
Las elecciones de Centros Vecinales servirán al PJ para como precalentamiento para el test electoral de 2025, para el que resultará indispensable poner a punto la maquinaria territorial. Esta vez, habrá un elemento que agregará tensión: el llaryorismo, que no sembró estructuras en sus primeros seis, ahora jugará. ¿Curso de colisión con el viguismo?