
Schiaretti -Vigo le pasan el escáner a los “infieles” del PJ
El día después de la derrota de Sergio Massa comenzaron los pases de factura en el peronismo local. El viguismo pide rendición de cuentas a los oficialistas que militaron por el renovador. El gobernador saliente recordó que Hacemos siempre será leal a su electorado. El cruce Limia-Kyshakevych.
Provincial 21 de noviembre de 2023

Por Yanina Soria
La conducción del peronismo cordobés parece no estar dispuesta a dejar pasar, así como así, la irreverencia de muchos dirigen tes oficialistas que sorprendieron luego de la primera vuelta con una militancia pública activa por el candidato de Unión por la Patria. Lo que en cualquier parte del país suena a lógico y hasta obvio, que un peronismo apoye electoral mente a otro peronista, pues en Córdoba no. El todavía gobernador y jefe del PJ provincial, Juan Schiaretti, jugó abiertamente en contra de Sergio Massa durante el balotaje.
De hecho, tras el resultado del domingo, pero en particular con el duro revés que recibió el renovador en Córdoba, el mandatario celebró esa derrota y refrescó el porqué del rechazo de esta provincia al kirchnerismo. Repitió el mensaje que viene dando desde que decidió de qué lado pararse en la última compulsa electoral del año.
Y mientras el cordobés radicalizaba su posicionamiento anti K y marcaba claramente una línea política hacia adentro del PJ cordobés, más dirigentes (entre ellos, legisladores, funcionarios e intendentes) se desalambraban y lo desautorizaban, para prestar apoyo público y aportar algo estructura y territorialidad a la campaña del ministro de Economía. Si bien la conducción del PJ dejó rodar a esos jugadores, muy al estilo del un peronismo verticalista como es el cordobés, se tomó nota de cada uno.
La realidad es que el candidato nacional nunca logró un solo gesto orgánico del partido, solo recogió adhesiones que terminaron siendo a título personal. Ni siquiera obtuvo una señal concreta del gobernador electo Martín Llaryora que jugó mucho más suave apelando a la neutralidad pública.
Aun así, el peronismo local esperaba aportarle a Massa lo necesario para llegar de mínima al 30 por ciento de los votos en la provincia mediterránea y reescribir así una nueva historia con los cordobeses.
Sin embargo, el final fue otro y la victoria del libertario Javier Milei abre un nuevo escenario para los planes políticos que atraviesan a la dupla Schiaretti-Llaryora.
Por lo pronto, en el día después de los comicios, en el oficialismo ya se sienten las tensiones entre quienes se corrieron de la línea impartida por Schiaretti y quienes se mantuvieron dentro de las pautas marcadas.
En el schiarettismo duro leen que, finalmente, ese peronismo que militó por Massa no le aportó más de lo que el candidato podía recoger por sí mismo en este distrito.
A días de dejar el poder provincial para encarar una nueva etapa en su vida política, el gobernador y la senadora nacional, Alejandra Vigo, de algún modo, salen a marcarle la cancha a los infieles del PJ y a recordarles que el proyecto de Hacemos Unidos priorizará siempre, ante todo, al electorado cordobés. Que ayer ratificó -una vez- más su acérrimo anti kirchnerismo.
En el marco de ese reencuadramiento de la dirigencia, se inscribe el mensaje posteado ayer por el presidente del bloque de legisladores de Hacemos por Córdoba, Leonardo Limia, un hombre de estrecha confianza de la senadora Vigo y uno de los dirigentes activos que tuvo la campaña nacional de Hacemos por Nuestro País.
“El pueblo se expresó en democracia. Se terminaron la grieta y el gobierno del AMBA. Por eso, parte de la dirigencia cordobesa deberá dar cuenta de su error. En esta provincia el interés que nos mueve es el de los cordobeses”, escribió en sus redes sociales. “Y ese maltrato es el mismo que recibió el PJ Cordobés por no aceptar ser colonizado por el kirchnerismo. Felicitaciones al presidente electo Javier Milei”, agregó el referente de la Capital.
Ese pedido de rendición de cuentas que -se infiere- se lanza desde el tándem Schiaretti-Vigo, apunta sobre todo a quienes “sorprendieron” con su apoyo a Massa en el último tramo de la campaña.
Pues, allí ubican por ejemplo a otra viguista como Nadia Fernández, vicepresidenta de la Legislatura; a Juan Domingo Viola, secretario de Participación Ciudadana; el legislador Mariano Lorenzo, del Movimiento Evita; o Marcos Torres, intendente de la ciudad de Alta Gracia, entre otros. Tampoco cayó bien, aseguran en el viguismo, la activa participación que (aunque de manera subterránea) tuvo el secretario de Gobierno municipal, Miguel Siciliano, en el armado electoral de Massa en el distrito Capital.
En rigor de verdad, los oficialistas que blanquearon su apoyo a Massa en el balotaje fueron muchos más. Aunque era de esperar, lo hizo la diputada Natalia de la Sota, también la delasotista Adriana Nazario; el presidente de la bancada de concejales de Hacemos, Marcos Vázquez; el legislador Rodrigo Rufeil; su par Nora Bedano, entre muchos otros.
En cambio, también hubo otros oficialistas que desde el minuto cero bancaron la campaña del candidato de Unión por la Patria, incluso, cuando Schiaretti todavía estaba en la palestra de los presidenciales. Entre ellos, por ejemplo, la parlamentaria Tania Kyshakevych o el propio Martín Gill y su núcleo de intendentes.
Precisamente, la massista fue una de las que ayer cruzó públicamente a Limia y le respondió duramente a su mensaje: “Cómo decía De la Sota, nunca me encontrarán en un acuerdo con Macri, mi límite es la derecha. Parece que los peronistas tenemos que dar explicaciones por hacer lo correcto, y los que se dicen peronistas y trabajan para la derecha ¿no? Mi conductor siempre será el mejor: De la Sota”.
“Que ironía, cuando se necesitaban los votos para ganar la Capital ahí si servía el kirchnerismo. Este rol autoritario al que no tiene acostumbrado tu jefa, de salir a perseguir compañeros y compañeras que piensan distinto ya tiene que terminar. Va, si queremos un país mejor. Yo, por ejemplo, siempre trabajé en el proyecto cordobés, pero además nunca milité en kirchnerismo, el que ustedes fueron a buscar para ganar la capital. Y que seguramente convocarán para próximas elecciones donde haya que juntar los votos”, agregó.
El peronismo cordobés ya vivió estas fricciones en el 2019 cuando un sector desconoció el liderazgo de Schiaretti y se abrió para militar el proyecto del presidente Alberto Fernández. La mayoría de ellos, luego se fue reincorporando de nuevo a las filas del Hacemos por Córdoba y así será, seguramente, también ahora. El fin de un ciclo que se va con Schiaretti al frente de la conducción para dar paso a la era de Llaryora como nuevo líder, genera mucha expectativa. Sobre todo, entre quienes esperan una nueva impronta en el peronismo cordobés.
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