La guerrilla en Tucumán: Operativo Independencia. 5 de febrero de 1975. Segunda Parte (2/3)

Provincial 30 de noviembre de 2023 Daniel Alvarez Soza
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   El 5 de enero, mientras se realizaban estudios preliminares para lanzar el Operativo Independencia, un avión del Ejército que se hallaba haciendo un reconocimiento en la selva es derribado por tropas del ERP, muriendo 13 oficiales.

   El gobierno dicta el Decreto Nº 261 del Poder Ejecutivo estableciendo que “El Comando General del Ejército procederá a ejecutar  las operaciones militares que sean necesarias a efectos de neutralizar y/o  aniquilar el accionar de los elementos subversivos que actúan en la provincia de Tucumán”.

  Con esto se inicia, lo que se conoció como el Operativo Independencia. El decreto fue firmado por la Presidente de la Nación María Estela Martínez de Perón y los ministros: Alberto L. Rocaroma (Min. del Interior), Oscar  Ivanissevich (Min. de Educación), Alberto J. Vignes (Min. de Relaciones Exteriores y Culto), Adolfo M. Savino (Min. de Defensa), José López Rega (Min. de Bienestar Social), Alfredo Gómez Morales (Min. de Economía) y Ricardo Otero (Min. del Trabajo). 

     “Desde mayo de 1969 hasta el momento de la promulgación del Decreto, los terroristas habían llevado a cabo 1.836 atentados de alta significación, de los cuales el 70 % se produjeron entre mayo de 1973 y el transcurso de 1974 (durante el gobierno constitucional). Según lo confesaban los partes de guerra de las organizaciones guerrilleras, hasta ese momento se habían cometido 541 asesinatos, miles de mutilaciones, e innumerables operaciones de diversa envergadura” (1).

  Miércoles 9 de febrero, El general Acdel Vilas “es llamado al Estado Mayor, y lo designan comandante de la V Brigada y Jefe de la Operación Independencia”.

    “Llega a su destino con la expresa orden del poder político de “aniquilar la subversión “con métodos convencionales y no convencionales” (2).

   En tanto que el ERP asumió una curiosa actitud ante el Operativo Independencia, la cual fue eufórica ya que consideró como un éxito militar la decisión asumida por el gobierno de la Presidente de la Nación, “porque estaban apurando al gobierno constitucional (su enemigo) a radicalizar su posición y, con ello, se pretendía arrastrar a las FF.AA. a una profundización de la guerra. “Cuanto peor, mejor” era la consigna, cuanto  más se precipitara y radicalizara el conflicto, más cerca se estaría de hacer la revolución” (3). 

   En julio de 1975, Montoneros se incorpora a la lucha guerrillera en Tucumán. Fueron enviados los oficiales guerrilleros Juan Carlos Alzogaray, hijo del teniente general Julio Alsogaray, que participó en el golpe militar de 1966, Carlos “Pancho” Lebrón, Fernando “Pepo” Saavedra, María “Mecha” Niklisson, Eduardo “Tomás” González Paz, Juan Carlos “Tito” Agrime, Claudio Slemensson de las UES, e Ismael Salame. “Todos ellos proveían de un análisis de los acontecimientos a la conducción nacional montonera que anhelaba crear una compañía en el monte, aunque seguían en la lucha urbana en desmedro del foquismo procubano”.

  La colaboración del MIR chileno con el ERP en Tucumán

  Las organizaciones subversivas debieron enfrentar un nuevo escenario, como fue la llegada al poder de regímenes militares, que entre las causales que motivaron su irrupción estaba precisamente asumir una estrategia contrarrevolucionaria, además de intervenir sociedades enfrentadas a climas de  de extrema violencia política que incidieron en crisis institucionales, por cierto agravadas, por la acción subversiva. Todo este escenario se acentuó en la realidad sudamericana a propósito de la caída del gobierno de la Unidad Popular, ya que según comenta Eugenio Méndez, tanto al ERP como a las demás organizaciones armadas de la región se les había cerrado el “santuario chileno”, donde recibían instrucción militar, protección y financiamiento”

     Como consecuencia de la asonada militar de 1973 que derrocó a la Unidad Popular, “El ERP recibirá en la estación de trenes de Retiro, en Buenos Aires, los 3 primeros ataúdes con combatientes argentinos, fusilados en Chile: Oscar Bugallo y Miguel Ángel Lacorte, erpianos; y Teodoro Konoba de las FAR” (4).

  Dada la persecución dispuesta por las fuerzas de seguridad en Chile a contar de 1973, el MIR decidirá enviar algunos de sus cuadros a la Argentina con el objetivo de refugiarse, solicitar apoyo económico y combatir junto al ERP en Tucumán.

     “Después de la caída de Salvador Allende, el MIR asumió la resistencia bajo la siguiente concepción: “El MIR  no se exilia”. Con ello se dará forma a la ya mencionada Junta Coordinadora Revolucionaria, cuya sede central se trasladó desde Santiago a Buenos Aires a partir de 1973.

    En atención a estos hechos, el MIR pasó a convertirse en una fuente político-militar que nutrirá de combatientes que engrosaban a la guerrilla del ERP en Tucumán. En tanto que la organización argentina colaborará con las tareas estratégicas del MIR, en cuanto a su lucha contra el gobierno militar. Consecuencia del traslado a Buenos Aires, es que “El MIR envió como representante ante la Junta Coordinadora Revolucionaria a Edgardo Enríquez, “el pollo”, hermano de su secretario general Miguel Enríquez” (5).

Como ya señaláramos, en la etapa posterior al golpe militar en Chile, veremos una importante  penetración de cuadros miristas en la Argentina para apoyar la guerrilla en el norte argentino, cuestión que confirma Mattini: 

      “Los militantes del MIR que formaron parte de nuestras unidades de combate o células políticas se encargaron por medio de la práctica, de contrarrestar los perjuicios sobre ellos, que eran moneda común del PRT. Tenían un enorme respeto por la combatividad del ERP. Muchos miristas militaban un tiempo en el ERP para completar su entrenamiento” (6).

   Entre los primeros cuadros que se movilizarán a Tucumán con el objetivo de impulsar una zona liberada, llegarán integrantes de “las Brigadas Internacionales, además de los jefes y combatientes del MIR de Chile, entre ellos, el Comandante Alcántara, que luego regresarían a su país; Edgardo Enríquez, Rubén Strada (Sargento Dago), Dante Vidallé Almagro, Carlos Hernán Godoy Barrales (Sargento Marcio), Domingo Villalobos y el sueco Svante Graende (Teniente Julio) que también era mirista” (7). 

    Otra situación que marcó esta etapa fue el apoyo económico que las organizaciones subversivas argentinas, especialmente el ERP, comenzaron  a generar hacia Chile una vez producido el derrocamiento de Salvador Allende, actitud que respondía a esta hermandad recíproca existente entre ambas organizaciones.

    El ex dirigente del MIR Patricio Rivas dirá al respecto que: “Mientras tanto proseguía la actividad guerrillera en varios países latinoamericanos. Los movimientos hermanos del MIR como Tupamaros, Montoneros y el ERP expresaron monetariamente su solidaridad hacia la resistencia chilena”

  “Ellos realizaron una enorme cantidad de asaltos a bancos y secuestros… los uruguayos y los argentinos particularmente…y desde ahí llegaban recursos” (8).  

     Lo expresado anteriormente podemos corroborarlo a partir de lo que nos dice Eugenio Méndez: “El Estado Mayor del ERP, por intermedio de su comando “Silva Tettamanti” de la unidad norte de Buenos Aires, secuestró al ejecutivo Víctor Samuelsson. En total se negoció 12 millones de dólares, distribuidos así:

    4 millones de dólares, debía repartir la ESSO (petrolera) en alimentos al Pueblo.

    5 millones de dólares, repartirá el ERP en elementos para nuestro Pueblo.

   3 millones de dólares, distribuidos a las organizaciones revolucionarias de Chile, Bolivia, Uruguay y Argentina, por partes iguales, para subvencionar la lucha” (9). 

_________________________

1.- MARQUEZ, Nicolás: “El Vietnam argentino”. Ob. cit. Pág. 129.

2.- YOFRE, Juan Bautista. “Nadie Fue.”. Buenos Aires. Del Autor. 2006. Pág. 77.

3.- MARQUEZ, Nicolás: “El Vietnam argentino”. Ob. cit. Págs. 136-137.

4.- MENDEZ, Eugenio. “Santucho: entre la inteligencia y las armas”. Ob.cit. Págs. 100 - 101.

5.- MATTINI, Luis: “Los Perros: Memorias de un combatiente revolucionario”. Ob.cit. Págs. 116-117.

6.- MATTINI, Luis: “Los Perros: Memorias de un combatiente revolucionario”. Ob.cit. Págs. 122-123.

7.- MENDEZ, Eugenio. “Santucho: entre la inteligencia y las armas”. Ob.cit. Pág. 106.

8.- HISTORIA DEL MIR. Reportaje: Programa Informe Especial. TVN Chile. 1992.

9.- MENDEZ, Eugenio. “Santucho: entre la inteligencia y las armas”. Ob.cit. Pág. 107.   

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