Cultura Por: J.C. Maraddón16 de septiembre de 2024

Recuerdos imposibles

Aunque desde Netflix señalan que siguen en busca de un acuerdo, la prensa estadounidense considera que el proyecto de llevar la vida de Prince a una docuserie de nueve horas no será estrenado, como consecuencia de que su contenido incluye testimonios que no satisfacen a los herederos del músico.

Por J.C. Maraddón

 

La demanda en constante crecimiento de nuevos contenidos por parte de las plataformas de streaming ha activado como nunca antes la producción de documentales, un género que siempre contó con un público propio pero que, primero con la TV por cable y ahora con los servicios online, ha potenciado su alcance hasta situarse entre los favoritos de los usuarios. Se producen filmes de este tipo en cantidades ingentes y se elabora un sinnúmero de series que ahonda sobre determinados periodos históricos o ciertos personajes que han trascendido en su ámbito, desde la política hasta el deporte, pasando por la música.

Los cambios de paradigmas han funcionado a la vez como un incentivo y como un obstáculo para quienes se proponen revisar el pasado a través de estas realizaciones testimoniales que, en algunas ocasiones, abordan desde una nueva perspectiva aquello que había sido mostrado una y mil veces desde una mirada tradicional. La visibilización de mujeres que hicieron aportes fundamentales pero que habían permanecido en el anonimato hasta la actualidad, es un ejemplo de cómo estos nuevos enfoques pueden abrir la posibilidad de apuntar hacia una dirección distinta esas investigaciones que hasta hoy estuvieron sesgadas por prejuicios a los que ya no se atiende.

Pero, al mismo tiempo, al remover los archivos pueden aparecer costados ocultos de hechos o celebridades sobre los que se tenían en claro los datos biográficos y que, a la luz de los parámetros vigentes, distan mucho de ajustarse a las expectativas que se plantean a esta altura del siglo veintiuno. Es un riesgo que no sólo corren los documentalistas, sino también aquellos que mediante el recurso de la biopic recrean hechos pretéritos ficcionalizados (un caso policial, el ascenso a la fama de un deportista) y deben enfrentarse con situaciones que antes eran naturales y que han dejado de serlo.

En la música, tal vez la estrella más controvertida en este sentido haya sido Michael Jackson, cuyos episodios judiciales han sido objeto de un tratamiento fílmico tan intenso como sus indiscutibles logros en el plano de la industria del entretenimiento. No hay forma de rememorar su carrera artística sin aludir en algún momento a las denuncias que recayeron sobre él, como tampoco es posible hablar de estos testimonios que lo involucran sin dejar en claro su estatus como ícono pop y responsable de algunos de los mayores éxitos discográficos de la historia de la música internacional.

Prince, alguien que en su momento fue presentado como una alternativa al reinado de Michael Jackson, no podía quedar afuera de ese revisionismo que impulsan las plataformas para mantener cautivos a sus suscriptores y convencer al resto de registrarse y pagar el canon mensual. Por eso, no fue sorpresa que Netflix se embarcara en una serie documental de nueve horas de duración sumando todos sus episodios, que bajo la dirección de Ezra Edelman se ha propuesto escarbar en la intimidad del llamado “genio de Minneapolis”, quien falleció en 2016 en circunstancias tan poco claras como las que rodearon la muerte de Michael Jackson.

Edelman, quien había dirigido un documental sobre O.J. Simpson, no reniega en ninguna instancia de exponer la grandeza creativa de Prince. Pero tampoco desconoce las acusaciones de abuso físico y psicológico que expresan varias personas a las que les pidió que contaran sus experiencias con el músico, lo que derivó en que sus herederos se opusieran al estreno de esta tira, cuya confección ha llevado cinco años de intenso trabajo. Aunque desde Netflix señalan que siguen en busca de un acuerdo, la prensa estadounidense considera que el proyecto no verá la luz y quedará arrumbado en el arcón de los recuerdos imposibles.

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