Cultura Por: J.C. Maraddón07 de agosto de 2024

Caerse del mapa

El realizador brasileño Kleber Mendonça Filho se asoció con el diseñador de producción Juliano Dornelles para rodar en 2019 la película “Bacurau”, una alegoría de la situación social y política del vecino país, que fue exhibida en el Centro Cultural de la UNC como parte del ciclo “Brasil quema”.

J.C. Maraddón

Frente a la actual coyuntura apocalíptica y asfixiante, a alguien se le podría ocurrir una idea en el estilo de la cruzada hippie, que predicaba el regreso a la naturaleza como la única manera de huir de la sociedad de consumo y de los mandatos que impone el capitalismo salvaje. Sin embargo, esa vía de escape que todavía era una alternativa en los años sesenta, ha dejado hoy de estar al alcance de cualquiera. Hallar un sitio donde no haya señal de teléfono, ni servicio de internet ni otros estímulos de ese calibre, parece una proeza en este mundo que ahora desandamos.

Hasta los más recónditos rincones han sido invadidos por la mal llamada civilización, con sus hábitos contaminantes y su convicción de que todo se puede comprar con dinero. Los parajes exóticos se han reconvertido en zonas turísticas, que ofrecen atracciones para aquellos viajeros que aman la vida salvaje, siempre y cuando venga acompañada de comodidades acordes a su buen pasar. Poco menos que imposible sería en estos días visitar un poblado que no figure en Google Maps y que no tenga en esa aplicación calificaciones que promedien su puntaje ni comentarios de los visitantes que han estado antes allí y dejan sus recomendaciones.

Aquel realismo mágico que cimentó el boom de la literatura latinoamericana no podría sobrevivir en este presente donde los prodigios tecnológicos todo lo abarcan y no dejan casi espacio para el vuelo de la fantasía, sin que interfiera en esas delirantes historias algún artefacto de reciente factura. No es sencillo imaginar un Macondo surcado por drones, sembrado de antenas de telefonía móvil y habitado por sujetos que suben contenidos a redes sociales desde sus smartphones, al mismo tiempo que entablan comunicaciones con gente dispersa por el planeta, a través de videollamadas o usando herramientas como Zoom.

Pero ese desafío de combinar el encanto de lo fantástico con los elementos típicos de esta modernidad, bien podría ser asumido por artistas que no teman al ridículo ni se autoimpongan límites en su necesidad de narrar algo por afuera de lo que indica el sentido común. Liberados de esas ataduras, no habría objeción alguna para concebir relatos en los que pobladores de un futuro cercano compartan ritos ancestrales a la vez que disfrutan de ciertos utensilios de cuya existencia dependemos en la actualidad, como si no hubiese habido antes otros tiempos en que ni esos ni otros instrumentos existían.

El realizador brasileño Kleber Mendonça Filho se asoció con el diseñador de producción Juliano Dornelles para rodar en 2019 la película “Bacurau”, inmersa en una hibridez donde las tradiciones y creencias de una pequeña comunidad perdida en el oeste del estado de Pernambuco, sobreviven a pesar de que cada uno de sus moradores porta su aparato telefónico y se aplica a su uso intensivo. La presencia de invasores extranjeros cuyos designios se sospechan trágicos, pondrá en peligro la armonía de esa aldea, donde el equilibrio entre la maldad y la bondad hace innecesaria la existencia del poder de policía.

“Bacurau”, exhibida en el Centro Cultural de la UNC como parte del ciclo “Brasil quema”, describe con cinco años de antelación una hipótesis de conflicto que ya no es tan descabellada y despliega bajo coordenadas del western, la ciencia ficción, el gore y la comedia negra, un argumento que tiene mucho de alegoría de la situación social y política del vecino país. Con crudeza y vocación de denuncia, el filme refresca postulados del cinema novo y toma el riesgo de traducir al escenario contemporáneo aquellas preocupaciones que entonces aparentaban estar en camino a ser resueltas y que en este tiempo se revelan como implacables.

Te puede interesar

La revolución que nunca se televisó

Sobre un escenario donde conviven rebeldes y represores, sin precisar épocas ni lugares, teje su historia “Una batalla tras otra”, la última película del siempre controvertido Paul Thomas Anderson, que está por estos días en las pantallas de los cines y que ha suscitado un debate acerca del propósito del director.

Caras y caretas cordobesas

Las clases de mayor poder económico dieron inicio a la ocupación veraniega de destinos serranos en Córdoba, afianzando la inversión en hoteles palaciegos y aristocráticos que hacían sentir a los visitantes como en Europa.

Defensores de una ética anacrónica

Ante el anuncio de un regreso de Soda Stereo, con la presencia virtual de Gustavo Cerati, toneladas de improperios han llovido sobre Zeta Bosio y Charly Alberti, a los que se sindica como supuestos explotadores post mortem de una gloria de la que no serían más que partícipes secundarios.

Dos potencias soplan sobre el martes

Las carteleras de la Feria del Libro y del Festival Internacional de Teatro alcanzan y sobran para extraer algunos momentos destacados de una jornada cultural que se muestra orgullosa.

Una figura paterna modelo 2025

El viernes pasado, al darse a conocer “The Life Of A Showgirl”, el esperado nuevo álbum de Taylor Swift, sorprendió que una de sus canciones se llamara “Father Figure”, lo mismo que aquel inolvidable acierto del malogrado George Michael, quien grabó un hit de igual título y lo publicó a fines de 1987.

Caras y caretas cordobesas

Modernización, créditos, riqueza y distinción fueron notas para que la aristocracia, primero, y luego la burguesía cordobesa, comenzaran a veranear en las sierras de Córdoba a inicios del siglo veinte.