Llamosas cierra un año de logros, decepciones y serios desafíos
El intendente estuvo cerca de ser candidato a vicegobernador, terminó siendo legislador electo y postergó su ascenso para proteger el fuerte imperial hasta el último día. Año mega-electoral de varios golpes para el PJ que preside. Llamosas arrancará un 2024 con la presión de buscar al sucesor más competitivo.
Por Gabriel Marclé
En las oficinas del Palacio de Mójica no se vive clima de brindis y celebración. No hay saludos efusivos por el cierre de año ni mítines peronistas que pongan énfasis en los balances positivos. Eso no ocurre porque el presente dista mucho del clima festivo que tuvieron otros tiempos, en parte porque el contexto no favorece al confeti y porque, en muchos sentidos, las ruedas de la gestión siguen girando al ritmo usual porque hay desafíos pendientes. En lo político, el inmediato comienzo del 2024 dará continuidad al proceso previo a las elecciones municipales. Todo esto pesa en la agenda de un Juan Manuel Llamosas que este 2023 fue un año bisagra y uno de los más activos en la carrera del jefe municipal peronista.
Lo primero que destacan en el balance anual desde el equipo del intendente tiene que ver con que este ha sido el único año del segundo mandato llamosista en el que se pudo gestionar libre de la pandemia COVID. El programa de gestión avanzó sin el daño de la crisis sanitaria, pero los golpes llegaron desde otros lados. Lo electoral -nacional y provincial- cruzó por completo la actividad municipal, con un Llamosas que participó activamente. De hecho, el 2023 arrancó con el intendente trabajando en sus chances de convertirse en el candidato a vicegobernador de Martín Llaryora. Ese plan que duró varios meses se cayó luego que el ahora gobernador le diera ese lugar a la radical Myrian Prunotto.
Aun así, el nº1 de la lista de legisladores confirmó a Llamosas como un actor importante del tablero político cordobés, algo que se sostendría aun cuando Llaryora le pidió que se quede en la ciudad hasta el último día para actuar como jefe de campaña y guiar al mejor candidato posible para competir en las urnas municipales.
Por estas razones, podría decirse que Llamosas logró hacerse un nombre entre la dirigencia peronista cordobesa que se renueva. El intendente apostó fuerte y logró en parte su cometido, aunque las urnas no lo ayudaron a sumar los puntos que necesitaba para subir aun más en el ranking. De hecho, su peronismo pasó por derrotas consecutivas en el distrito y lo más festejado fue que Juan Schiaretti achicó la distancia con Javier Milei en lo que fue la primera vuelta. Los candidatos peronistas que fueron militados desde el PJ riocuartense siempre cayeron, incluso Llaryora, que perdió por cinco puntos contra Luis Juez en las provinciales.
No es secreto que estas situaciones entran en el grupo de las decepciones del 2023 para Llamosas, que ahora llega con otro ritmo a la campaña municipal. Allí aparecen los desafíos, los que arrancan desde el lunes y que -anticipan- obligarán a centrarse al tope en las eventuales complicaciones que llegarán, por ejemplo, con la quita de subsidios a la energía y los combustibles. Por esta razón, el primer trimestre del 2024 tendrá mucho de gestión para acomodar el barco antes que zarpe rumbo a las urnas.
A priori, los llamosistas afirman que el comienzo del nuevo año servirá para tomar aire e inflar los pulmones de “una propuesta innovadora que entusiasme a la gente”. El desafío político para el intendente y jefe del PJ tendrá que ver con apaciguar cualquier tensión interna, convocar a todos los dispersos y juntar la fuerza necesaria para que el elegido -sea quien sea- pueda competir con serias chances de renovar el reinado peronista por cuatro años más.
“Seguramente, en los próximos meses encontraremos la línea de acuerdos y razonabilidad para poner al candidato más competitivo en la cancha”, adelantan desde el entorno de Llamosas, alguien que deberá asumir su rol ordenador y poner en juego lo conseguido en casi ocho años de Gobierno, donde -aseguran- todavía quedan obras pendientes. “Hicimos los cimientos y ahora falta poner el techo”, el mensaje con miras al 2024 que resaltan en el llamosismo, donde postergan el brindis hasta conseguir los objetivos planteados.
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