El romance del rock y la cumbia
Que La Delio Valdez haya incluido dos hits ricoteros en el show con que celebró sus 15 años de carrera, no hace sino corroborar aquella convergencia trazada hace dos décadas por Los Palmeras, y más aún si en esta reciente recreación se sumaron Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado.
J.C. Maraddón
No en vano el fenómeno de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota ha obligado a realizar numerosos estudios desde diversas perspectivas y ha desatado opiniones encontradas acerca de su naturaleza. Porque es difícil encontrar una explicación que se restrinja a lo musical, para ese fervor multitudinario que llegó a promover aquella banda de La Plata, cuyo origen alternativo y subterráneo jamás hubiera hecho pensar en esa comunión de cientos de miles de fans que, a partir de los años noventa, asistió a sus conciertos y los transformó en misas paganas donde se le rendía culto a una inasible deidad rockera.
En la orfandad que padecían muchos jóvenes en esa década final del siglo pasado en Argentina, desilusionados de la política y de las promesas de la clase dirigente, se pueden encontrar algunas de las motivaciones de esa fe incondicional que se le profesaba a una formación musical que proponía una estética, pero sobre todo predicaba una ética. Discusiones aparte acerca de la coherencia del mensaje con los hechos, es innegable que se multiplicaron los creyentes en ese ideario, cuya manifestación se verificaba en letras de un hermetismo que daba pie a variadas interpretaciones, muchas veces contradictorias entre sí.
Ante el crecimiento en la cantidad de seguidores, el grupo se avino a brindar entrevistas donde su líder, el Indio Solari, enfatizaba los alcances de la independencia creativa que reivindicaba ese proyecto artístico, al que pretendían sostener por fuera de los circuitos establecidos. Tal vez ese haya sido uno de los factores que sedujeron a las nuevas generaciones, hastiadas de cumplir las reglas que imponía un sistema sin respuestas para sus inquietudes. La utopía de vivir al margen de las normas de la sociedad, resultaba tentadora para aquellos que veían clausurados los caminos hacia un bienestar cada vez menos accesible a sus sueños.
Fue de ese modo que las canciones ricoteras se hicieron carne en las multitudes y llegaron a convertirse en himnos, incluso aquellas que se habían difundido bajo el influjo de esa algarabía ochentosa de la primavera alfonsinista, que contrastaba con el clima opresivo de la etapa finisecular. A la par del repertorio bailantero que encendía la llama festiva de la época en los momentos de diversión, la música de los Redondos penetraba en todas las regiones geográficas y las clases sociales como un magma que cohesionaba la mancomunión de los espíritus rebeldes y confirmaba que todavía quedaba algo sin contaminar.
En 2004, como parte de su disco “Un sentimiento” la legendaria agrupación de cumbia santafesina Los Palmeras grabó una versión tropical de “La bestia pop”, aquel tema que aparecía en el álbum debut de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota y que el paso de los años había consolidado como un clásico del rock argentino. Bailado a rabiar, ese cover representó una natural apropiación del cancionero de los Redondos por parte de esos géneros populares que no rinden culto a la alternatividad ni mucho menos, pero que están siempre atentos a lo que su público considera como algo favorito.
Que La Delio Valdez haya decidido incluir dos hits ricoteros en el show que ofreció el lunes pasado como celebración de sus 15 años de carrera, no hace sino corroborar aquella línea trazada hace veinte años por Los Palmeras, más aún si a esta reciente recreación se han sumado los miembros de Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, la última banda en acompañar como solista al Indio Solari. Es probable que esos abordajes cumbieros de “Semen up” y “Aquella solitaria vaca cubana” vuelvan a escucharse cuando La Delio Valdez suba este verano a los escenarios de los festivales cordobeses, para probar que todo esto no ha sido apenas un romance de un día.
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