Listas para las PASO

Finalmente el país tiene los nombres de quienes competirán en las próximas elecciones nacionales. Tras un par de idas y vueltas, Unión por la Patria decidió que su fórmula más fuerte será la de Sergio Massa y Agustín Rossi, que deberá enfrentarse al binomio conformado pro Juan Grabois y paula Abala Medina.

El cierre fue caótico, como siempre, pero esta vez fue chocante. Dejaron que el Ministro del Interior anuncie su precandidatura presidencial para bajarlo apenas un par de horas después. Expusieron a De Pedro y lo cambiaron por Massa tras lo que deben haber sido horas de rosca infernal, tras las cuales se impuso la voluntad de la alianza de gobernadores del norte.

 
El peronismo buscaba una fórmula de unidad, pero era imposible que lleguen a un acuerdo. Los gobernadores, el sindicalismo, los movimientos sociales, el progresismo, los intendentes del conurbano, el albertismo, el massismo, el cristinismo, los universitarios, todos querían tener algo para decir. Finalmente fue el Ministro de Economía el que se quedó con la última palabra y el primer lugar en la boleta.

Parte del kirchnerismo quedó molesto con el candidato elegido, pese a que lo recibieron con los brazos abiertos cuando decidió hacerse cargo de un país que estaba al borde del colapso. Esto no quiere decir que el país haya dejado de estar en una situación delicada, sino que tomó el gobierno la persona con más fuerza dentro de lo que es el panperonismo, o al menos con la suficiente capacidad como para poder minimizar la cantidad de jugadas internas de desestabilización.

Basta con pensar en lo difícil que ha sido el año para el kirchnerista duro, que pasó por el operativo clamor por Cristina a ilusionarse con “la wadoneta”, por el feminismo haciendo contorsionismo para justificar su voto a un político del Opus Dei que obligó a parir a una nena de 11 años, para terminar militando a un ministro con pasado en la Ucedé.

La fórmula presidencial dejó afuera del combo a Cristina Kirchner, que no pudo poner a ningún “hijo de la generación diezmada”, sino que -como dijo alguien en twitter- se eligió a representantes de la generación del diezmo, por las denuncias de coimas en la aduana que maneja Massa. La fórmula es la menos kirchnerista en 20 años, con ningún candidato elegido por el clan santacruceño.

Esto no quiere decir que Cristina se haya quedado sin poder, porque ha digitado casi todas las listas. Es la estrategia de 2015: si van a perder, el lugar para resistir es el Congreso. Necesitan gurkas que no quieran negociar con los que lleguen a la Casa Rosada para el periodo 2023-2027. Será poco, pero es mucho más que lo que tienen la inmensa mayoría de los políticos.

El kirchnerismo eligió un binomio con dos ministros en funciones, que deberán prometer que van a hacer las cosas mejor que lo que lo están haciendo. En la previa es fácil aventurar que Massa no puede hacer una gran elección, pero hasta que no se acude a las urnas es imposible saberlo, especialmente si ningún candidato puede quedarse con ese núcleo duro peronista de 30-35% de los votos.

Juntos por el Cambio

En al principal fuerza de oposición todo terminó con dos fórmulas anotadas, en línea con lo que se hablaba. El radicalismo puso los dos precandidatos a vicepresidente y el PRO los dos precandidatos a presidente. Las fórmulas Larreta – Morales y Bullrich – Petri muestran el peso del AMBA a la hora de elegir nombres, pero también la importancia de hacer pie en el resto del país.

Facundo Manes bajó una precandidatura a la que apostaba parte del alfonsinismo residual que queda dentro del radicalismo, señal del giro en el electorado. No es tiempo de discursos socialdemócratas, de allí que todo haya virado hacia una posición más a la derecha.

La apuesta de este espacio es mantener el caudal de votos en la franja central del país, creciendo en los distritos que quedan tanto por encima como por debajo del mismo. Aunque las elecciones provinciales no son suficientes como para establecer un parámetro, no son pocos los que empiezan a delinear un escenario alentador.

Hacemos por nuestro país

El gobernador de Córdoba será finalmente precandidato a presidente. Lo acompañará Florencio Randazzo, ex ministro del Interior de Cristina Fernández de Kirchner, que empezó a explorar un espacio peronista no K en las elecciones de 2017, aunque sin mucho éxito.

Definitivamente la apuesta de Schiaretti es a empujar a sus candidatos en otros tramos, especialmente a sus diputados. Hay que esperar para ver qué tipo de lazos se pueden tender ahora que Massa es el candidato del kirchnerismo, sabiendo que todos han trabajado en conjunto más de una vez.

La Libertad Avanza

Javier Milei y Victoria Villarruel son la fórmula más porteña de las elecciones, indicando que quizás Milei sea un fenómeno exclusivo del AMBA, algo que todavía no se puede saber a ciencia cierta. Muchos apuestan a que sacará alrededor del 15% de los votos, aunque los datos de las elecciones pasadas son un poco desalentadores para esas aspiraciones. Sin embargo, su aspiración es ir concentrando votos en las sucesivas rondas electorales, esperando meterse en el ballotage canalizando el voto bronca.

Otras fuerzas

El resto de las fuerzas son casi testimoniales, sin mayores aspiraciones que pasar el corte del 1,5% de los votos, algo que siempre deja afuera a varios contendientes. A partir de estos nombres, cabe esperar que en octubre en el cuarto oscuro habrá cinco boletas: kirchnerismo, peronismo no K, Juntos por el Cambio, Frente de Izquierda y libertarios. Quizás pueda llegar a colarse alguno más. Con esos nombres la cosa va a despejarse con mucha más velocidad.