Cultura Por: J.C. Maraddón14 de agosto de 2023

La ironía autorizada

Emperrada en que se escuchara en la película “Barbie” aquella canción que tanto la había molestado hace más de un cuarto de siglo, la compañía Mattel decidió samplear el tema “Barbie Girl” de Aqua, como parte de la banda de sonido del filme que es éxito mundial.

J.C. Maraddón


Los años noventa, a partir de la disolución de la Unión Soviética, asistieron al apogeo de la economía de mercado, que en un mundo ahora unidimensional, se arrogaba la victoria y la celebraba con una fiebre consumista que también se esparció por la Argentina de la convertibilidad. Fue además el inicio de la era del fitness y los gimnasios se llenaron de personas que querían mejorar su estado atlético, pero sobre todo pretendían adquirir un aspecto que se pareciera al de esos cuerpos esbeltos que lucían las celebridades, una utopía anatómica que demandaba un enorme esfuerzo para la gente común.

Fue en ese entonces que se estableció la monarquía de los y las supermodelos, como prototipos de belleza que, además de trajinar las pasarelas, conformaban una elite de deidades a la que se adoraba por ser como era, perfecta de acuerdo a los estándares que regían en aquel tiempo. No existían leyes de talles ni aceptación de la diversidad que frenara esa cruel imposición de parecerse a esas majestades hieráticas que salían por todas partes mostrando sus atributos y convirtiendo al resto de los mortales en ejemplares imperfectos de la raza humana. Una especie de darwinismo estético había sentado sus reales en el planeta.

Mucho antes de que la película “Zoolander” se mofara en 2001 de ese panorama de frivolidad explícita que había regido en el anterior decenio, ya en 1997 un grupo de origen dinamarqués se había tomado en broma ese culto a la hermosura artificial, a través de una canción tan tonta como la muñeca a la que hacía alusión. “Barbie Girl”, de Aqua, fue un éxito global que sonaba trivial y musicalmente bizarro, porque quizás ninguno de los que lo bailaban se daba cuenta de que su letra trasuntaba un contenido irónico, disimulado tras de la cáscara de un hit.

La que sí se tomó en serio esa canción fue Mattel, la compañía responsable del juguete, que propició una demanda legal contra Aqua por su utilización sin permiso del nombre de Barbie y porque en el tema se sexualizaba un producto que estaba destinado a los niños. La denuncia fue desestimada por la justicia, pero la relación entre la empresa y los creadores de “Barbie Girl” quedó quebrada, hasta tal punto que cuando hace algunos meses Mattel solicitó autorización para que la pieza integrara la banda de sonido de la película “Barbie”, recibió una rotunda negativa por parte de Aqua.

Emperrados en que aquella canción que tanto los había molestado hace más de un cuarto de siglo, se escuchara en el filme que es suceso planetario, consiguieron su objetivo: Nicki Minaj y Ice Spice grabaron un tema llamado “Barbie World”, donde cantan una partecita de “Barbie Girl” que pasa casi desapercibida en medio de su locuaz rapeo. De fondo, agudizando el oído, se aprecia un sampler del registro de Aqua, cuyo nombre aparece en los créditos de la interpretación y de la composición, como para ponerse a cubierto por cualquier reclamo que pudiese haber de los autores originales.

Y es que, a diferencia de lo que sucedía en la sociedad noventosa, aquellos valores de la imagen física hegemónica que representaba Barbie han caído en desgracia y el discurso irónico que enunciaba Aqua está hoy incorporado al largometraje que dirige Greta Gerwig. Por ese motivo, Mattel quería a toda costa apropiarse de “Barbie Girl”, con el mismo ímpetu con que esa vez expresó su queja y judicializó su indignación. Las vueltas de la vida y el vértigo de los cambios que se están manifestando, devienen en paradojas como esta, que ejemplifican cuán profunda es la remoción del pasado.

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