Federico Jelic
Una semana a pura polémica, discusión, desmentidas y enojos se vivieron en Córdoba, en las semanas “clásicas” donde Talleres fue y será local de Instituto y Belgrano, respectivamente, en el Mario Kempes. La salvedad es que ante el “Pirata” el cotejo se llevará a cabo únicamente con parciales albiazules, a diferencia del derby pasado contra los de Alta Córdoba, donde le destinaron la cabecera Artime a Instituto, dando lugar a algunos inconvenientes que motivaron a un cambio en la política de organización de clásicos con hinchas visitantes. Un cambio de paradigna del presidente de Talleres Andrés Fassi, quien supo instaurar con orgullo desde su arribo a la gestión en barrio Jardín la fiesta de los partidos, aunque en este caso, solo habrá locales en el mundialista.
¿Cuáles son las razones por la cuál con Instituto con visitantes sí y con Belgrano no? Muchas controversias existieron respecto del ineficiente operativo de seguridad contra los “Gloriosos”, el ingreso de bengalas de manera clandestina hasta algunos desacoples en cantidad de hinchas con entrada y sin la misma, que terminaron de diseñar otro enfoque en logística para el encuentro con los de Alberdi. Cosedepro mantuvo su postura pero a la vez, hizo su investigación respecto del organigrama ante Instituto y sacó sus conclusiones, con fallas estructurales en muchos sentidos. Pero podría existir también un motivo deportivo y a la vez, institucional en Talleres, no solo por la campaña sino por los "socios T" que también buscan hacerse valer. Un abanico, un cocktail de ingredientes que dibujaron la gran polémica de la semana, con cruces que no fueron mediáticos y otras desavenencias que le aportaron un grado dramático a la resolución final de tener otra vez un clásico con presencia de una sola hinchada.
Entradas QR, bengalas y ¿Deportivo?
No fueron solamente las bengalas las protagonistas en la tribuna de Instituto en el Kempes. La organización preparó un esquema para cuatro mil espectadores sin embargo hubo entre ocho y nueve mil hinchas de la “Gloria” en la cabecera Artime. ¿Qué ocurrió entre medio?
A saber: toda la semana la dirigencia de Talleres junto con el portal de Autoentrada.com notificaron que apenas se habían vendido poco más de tres mil boletos, algo que fue negado por gente de Instituto. Muchos culpaban a la situación económica ya que muchos no podían afrontar los 13500 pesos del valor del boleto más los gastos del servicio, por lo que renunciaron a la posibilidad de ir al Kempes a disfrutar del derbi. Sin embargo, la demanda se duplicó en cancha.
¿Cuál fue el error? Desde Cosedepro ya montaron una investigación en una fiscalía por incidentes. De todas maneras, hay suspicacias: esta vez parte de la barra de Instituto (en este caso convivieron las facciones de los Rancho y los Kapanga en paz total), figuran sentados en el banquillo de acusados por haber enviado y sobrevendido los códigos QR de cada entrada, provocando un cuello de botella y colapso en los ingresos del estadio.
A decir verdad, había apenas tres molinetes y un solo portón para ocho mil personas. A la mayoría ni siquiera le revisaron el código en tanto que otras se encontraron en la puerta de que su entrada digital ya había utilizado, aunque a esa altura era imposible ya hacerlos retroceder con tanta marea humana por detrás. Entonces, hubo tumultos e ingresos forzados, controles heridos e insuficientes que terminaron de provocar un caos total en el acceso a las tribunas.
¿Este argumento utiliza Talleres para no venderle localidades a los de Belgrano? Puede ser. No obstante, hay gato encerrado, porque al Kempes vinieron tres veces River, Rosario Central, Newells, Independiente, San Lorenzo y Belgrano sin incidentes de ninguna naturaleza. ¿Cuál fue la diferencia? Que en esta lista de partidos, el expendio contó con entradas físicas. Aducen desde Talleres y Cosedepro que al haber entregado las 550 entradas a la barra con más de tres días de anticipación al clásico, inevitable es sospechar de la ventas duplicada, provocando el inminente escándalo el día del partido.
Seguramente también hay razones deportivas e institucionales. Existe una presión por parte de los socios “T” (sin acceso garantizado), que por naturaleza pueden comprar remanentes para poder acceder al estadio. Son casi 11 mil. Y por ese motivo, debe cumplir también con ese sector de la masa societaria, que también tiene sus derechos. A pesar de que Fassi siempre bregó por espectáculos con ambas hinchas, esta vez tendrá que postergar la fiesta.
Esa política desapareció para el clásico del domingo con Belgrano y para muchos, hay relación con el momento deportivo. La decisión de la directiva fue después de la ominosa derrota ante Argentinos Juniors y antes de la goleada a favor ante Barracas Central. Etonces el panorama y las consecuencias eran otras: Perder con 11 mil “Piratas” en cancha y con socios albiazules en sus casas viendo el cotejo por TV, hubiera sido demasiado lastre en imagen. Sobre todo luego de vender a sus figuras Diego Valoyes y Michael Santos al fútbol mexicano.
Seguramente cada mirada tendrá su parte de la razón: Talleres con sus entradas, Cosedepro con la información a medias, Instituto haciendo valer su gente y descreyendo del expendio, pero de todas formas, esta vez los de barrio Jardín tendrán a disposición todo el Kempes como en el 2017, ya que antes del descenso de los de Alberdi, organizaron el duelo en 2018 con ambas parcialidades. A partir de ese encuentro, en amistosos y torneos de verano, siempre hubo dos hinchadas en el clásico cordobés, racha que se corta este fin de semana, justo antes del debate presidencial.
Claro, en vísperas de las elecciones nacionales, a menos de un mes para ir a las urnas a elegir presidente, del Gobierno Provincial no quieren sorpresas, sobre todo porque Córdoba pone al Gobernador Juan Schiaretti como candidato al despacho principal de Casa Rosada. Hay factores de sobra, pero en el medio, la novela dejó varios detalles que se quisieron cubrir bajo la alfombra y que salieron a la luz para que Talleres-Belgrano se juegue sin visitantes en el Kempes.