Federico Jelic
Al final, ¿quién quedó más dañado y herido en imagen luego de la novela del Super clásico y la novela con el baile de la Mona Jiménez y AFA? Es cierto hubo cuatro quemados (literal) con bengalas incluido un niño pero nos referimos a nivel imagen, políticamente hablando. Está claro que el más golpeado fue Belgrano, por las sanciones a las que se somete por los fuegos artificiales del final, pero ojo que también sufrió lastimaduras importantes en materia de reputación, el Cosedepro, organismo de seguridad provincial. Y también quedó salpicado el Ministro de la misma materia, Juan Pablo Quinteros, por su raid mediático con las gestiones, a pesar de que consiguió adelantar el horario del derby cordobés.
De todas maneras, la previa fue de película (de suspenso): el capitulo final mostró a La Mona cantnado bajo la lluvia, Belgrano-Talleres empezando a jugar de día e iluminados por bengalas en la noche de Alberdi más que la famosa "lunita", desacatos a la autoridad, reprogramaciones y muchos dimes y diretes, con consecuencias impredecibles.
Asimismo hubo otros partícipes necesarios para que la fiesta se lleve a cabo, con enroque de partidos en la grilla de la Copa de la Liga Profesional y amerita un contexto. Cada parte se vanagloriará de sus gestiones, pero la historia tiene más heridos que pontificados, sobre todo en materia política, donde cada triunfo o cada golpe duele el doble.
Reprogramados, mojados, quemados
Es obligatorio usar un contexto: La Liga Profesional programó a Belgrano-Talleres para el sábado 24 de febrero en el inusual horario de las 22 horas, en simultáneo con el baile de Jiménez en el estacionamiento Norte del Kempes. Los organismos de seguridad pusieron el grito en el cielo por la necesidad de cubrir ambos eventos, poniendo en duda la cantidad de efectivos policiales aunque de fondo la idea era evitar casi 100 mil persons en la calle la amedianoche, contra la pulsaciones del clásico y del baile de cuarteto más grande del año.
Desde AFA ningunearon a Quinteros y a Cosedepro, enfatizando que el clásico no cambia de hora, motivó a cambio de sede y por ende, estériles fueron algunas declaraciones mediáticas de los encargados de seguridad, por más que finalmente se haya modificado el horario estipulado. Desde la TV hicieron valer sus derechos, expusieron que en Córdoba sabían desde diciembre que el partido iba la segunda semana de febrero, pero no contaban con la aprobación en enero del baile de La Mona. Desde la municipalidad y Gobieron subrayaron que como la organozación ya estaba en marcha desde enero, era el clásico en Alberdi el que debía retrasarse en horario o pasarse al lunes. Petición que fue rechazada en primer término pero después, hubo un acuerdo salomónico.
Claro para eso entró a jugar el presidente de Instituto Juan Manuel Cavagliatto, quien tiene línea directa con el titular de AFA Claudio Tapia, y de esa forma hubo acuerdo. Al final, los agradecimientos para Cavagliatto de parte del hombre fuerte de Cosedepro, Marcelo Frossasco, y el intendente de Córdoba Daniel Passerini, dejaron en claro la ponderación de su actuación clave.
Belgrano hizo un intento estéril de adjudicarse el crédito con sus periodistas afines, galardonando al presidente Luis Artime como factor fundamental en la negociación, aunque no surtió efecto. Cavagliatto fue crucial para que el clásico con Talleres llegara a buen puerto, con fecha para las 19.30 y a las 22 como estaba prevista. Enroque con el insípido Barracas Central -Sarmiento de Junín en la grilla y todos felices.
De esa forma la organización y la seguridad ganaron aire. Y no faltaron algunos que se golpearon el pecho adjudicándose el gol como esos delanteros competitivos en los '90 que salen a festejarlo por si las dudas, pero de todas formas, hubo clásico y hubo baile.
Eso sí, también hubo polémicas y heridos. Es materia de investigación interna en Belgrano la búsqueda del resposable que permitió el ingreso clandestino de bengalas y bombas de estruendo para el "festejo luminoso" a falta de cinco minutos del final. Situación por la cual el Gigante de Alberdi sufrió una inhabilitación provisorio por parte de la Municipalidad, motivando al pago de 3 millones y medios de pesos en multa para poder propiciar el duelo de Reservas ante Instituto tres días después, por el torneo Proyección.
Ahora, ¿quien quedó más herido? Belgrano se expone a una sanción mayor en el Gigante de Alberdi, sea con multa, intervención, cambio de sede o partidos a puertas cerradas. Quinteros y el Cosedepro instaron a un cambio de horario pero no pudieron evitar la inundación de bengalas en las tribunas. ¿Tienen responsabilidad? No. Y sí. Así que también tendrán que dar sus explicaciones, sobre todo después de la cantidad de notas realizadas en los medios para propiciar el cambio de horario.
¿AFA? Al contrario, mostró cintura y flexibilidad. Entonces, entre Belgrano y Quinteros (fiel hincha "pirata") buscarán deslindar responsabilidades. ASí es el fútbol. Y así es la política.
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