La historia sin prejuicios
La escritora Florencia Canale presentó “El Diablo”, su volumen dedicado a la figura de Bernardo de Monteagudo, en una actividad que ocupó la Carpa Central de la Feria del Libro Córdoba, donde fue una de las invitadas principales de una programación que se desplegó a lo largo de doce días.
J.C. Maraddón
Ya en otras ocasiones nos hemos referido desde esta columna a los revisionismos que cada tanto se verifican en los estudios históricos y que generalmente abundan cuando hay cambios en los paradigmas de la sociedad. La necesidad de recapitular el pasado de acuerdo a los valores vigentes en el tiempo actual, puede representar una iniciativa loable y de gran interés, pero del mismo modo también puede convertirse en un aluvión condenatorio contra aquellos que en épocas pretéritas tuvieron un desempeño público que en su momento estaba naturalizado y que es reprobable según la cosmovisión de esta tercera década del siglo veintiuno.
Esas correcciones que se practican sobre la narración oficial, incluyen por supuesto la visibilización de personajes que pudieron haber sido fundamentales y que fueron ninguneados porque pertenecían a sectores que estaban catalogados como de una escala inferior. La tarea de rescatar a esos artífices menospreciados ha sido ímproba en la última década, periodo en el que proliferaron estas reescrituras donde a los próceres por todos conocidos se les añadían otros nombres y otros rostros igualmente valiosos, de los que los cronistas anteriores no habían dado cuenta suficiente en sus investigaciones, por motivos que tenían que ver con una perspectiva diferente.
Así es como se han dado a conocer trabajos en los que se rescata la figura de mujeres que motorizaron acontecimientos fundacionales, aunque por su condición no habían sido dimensionadas en correspondencia con su enorme aporte. Un extenso catálogo, volcado sobre libros y películas, se ha conformado de manera reciente con todos estos ensayos que procuran poner las cosas en su lugar y que, desde una mirada más amplia, se afanan en hacer justicia con quienes habían recibido la condena al anonimato, ya sea en la política, el deporte, el arte o cualquier otra disciplina donde los hombres parecían ser los únicos protagonistas.
De idéntica manera, minorías que no habían tenido derecho al reconocimiento público de sus méritos fueron reivindicadas a partir de este fenómeno, que en tal caso no mostraba una intención de culpabilizar a nadie, sino de hacer evidente el rol central que les cupo a ciertas personas a las que se había ignorado en ese entonces. La raza, el género, la clase social y otros factores de tinte discriminatorio fueron motivo suficiente para que apellidos a los que se debía escribir con letras de molde en la crónica, quedasen en el olvido y fuesen reemplazados por los que cumplían con los requisitos hegemónicos.
En su último título literario, “El diablo”, Florencia Canale se ocupa de una figura maldita de la historia argentina, que ha tenido participación activa en hechos claves de los albores de la independencia nacional, pero de la que muy pocas veces se menciona su origen afroamericano. Bernardo de Monteagudo, supuesto hijo de una mulata y un cura, estuvo al lado de José de San Martín en su campaña emancipatoria y participó de organismos de conducción de las Provincias Unidas del Río de la Plata, donde su presencia no pasó desapercibida, más allá del rol secundario que le adjudican los manuales de historia.
Florencia Canale presentó “El Diablo” en una actividad que ocupó la Carpa Central de la Feria del Libro Córdoba, donde fue una de las invitadas principales de una programación que se desplegó a lo largo de doce días. En su alocución, ella destacó la necesidad de redimir a un hombre que fue tan impetuoso en su actuación pública como en la intimidad, pero que en especial trascendió cualquier prejuicio racial para instalarse con luz propia en la camada de hacedores de la argentinidad. Ver a Monteagudo desde las alturas de este 2023 es un acierto que Canale transforma en otro best seller.
Te puede interesar
Una canción de redención
El próximo sábado, Pity Álvarez se presentará como solista en el Estadio Mario Alberto Kempes en su concierto de retorno, un operativo del que ya se conoció el tema “No sé cuánto”, que formará parte de su álbum “Basado en hechos irreales”. Cabe esperar que su reencuentro con los fans cierre una etapa oscura de su biografía.
Caras y caretas cordobesas
Lugones era entrevistado en 1912 en la capital británica por un corresponsal del semanario, a quien refería el proyecto literario en el que se hallaba empeñado: el estudio del Martín Fierro, y también describía su rutina londinense. Al año siguiente, estaba de vuelta en el país.
No se consigue así nomás
A regañadientes, los detractores del cuarteto han debido aceptar el actual estatus del género, pero no se privan de hacer escuchar sus quejas cuando se les presenta la oportunidad, como ha ocurrido en estos días con su declaración como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por parte de la UNESCO.
Tan populares como indefendibles
Para traducir aquellos personajes a los tiempos que corren, mucho deberán trabajar los responsables de llevar a una producción audiovisual de ficción las aventuras de Alberto Olmedo y Jorge Porcel, un proyecto que trascendió en redes sociales y del que todavía no se sabe si será una película o una serie.
Intimidades de una diva nacional
Más allá del material de archivo que rescata sus proezas infantiles en el inicio del camino hacia la consagración, lo que vemos en el documental “LALI: La que le gana al tiempo”, estrenado la semana pasada por Netflix, es la evolución del “Disciplina Tour”, desde las dos funciones en el Luna Park hasta llenar el estadio de Vélez.
Llaryora y Passerini celebran: el Cuarteto declarado Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO
El Gobernador e Intendente manifestaron en sus redes alegría ante la distinción de la organización internacional. Se trata de un reconocimiento institucional que subraya su relevancia cultural y fue anunciado y celebrado por autoridades provinciales.