales de aquella época. El álbum “Diamond Life” estaba concebido con una exquisitez única y, por si hiciera falta, incluía canciones como “Smooth Operator”, que estaban destinadas al éxito. Pero entre nosotros su obra quedó presa de esa pátina edulcorada que caracterizaba a aquellas FM donde todo transcurría sin sobresaltos. Cuatro décadas después, vale la pena extraer a Sade de ese arcón y redescubrir en su repertorio mucho más que una música bonita.
Te puede interesar
No se consigue así nomás
A regañadientes, los detractores del cuarteto han debido aceptar el actual estatus del género, pero no se privan de hacer escuchar sus quejas cuando se les presenta la oportunidad, como ha ocurrido en estos días con su declaración como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por parte de la UNESCO.
Tan populares como indefendibles
Para traducir aquellos personajes a los tiempos que corren, mucho deberán trabajar los responsables de llevar a una producción audiovisual de ficción las aventuras de Alberto Olmedo y Jorge Porcel, un proyecto que trascendió en redes sociales y del que todavía no se sabe si será una película o una serie.
Intimidades de una diva nacional
Más allá del material de archivo que rescata sus proezas infantiles en el inicio del camino hacia la consagración, lo que vemos en el documental “LALI: La que le gana al tiempo”, estrenado la semana pasada por Netflix, es la evolución del “Disciplina Tour”, desde las dos funciones en el Luna Park hasta llenar el estadio de Vélez.
Llaryora y Passerini celebran: el Cuarteto declarado Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO
El Gobernador e Intendente manifestaron en sus redes alegría ante la distinción de la organización internacional. Se trata de un reconocimiento institucional que subraya su relevancia cultural y fue anunciado y celebrado por autoridades provinciales.
Hacia dónde sopla el viento
La información que trascendió el viernes sobre la compra de la actual Warner Bros. Discovery por parte de Netflix, no deja de ser una consecuencia natural de esa evolución que pone a las viejas estructuras societarias del siglo veinte en manos de aquellos que supieron leer con mayor eficiencia las señales del futuro.
Llamadas tribales a vivir el viernes
Es uno de esos viernes de fin de año, donde las carteleras se superponen, el movimiento se duplica, la oferta se diversifica. Hay en la ciudad una vida artística y cultural contagiosa que expresa y convoca a las tribus.