Cultura Por: J.C. Maraddón17 de enero de 2024

Volúmenes que subsisten online

El sello editorial Bosquemadura, dirigido por Adriana Musitano, que se ha especializado en cobijar libros digitales de arte y en convocar a los artistas interactivos, presentó su título correspondiente a la película “El ruido del tiempo”, firmado por el cineasta Rubén Guzmán.

J.C. Maraddón


Si las posibilidades de apreciar el arte visual se limitasen a la visita a museos y galerías donde estas se exponen, quedaría reducida a una proporción ínfima la cantidad de personas que tendrían acceso a esas obras, en especial por una cuestión de distancias geográficas. Las reproducciones de esas piezas en diversas publicaciones han sido las que han acercado a todos el disfrute de tales creaciones, más allá de que no sea lo mismo, por supuesto, apreciar los trabajos in situ que observarlos en un papel impreso, donde sus características originales necesariamente sufren adaptaciones no siempre fieles.

Así ha sido como dentro de la amplísima gama de objetos bibliográficos, los libros de arte han cumplido un rol preponderante en la tarea de poner al alcance de la gente estas producciones que, de otro modo, tal vez hubiesen sido inaccesibles para cualquiera. De hecho, sólo unos pocos han tenido la chance de observar cuadros emblemáticos de la cultura universal tal como fueron pintados por sus autores: la mayor parte de nosotros conocemos esos clásicos a partir de haberlos visto reproducidos en alguna colección fascicular o en algún otro tipo de volumen elaborado a los fines de la divulgación.

Pero el pronunciado encarecimiento que se ha revelado en el ámbito de la industria editorial en lo que va del siglo, en especial este tipo de productos que requieren de un papel ilustración y de tapas duras, ha desaconsejado la continuidad de estos emprendimientos, por el altísimo costo que implican y por la dificultad de encontrar un público dispuesto a pagar lo que eso vale. Al mismo tiempo, los nuevos soportes tecnológicos y los avances en cuanto a la definición digital de las imágenes, han abierto nuevos horizontes en relación a la disponibilidad de esos canales para la circulación de las obras que antes debían ser impresas.

El sello editorial Bosquemadura, dirigido por Adriana Musitano, se ha especializado en explorar esa veta que, además de cobijar libros digitales de arte, también convoca a los artistas interactivos, que pueden encontrar allí un espacio donde expandir la llegada de sus realizaciones. Fundamentada también en el respeto a los bosques y el resguardo de las energías renovables, esta iniciativa cuenta ya con cinco títulos disponibles en el sitio https://bosquemadura.com/, donde los interesados pueden obtenerlos sin que la erogación suponga un gasto desmedido, tal como ocurre por estos días con las publicaciones de esta clase que se editan en papel.

A fines de 2023, en una actividad que se desarrolló en el Cine Teatro Córdoba, Bosquemadura organizó el lanzamiento de “El ruido del tiempo”, firmado por el cineasta argentino Rubén Guzmán, un ensayo antropológico cuyo formato audiovisual fue proyectado en la sala durante esa velada. En el libro, el propio director comparte sus notas sobre la película, junto a textos del antropólogo noruego Arnd Schneider y de la profesora Ana Lía Gabrieloni. Pero el atractivo visual de esta obra se concentra en los fotogramas del filme, que muestran en su esplendor paisajes de la región de la Puna.

Con la presencia de Guzmán, Gabrieloni, Musitano, la experta en Letras Modernas Beatriz Bixio y la actriz Analía Juan, en la ocasión se produjo un enriquecedor debate acerca del contenido de “El ruido del tiempo” y de la pertinencia de esa mirada sobre los despojos del colonialismo que desafían los preconceptos existentes sobre las culturas originarias. Es por demás alentador que se fortalezcan emprendimientos como el de Bosquemadura, que en vez de lamentarse por aquellos objetos que se extinguen sin remedio, plantean nuevas formas de resistencia para que los hábitos cambien pero lo trascendente persista.

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