Cultura Por: J.C. Maraddón29 de septiembre de 2025

Reivindicar la derrota

Ante la expresa intención de Donald Trump de “hacer América grande otra vez” y de rescatar los valores de un nacionalismo lindante con la xenofobia, no parece ilógico que la figura de John Rambo pudiese regresar al candelero a través de una precuela, luego de las cinco películas completadas por la saga.

J.C. Maraddón

En abril de este año se cumplió el cincuentenario del final de la Guerra de Vietnam, que marcó la primera derrota de las fuerzas norteamericanas en el marco de la Guerra Fría y que, por ende, selló un trauma imposible de superar en esa sociedad estadounidense acostumbrada a salir triunfadora en todas las contiendas bélicas. Que la guerrilla Vietcong, resistente a lo largo de casi dos décadas de batallar, desalojara a un ejército compuesto por soldados de una de las mayores potencias mundiales, representó una humillación sin precedentes para el espíritu nacionalista de un país que llevaba mucho tiempo ya ejerciendo el liderazgo en Occidente y que pretendía extenderlo en Asia.

No solo se produjo una defección a miles de kilómetros de Washington, sino que esa conflagración ocasionó serios daños fronteras adentro, cuando durante las instancias más sangrientas del combate, comenzaron a realizarse en los Estados Unidos manifestaciones pacifistas. La cultura hippie, cuyo antibelicismo era una de sus características esenciales, había calado hondo entre los jóvenes, que eran precisamente quienes resultaban reclutados y enviados a esos recónditos parajes donde iban a enfrentarse a un enemigo que conocía mucho mejor el terreno y que se valía de tácticas para nada ortodoxas.

Más allá de las protestas que arreciaban en las calles de las principales ciudades, no hubo marcha atrás en la decisión de profundizar el conflicto, lo que derivó en serios cuestionamientos de la población, que no entendía por qué había que sostener las acciones en el otro extremo del planeta. Cuando finalmente las tropas estadounidenses se retiraron y se dieron a conocer las atrocidades que se habían cometido contra los vietnamitas, los veteranos que volvían a su tierra no eran recibidos con gratitud sino más bien con recelo, tanto por no haber alcanzado la victoria como por las sospechas sobre lo que pudieran haber hecho con el enemigo.

El cine hollywoodense empezó entonces con su tarea de reflejar en la pantalla ese capítulo oprobioso en la historia de la nación del norte, en tanto todavía perduraba una sensación de culpa y vergüenza por lo sucedido. Quizás el título que mejor refleja esa revisión sea “Regreso sin gloria”, dirigida por Hal Ashby y estrenada en 1978, donde Jane Fonda interpreta a la esposa de un capitán del ejército que, mientras su marido está en el campo de batalla, se enamora de un soldado que ha sufrido graves heridas en Vietnam y que se encuentra bajo atención médica en un hospital donde ella trabaja como voluntaria.

Sin embargo, el arribo al poder de Ronald Reagan iba a resucitar el orgullo patriótico, que había sido tan menoscabado durante los años posteriores a la guerra, a la par que la carrera armamentista entraba en una espiral ascendente, con la intención de poner freno a la amenaza soviética. La cinematografía iba a acompañar ese viraje con la irrupción de John Rambo, el héroe encarnado por Sylvester Stallone que, tras volver de Vietnam, sufría el rechazo de sus conciudadanos y, en vez de readaptarse a la vida civil, canalizaba sus traumas de manera violenta.

Ante la expresa intención de Donald Trump de “hacer América grande otra vez” y de rescatar los valores de un nacionalismo lindante con la xenofobia, no parece ilógico que la figura de Rambo pudiese regresar al candelero, luego de las cinco películas completadas por la saga. Ahora, un nuevo proyecto gira en torno a la precuela de lo ya conocido, para indagar en los orígenes de ese excombatiente que no se resigna a ser un paria. Por primera vez, en lugar de Stallone, el protagónico será asumido por otro actor, Noah Centineo, aunque difícilmente eso cambie el sentido reivindicatorio del relato.

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