Cultura Por: J.C. Maraddón24 de octubre de 2024

La compulsión a mentir

“El hombre que amaba los platos voladores” sigue la trayectoria del cronista José De Zer, cuyas bizarras notas de exteriores ya son un clásico de la televisión argentina, por la tensión que imprimía a sus coberturas y por las desopilantes temáticas que abarcaba en su trabajo.

J.C. Maraddón

Las redes sociales, que incrementaron de modo exponencial su influencia en los últimos diez años, han sido el principal impulso que tuvieron las fake news para establecerse como una práctica habitual en el ecosistema informativo dentro del que se maneja la sociedad. Muy pronto los usuarios aprendieron a incorporar falsedades en sus posteos, al percatarse de que en repetidas ocasiones esas mentiras eran leídas como verdades y por ende causaban un impacto enorme, en especial cuando era alguien influyente el que las lanzaba o las reproducía. En un principio, los medios tradicionales observaron con recelo el fenómeno y a veces cayeron en la trampa de difundir tales embustes.

Y es que el hábito de tergiversar la información no es privativo del siglo veintiuno: antes también circulaban noticias incomprobables y había personas que las tomaban como ciertas. Pero al restringirse el monopolio de la comunicación a los mass media, que debían cuidar su credibilidad si deseaban conservar su prestigio, cabía la posibilidad de una rápida desmentida que descartase la versión. En todo caso, la discusión se circunscribía al manejo periodístico de los datos y no a la utilización que hoy se hace de los canales digitales para divulgar lo que a cada uno se le ocurra.

Desde aquellos lejanos tiempos previos al imperio de la virtualidad, cuando la prensa seria se disputaba la audiencia con la amarillenta, los estudios sobre el tema determinaron que la gente tiende a convencerse de aquello que confirma sus presunciones, más allá de que sea verdadero o no. Si alguien, por ejemplo, está seguro de que los fantasmas existen, tendrá propensión a escuchar como verosímil un relato que describa algún fenómeno sobrenatural de ese tipo, en tanto que un individuo escéptico en esa materia descartará lo narrado y calificará de mentiroso a quien propaló esa especie informativa.

Tan simple como ese era el mecanismo que activaba la usina de falacias a la que apelaron algunas señales televisivas en los años ochenta, que en su búsqueda de elevar el rating consintieron que ciertos profesionales fueran más allá de lo comprobable y hundieran sus narices en las historias más alocadas. En la película “El hombre que amaba los platos voladores”, estrenada recientemente por Netflix, se reproduce en la ficción ese momento en que las autoridades de Canal 9 se rinden ante la evidencia y festejan que su noticiero “Nuevediario” sea uno de los más vistos… gracias a las fake news.

El filme de Diego Lerman sigue la trayectoria de quien fue el propulsor de ese formato, el cronista José De Zer, cuyas notas de exteriores ya son un clásico de la televisión argentina, por la tensión que imprimía a sus coberturas y por las desopilantes temáticas que abarcaba en su trabajo. Este largometraje se focaliza en su fascinación por los ovnis y en las artimañas a las que apeló para mantener atentos a los televidentes, que lo seguían en su aventura por las sierras de Córdoba en búsqueda de vida extraterrestre, con un convencimiento a toda prueba de la presencia de estos alienígenas entre nosotros.

Tan bizarra como el personaje al que retrata, esta película protagonizada por Leonardo Sbaraglia se asienta en un registro de comedia que nunca termina de tomar forma y resbala en su objetivo de biografiar a un periodista de personalidad inasible. Sabedor de que muchísimos espectadores de la TV no tenían dudas acerca de la existencia de seres venidos de otros planetas, él se dedicó a alimentar esa fantasía y su popularidad creció sin límites. Tal vez él compartía esa creencia y terminaba engañándose a sí mismo, igual que sucede ahora con quienes sufren una compulsión a mentir en las redes.

Te puede interesar

La influencia que nunca decae

En simultáneo con la celebración del sexagésimo aniversario del arribo de los Beatles a Estados Unidos en 1964, también se conmemora en 2024 idéntica efeméride para evocar la irrupción del grupo The Kinks en el mercado discográfico, con un long play que ha resistido de píe el paso del tiempo.

Noviembre descubre músicas y cine

Cine sobre una leyenda del folklore, más folklore y nuevas leyendas, rock a toda vibra y cine de terror en medio, para ejercitar las emociones fuertes. No es poco para abrir el mes.

Un fracaso que no es decepción

Las últimas noticias dan cuenta de que “Joker 2: Folie à Deux” ya se encuentra disponible en formato digital para ser alquilada desde la plataforma de Amazon Prime, en tanto que Max ha anticipado que próximamente también sumará ese título a la oferta online para sus abonados.

Temblores en las butacas

Nos han robado la ficción y a cambio nos agitan el terror, alertan ecos de la época. Lo impensado está allí, ante nuestros ojos y ocurre como el logo de una sierra sinfín. El Festival Terror Córdoba trae apenas sombras en una pantalla y podemos incluso sonreír de nuestro propio susto.

Destino de obsolescencia

Un estudio realizado por el Observatorio Social Cultural para el Desarrollo Sostenible de la UNC, que fue publicado hace algunas semanas, ha sido entendido como contrario a lo que se podría suponer, ya que sostiene que “el 76,2 por ciento de las y los cordobeses mira televisión”.

Caras y caretas cordobesas

Gran variedad de referencias a localidades cordobesas, hablan por sí solas de la adopción del picnic como una costumbre muy generalizada en las dos primeras décadas del siglo veinte.