Dudas por la fecha electoral: adelantar las urnas “no es alocado”
Llamosas no da pistas del “cuándo”, pero analiza todas las variables mientras algunos peronistas especulan sobre las ventajas de votar “lo antes posible”. Reconocen que deberán instalar a un candidato nuevo, pero también la oposición. Además, juega la disponibilidad del aparato municipal, provincial y ¿también el nacional?
Por Gabriel Marclé
Si en septiembre Alfil ya hablaba sobre las dudas y tribulaciones del oficialismo riocuartense respecto al escenario electoral del 2024, los debates de la “rosca sucesoria” toman aún más fuerza después de terminar la campaña nacional que consagró a Javier Milei como presidente electo. Aunque la definición de un candidato oficialista parecía la cuestión más urgente para Juan Manuel Llamosas, la inestabilidad del escenario político, económico y social parecen poner el centro en la fecha de elecciones y la especulación sobre “la más favorable” para el PJ.
En el Palacio de Mójica se viven días de mucha reflexión y expectativa por cuestiones que aún están inconclusas, pero posiblemente también sea por la certeza de que el año se guarda algunas sorpresas más. El intendente y jefe del peronismo local no da señales respecto a lo que se viene, más allá del constante guiño al secretario de Gobierno, Guillermo De Rivas, para que sea quien compita por la intendencia el año próximo. La certeza -al menos hasta ahora- es que Llamosas se quedará en el Mójica hasta el final, pero en medio deberá llamar a elecciones y, pese a escatimar en pistas, el tablero local da señales que podrían apuntar a una convocatoria anticipada a las urnas. De hecho, voces del PJ afirman que “no es alocado” que esto ocurra.
El último antecedente de la definición del calendario electoral tuvo a un Llamosas pensando en la reelección y convocando para el 29 de marzo del 2020 -fecha que luego se postergó por el inicio de la cuarentena del Covid. En ese entonces, el intendente afrontaba la campaña con números de aprobación altos y la certeza de que había mucha diferencia a favor suyo con respecto a su rival más fuerte, Gabriel Abrile (Juntos por Río Cuarto) –“ganamos por veinte”, decían. Cabe mencionar que el escenario político se presentaba más favorable para el intendente tras recibir el apoyo del por entonces presidente Alberto Fernández. De hecho, Llamosas fijó la fecha un 20 de diciembre, inmediatamente después de la asunción presidencial.
Hay razones para pensar que las proyecciones de aquellos tiempos podrían guardar relación con las de estos días y que eso podría llevar a un nuevo adelantamiento de las urnas. Una de las cuestiones tiene que ver con el rol de Llamosas en la campaña. Si bien no será quien compita, el intendente conservará su lugar en la primera plana para jugar con lo que sus armadores presentan como “altísimos índices de aprobación”. En ese sentido, plantean que la responsabilidad de instalar a alguien nuevo es de la oposición, que ya tiene a Gonzalo Parodi en carrera. Por esta razón, el PJ podría analizar volver a la fórmula del 2020 y acortar el calendario que sus rivales necesitarán para crecer, además de achicar la ventana de desgaste a la que puedan apelar para rasparle votos al oficialismo con cuestiones como la inseguridad.
Otro de los factores a tener en cuenta para hablar de una elección más cercana en el tiempo tiene que ver con la economía y las decisiones del nuevo Gobierno Nacional. Los adelantos de ajustes, nula obra pública nacional y dudas sobre la coparticipación presentarían un escenario desconocido y hasta potencialmente desfavorable para Llamosas. De hecho, en el entorno del intendente afirman que el ritmo del “cambio” que se viene para el país será clave para asegurar una fecha. El humor social repercute en las urnas y se estima que esto deberá ser tenido en cuenta, si las acciones de Javier Milei tendrán un impacto en el corto, medio o largo plazo. La reflexión indica que mientras se vote más lejos de una potencial crisis, menos sufrirá el oficialismo.
El otro elemento que mencionan en el PJ para especular sobre el calendario electoral tiene que ver con las sociedades políticas que favorezcan al candidato del oficialismo. Al “aparato local” se suma el de la Provincia con Martín Llaryora gobernador jugando para el equipo, mientras que el radicalismo permanece en plena reconstrucción y armado de nuevas alianzas, con tensiones internas similares a las del 2020 y que repercutieron negativamente en la performance de Abrile. Una vez más, en el peronismo presuponen que, mientras menos tiempo tenga la oposición para recomponer su estructura y limar asperezas, mejor será para el candidato oficialista.
Otro detalle que puede apuntarse a las similitudes con el llamado anticipado a votar del 2020 tiene que ver con la mencionada “ayuda” del oficialismo nacional. Con el lugar que ganó el partido cordobés de Juan Schiaretti en el gabinete de Javier Milei y las señales de Llaryora a La Libertad Avanza, tampoco sería descabellado proyectar que la alianza oficialista riocuartense también incluya en sus filas a los dirigentes locales del mileismo. De ser así, el aparato nacional podría jugar a favor del elegido sucesor de Llamosas.
Teniendo en cuenta que el intendente debe llamar a elecciones hasta 90 días antes de las urnas y si se cumplen las proyecciones de quienes hablan de votar en el primer cuatrimestre del año, existe la posibilidad de que el mes de diciembre pueda llegar con novedades para el calendario electoral riocuartense del 2024. Dependerá de Llamosas y su análisis de las variables macro, de los pros y contras, pero también del jugador con el que saldrá a jugar el partido.
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