Cómo se canta un paisaje
Con la muerte de Robbie Robertson hace una semana a los 80 años, se hizo inevitable recordar su influyente trayectoria junto a The Band, pero también se vuelve necesario evocar aquel debut como solista de 1987, en el que aparecía la canción “Somewhere Down The Crazy River”.
J.C. Maraddón
Describir un determinado paisaje bucólico, anticuado y entrañable, plasmarlo sin rodeos en una canción, y lograr que esa pieza tenga repercusión internacional, no es una tarea que pueda acometer un principiante. Pero el canadiense Robbie Robertson no era precisamente una joven promesa en 1986 cuando entró a grabar junto al productor Daniel Lanois su primer disco como solista, después de haber sido el líder del grupo The Band entre 1967 y 1977, de haber reportado como músico de Bob Dylan desde mediados de los años sesenta y de haber compuesto la banda de sonido de varias películas del director Martin Scorsese.
Ese debut discográfico en solitario de este afamado artista se produjo concretamente en octubre de 1987, cuando Robertson contaba ya con 44 años y una experiencia de larguísimo aliento, lo que incrementó las expectativas con respecto a una obra en la que participaron invitados tan distinguidos como Peter Gabriel, U2, Tony Levin y Manu Katché. El álbum, titulado con el mismo nombre del intérprete, fue mayoritariamente elogiado por la prensa y tuvo la comercialización suficiente para trepar hasta el Top 40 del Hot 200 de la revista estadounidense Billboard y para también inscribirse entre los más vendidos de ese año en el Reino Unido.
Cuando muchos de quienes lo venían siguiendo desde The Band esperaban encontrarse con el sonido folk rock que supo transitar aquella formación, lo que escucharon fue una producción rockera de una sutileza inusitada. Por supuesto, este viraje también fue objeto de impiadosas críticas, que hacían foco en las sobregrabaciones y en los efectos añadidos a las voces, como detalles que deformaban el registro original hasta desdibujarlo. En la comparación con su propio pasado, Robertson se exponía a estos desplantes.
En Córdoba, de aquel disco se difundió con entusiasmo en las FM el tema “Somewhere Down The Crazy River”, ese en el que el vocalista pintaba una aldea de Arkansas con la maestría de un artesano, a través de varias estrofas recitadas que daban paso al estribillo. Compuesta junto a Martin Page, la canción cuenta con el acompañamiento en coros de Sam Llanas, cantante y guitarrista del grupo BoDeans. Del videoclip de este single se hizo cargo el mismísimo Martin Scorsese, en lo que fue su segunda incursión en este rubro, después de haber dirigido el correspondiente a “Bad” de Michael Jackson. Con su amigo Robbie Robertson, el cineasta tenía vía libre para trabajar a su gusto.
En ese formato audiovisual, también intervenía el plantel de destacados instrumentistas que había aportado lo suyo en la grabación. Y se lucía como bailarina y partenaire del protagonista la cantautora Maria McKee, que había liderado hasta 1986 el grupo de country rock Lone Justice. La rotación del video en los programas musicales de la TV, contribuyó a que “Somewhere Down The Crazy River” emergiera del gueto rockero independiente y expandiera su llegada, en coincidencia con otros retornos exitosos de estrellas de los sesenta, como los que estaban motorizando en la segunda mitad de los ochenta George Harrison y Steve Winwood.
Con la muerte de Robbie Robertson hace una semana a los 80 años, se hizo inevitable recordar su influyente trayectoria junto a The Band, cuyo último concierto dio lugar al rodaje del filme “The Last Waltz”, de Scorsese, uno de los documentales de rock más trascendentes de la historia. Sin embargo, para las generaciones que llegaron tarde a esa cita, aquel álbum de 1987 fue la llave para descubrir a un músico que no ha sido tan popular entre nosotros, pero que dejó su impronta a través de canciones que marcaron la vida de no pocos de los que tuvimos el placer de apreciarlas.
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